(Minghui.org) UCANews.com, una fuente de noticias católica que sirve a la región asiática publicó un artículo de comentario titulado "El genocidio en China es diferente de cualquier otro" por Benedict Rogers el 4 de abril de 2019.

Benedict Rodgers es vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Partido Conservador del Reino Unido, líder del equipo de Asia Oriental en la organización de derechos humanos CSW, y asesor de la Coalición Internacional para Acabar con el Abuso de Trasplantes en China (ETAC) .

Abrió su artículo con las siguientes afirmaciones:

"China puede estar cometiendo lo que el experto Ethan Gutmann, periodista y autor de La Masacre, describe como 'una forma de genocidio envuelto en batas médicas'. O lo que la diputada británica Fiona Bruce, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Partido Conservador, describió en un debate en el parlamento la semana pasada como 'un crimen contra la humanidad y ... potencialmente nada menos que un genocidio del siglo XXI'. Un crimen diferente a cualquier otro: la sustracción forzada de órganos de presos de conciencia ".

El 23 de abril de 2006 los practicantes de Falun Gong en Taipei organizan una recreación de la sustracción de órganos en vivo permitido por el estado del partido comunista chino.

El artículo continuó con la introducción del importante trabajo de El Tribunal Independiente de China, que ha estado celebrando audiencias en Londres sobre los abusos de la sustracción de órganos en China.

"El Tribunal Independiente de China, que incluye abogados, un académico, un experto médico superior y un hombre de negocios, celebrará más audiencias del 6 al 7 de abril en Londres, y publicará su fallo final en junio".

El Tribunal Independiente de China emitió una sentencia provisional, después de las audiencias en diciembre, que están “seguros, por unanimidad, y más allá de toda duda razonable de que en China se ha practicado la sustracción de órganos forzada de prisioneros de conciencia durante un período de tiempo sustancial, con un número importante de víctimas…. organizadas o aprobadas por el estado e individuos".

El Sr. Rodgers escribió que la sustracción forzada de órganos en China había sido difícil de probar porque los únicos testigos vivos son los perpetradores: los médicos, la policía y los oficiales de la prisión involucrados. Cualquier evidencia que quede en una sala de cirugía se elimina rápidamente después de una operación. Se le ha llamado "casi un crimen perfecto" porque ninguna víctima sobrevivió para declarar.

La ex Miss Mundo de Canadá, Anastasia Lin, dijo en una audiencia en el Parlamento británico: “En la calle, si alguien te agrede, puedes gritar pidiendo ayuda. Atado a una cama de hospital en la sala de cirugía de un campo de trabajo, nadie puede escuchar tus gritos. En China, es el propio estado el que está involucrado en el robo de órganos".

La sustracción forzada de órganos no solo proviene de criminales condenados a muerte, sino también de pisioneros de conciencia, especialmente de practicantes de Falun Gong.

El Sr. Rodgers se refirió a un informe publicado hace tres años por el ex secretario de estado canadiense para Asia-Pacífico, David Kilgour, el abogado de derechos humanos David Matas y el periodista Gutmann titulado, "Cosecha sangrienta: La Masacre". Sobre la base de sus investigaciones anteriores, los investigadores analizaron registros públicos de 712 hospitales en China que habían estado realizando trasplantes de hígado y riñón.

Según la información disponible, estimaron que entre 60.000 y 100.000 órganos se trasplantan cada año en hospitales chinos, y la fuente de los órganos es cuestionable, ya que China no ha tenido una tradición de donación voluntaria de órganos.

"Los presos condenados a muerte pueden dar cuenta de algunos, pero como la ley china exige que los presos condenados a muerte se ejecuten en un plazo de siete días, se limita la disponibilidad de órganos a pedido de esa procedencia", escribió el Sr. Rodgers.

“Además, en China, a los pacientes, incluidos los extranjeros, se les promete la compatibilidad de órganos sanos en cuestión de días, en contraste con la mayoría de los países occidentales avanzados donde un paciente espera un trasplante durante muchos meses, a veces años. Los investigadores que se hicieron pasar por pacientes hicieron llamadas telefónicas a los hospitales chinos y lo confirmaron”, dijo el Sr. Rodgers.

“Eso ha llevado a los investigadores a la conclusión de que los presos de conciencia son la fuente. "El final de este crimen contra la humanidad no está a la vista", concluyen. "La conclusión es que el partido comunista de China ha comprometido al estado en los asesinatos masivos de inocentes ... para obtener órganos para trasplantes", escribió el Sr. Rodgers.

El artículo describía lo que un ex cirujano de Xinjiang había presenciado hace más de dos décadas. "Dr. Enver Tohti, ha declarado que sustrajo órganos a la fuerza de un preso en 1995 en un lugar de ejecución. Después de recibir instrucciones de los cirujanos en jefe de su hospital, preparó el equipo y lo llevaron al lugar".

"Nos dijeron que esperáramos detrás de una colina y que entráramos en el campo tan pronto como escucháramos el disparo", recuerda. 'Un momento después hubo disparos, no uno sino muchos. Salimos corriendo al campo, un oficial de policía armado me dijo a dónde ir. Nos llevó más cerca, luego señaló un cadáver, diciendo: 'este es el elegido', para entonces, nuestro cirujano jefe apareció de la nada y me dijo que extrajera el hígado y dos riñones, me instó a que me diera prisa... Entonces nuestros cirujanos en jefe pusieron esos órganos en una caja y se subieron al auto, me dijeron que volviera al hospital y que nunca hablara de lo que había sucedido".

El Sr. Rodgers escribió: "Algunos países, especialmente Israel, Italia, España y Taiwán, han prohibido el "turismo de órganos" en China, y el Senado de Canadá ha legislado para hacer lo mismo. Los representantes de la ONU han llamado a China para que explique las fuentes de los órganos, pero no recibieron respuesta, y una de las voces más respetadas del mundo sobre la ética del trasplante de órganos, la Dra. Annika Tibell, ha pedido una investigación internacional".

El autor pide que se actúe: "Si la sentencia provisional del Tribunal Independiente de China arroja luz sobre la verdad, obliga a que se haga justicia y se responsabilice a los autores". Si es cierto, requiere una reevaluación de las relaciones con los responsables.

“Otros países deben seguir a aquellos que ya han legislado prohibir el turismo de órganos en China. Las Naciones Unidas deberían designar un representante especial para los derechos humanos en China y tener una comisión de investigación. Y si es cierto, se requieren medidas urgentes para detener el asesinato de más inocentes".

Completó el artículo citando nuevamente a la parlamentaria británica Fiona Bruce:

"Como concluyó Bruce: "¿Volveremos a escuchar la frase 'nunca más' pronunciada con arrepentimiento cuando la verdad salga a la luz? No es el caso de que no se pueda hacer nada... Requiere ser atendido. Aquellos que no lo hagan, algún día tendrán que rendir cuentas".