(Minghui.org) Saludos, estimado Maestro y compañeros practicantes:

¡Mi agradecimiento por la protección del Maestro! Deseo hablar sobre los cambios que he experimentado en mi camino de cultivación, cómo aprendí a encontrar mis propias deficiencias al mirar hacia adentro, cómo mejoré basándome en el Fa y cómo aproveché cada momento para validar el Fa.

Mejorando a través de transcribir y memorizar el Fa

El año pasado, me llamó la atención que mi xinxing estaba mejorando muy lentamente. Sabía que no me asimilaba al Fa mientras lo estudiaba, así que me tranquilicé para transcribir el Fa. Cuando estaba en mis 40, transcribí el Fa cuatro veces. Ahora estoy en mis 60 y no estaba segura de que mi vista fuera lo suficientemente buena como para escribir cosas.

Al principio, tenía que escribir caracteres grandes en caso de no poder ver bien lo que escribía. Tenía que limpiarme los ojos una y otra vez, como si alguna sustancia me estuviera bloqueando los ojos. También era difícil para mí sentarme. Sentía que tardaría mucho tiempo en escribir todo y no sería tan eficiente como leer el Fa. Me pregunté cuándo terminaría de transcribir el grueso libro de Dafa. Era difícil transcribir el Fa sin tener confianza.

Pensándolo mejor, me di cuenta que debía guiarme con los pensamientos rectos de una practicante de Dafa y tratar de tener el estado de los seres divinos que son más capaces. Debía deshacerme de mis nociones humanas, desarrolladas por los principios del viejo cosmos, o los pensamientos de que era demasiado vieja para hacer cosas como los jóvenes, o que mi vista se estaba deteriorando.

Tras dejar ir esos pensamientos humanos de la gente común, pude sentarme con calma. Pude transcribir más y más páginas a medida que pasaba el tiempo. Al principio, cada ideograma llenaba la cuadrícula. A medida que mi vista mejoraba, pude escribir caracteres más pequeños. Cuando terminé de transcribir Zhuan Falun en dos meses, los caracteres que escribía eran tan pequeños como los impresos en el libro. En el pasado había transcrito Hong Yin I y Hong Yin (II). Esta vez, transcribí Hong Yin del I al V.

Podía ver los cambios dentro de mí. En el pasado, no podía leer caracteres pequeños. También me daba miedo enhebrar una aguja. Ahora puedo ver las cosas con claridad. Mientras mejor entendía los principios del Fa, me tomaba menos tiempo memorizar el Fa.

Siempre tenía la impresión de que no tenía envidia de los demás como la sentía en el pasado. Shifu dijo:

“Entre los cultivadores del Dao genuinos también se refleja lo mismo: no se aceptan entre sí, y cuando no eliminan el corazón de contender, también producen fácilmente el corazón de envidia” (Zhuan Falun, Séptima Lección).

Mirando atrás, en mi cultivación de más de dos décadas, albergaba aun el fuerte apego a la competencia y levantaba la voz cuando pensaba que tenía razón durante una discusión. Vi la raíz de la causa de la competencia y detrás de ella la envidia. Decidí deshacerme de la envidia, porque es dañina.

Otra practicante vino a mi casa para configurar mi computadora. La computadora se bloqueó y no se iniciaba de nuevo. No estaba preocupada y dije que se solucionaría, y que estos problemas eran causados por mis apegos a la competencia y a depender de otros. Después de una reinstalación exitosa del software, la practicante me contó que otros estaban hablando mal de mí a mis espaldas. No me perturbó y no me ocupé en discutir. Incluso me sentí agradecida con la persona que dijo cosas malas sobre mí. Lo que sea que hubiera dicho, me ayudaría a mejorar, incluso si lo que dijo estaba fuera de lugar. Ya no me detenía en discutir con los demás. Discutir es competir, tratar de mostrar que estoy en lo correcto, lo que está asociado al apego a la fama y está enraizado en la envidia. Todos estos apegos deben eliminarse mediante la cultivación.

Compartí con mis compañeros practicantes lo que experimenté al transcribir el Fa. Otros practicantes se sintieron motivados a hacer lo mismo. Imprimí hojas con cuadrículas y los animé a transcribir el Fa. Ellos sintieron que se beneficiaron también.

He estado leyendo Zhuan Falun. Aunque seguía estudiando el Fa todos los días, mi avance era muy lento. Estudiar el Fa se había convertido en una formalidad. Algunos compañeros practicantes estaban memorizando el Fa, y pensé que debía hacer lo mismo. Al mismo tiempo, los principios del viejo cosmos me obstaculizaban. No me sentía confiada pues mi memoria no era lo suficientemente buena ya que tenía más de 60 años.

Shifu dijo:

“Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer” (Zhuan Falun, Novena Lección).

Me dije que podría hacerlo. Independientemente de lo difícil que fuera, memorizaría el Fa. Seguiría las palabras de Shifu y guardaría al Fa en mi corazón.

Comencé a memorizar Zhuan Falun el año pasado, y me tomó un poco más de medio año memorizarlo. Lamenté haber comenzado tan tarde y no haber escuchado las palabras de Shifu antes, lo que me habría ayudado a cultivarme genuinamente.

Al memorizar la sección: Los diferentes niveles tienen diferentes niveles de Fa (Zhuan Falun, Primera lección), me di cuenta de repente, que hay innumerables niveles en el universo. Al mirar hacia abajo desde un nivel superior, los principios en el nivel inferior están todos equivocados. Sin embargo, dentro de cada nivel, también hay principios. Una vida en un nivel superior, quien está más cerca de las características del universo, no discutiría con vidas en un nivel inferior, y no pediría que las vidas en niveles inferiores alcancen el mismo entendimiento, ni se ofendería por los puntos de vista incorrectos sostenidos por las vidas en niveles más bajos. Y eso es tolerancia.

Pensé que ya me había liberado del apego a la competencia, que había superado el adoctrinamiento del partido comunista chino (PCCh), o al menos no estaba tan fuertemente apegado a estas cosas. Solo entonces me di cuenta de que mi habla incorrecta o tener conflictos con los que estaban cerca de mí, eran causados por mi apego a la competencia. A veces no aceptaba las críticas de otros practicantes. Ahora me doy cuenta de que mi entendimiento no es la verdad absoluta. Después de identificar el apego a la competencia, no me enojaba cuando otros practicantes tenían diferentes puntos de vista. Al mismo tiempo, experimenté lo maravilloso de su bondad al señalar mis deficiencias.

Poner atención a enviar pensamientos rectos para eliminar la persecución

En el 2012 nuestro grupo de estudio del Fa, enviaba pensamientos rectos antes de estudiar el Fa, durante media hora. Esto nos ayudó a mantenernos alertas y asimilarnos al Fa. Aquellos que no podían mantenerse alertas o sostener la palma hacia arriba pudieron corregirse. Esto ayudó a eliminar los factores malvados en nuestro entorno local y fue bastante efectivo.

Un día, antes de comenzar a estudiar el Fa, un vecino vino a decirnos que la policía había tocado la puerta la noche anterior. Se fueron después de tocar un rato, ya que nadie abrió la puerta. El tiempo que el vecino mencionó coincidió con el momento en que estábamos enviando pensamientos rectos antes del estudio del Fa. Ninguno de nosotros escuchó que tocaran. Era evidente que todos estábamos concentrados y nuestros pensamientos rectos habían desintegrado los factores malvados.

Para desintegrar completamente el plan de las autoridades locales de realizar sesiones de lavado de cerebro y obligar a los practicantes a abandonar la cultivación, los practicantes decidieron enviar pensamientos rectos turnándose. Nuestro grupo de estudio del Fa también extendió el envío de pensamientos rectos antes del estudio del Fa de media hora a una hora completa. Nuestros fuertes pensamientos rectos desintegraron el malvado plan, y las sesiones de lavado de cerebro fueron canceladas.

Puse especial atención en enviar pensamientos rectos. Dondequiera que iba, hacía mi mejor esfuerzo para enviar pensamientos rectos a las horas programadas. Una vez que me acostumbré al horario, pude entrar en tranquilidad al enviar pensamientos rectos. Y a menudo sentía calor en mi cuerpo. No perdía ninguno de los horarios coordinados globalmente cuatro veces al día. Aun cuando no podía enviar pensamientos rectos en raras ocasiones, lo compensaba después. Cuando caminaba o daba un paseo, enviaba pensamientos rectos o recitaba el Fa. Aunque no podía ver lo que sucedía en otras dimensiones, creía firmemente en Shifu y en el Fa. Enviar pensamientos rectos es un tesoro que el Maestro nos ha dado y es un poder divino.

Cuando estuve detenida en un centro de detención en 2017, una reclusa decidió acosarme. Ella me ordenaba, me asignaba las tareas y actuaba con saña. Envié pensamientos rectos, que desintegraron los factores malvados detrás de ella. Le dio fiebre y estaba agotada. Después de que dejó de acosarme, me pidió que le contara historias de cultivación y que le mostrara los cinco ejercicios. Tras haberles aclarado la verdad sobre la persecución, varias reclusas que me habían maltratado se disculparon, y algunas renunciaron a las organizaciones juveniles del PCCh.

Le dije a Shifu en mi mente: "Estoy aquí para salvar a la gente, no para ser perseguida. Hay tantas personas que necesitan ser salvadas. A pesar de los apegos humanos o las deficiencias, los eliminaré a través de la cultivación”.

Sabía que el Maestro haría los arreglos para que me liberaran. Una compañera practicante me preguntó si sería liberada. Respondí: "Sí, y tú también serás liberada". Con este pensamiento implantado en mi mente, permanecí firme sin importar lo que dijeran los guardias. Mi destino solo debía ser arreglado por el Maestro. Pronto el Maestro me ayudó a salir del centro de detención.

Una practicante me pidió que la acompañara a visitar a su esposo, quien fue detenido por cultivar Falun Dafa. Los guardias pedirían nuestras tarjetas de identificación nacional. Seguí enviando pensamientos rectos en nuestro camino para desintegrar todos los factores malvados. Esperamos en la cola, y cuando fue el turno de la compañera practicante, pude entrar sin ningún problema. Nuestra visita alentó mucho al esposo de la compañera practicante.

Negar la persecución de las viejas fuerzas

Estaba enviando pensamientos rectos después de las ocho en el invierno de 2010. Alguien tocó el timbre en la planta baja. No me moví y seguí enviando pensamientos rectos. Pronto escuché gente subir. Vi a varios hombres a través de la mirilla, y parecían hostiles. Regresé a enviar pensamientos rectos. Seguían tocando a la puerta. Sabía que eran tipos malos.

Le dije a Shifu: "Shifu, tu discípula no sabe qué errores cometió, los cuales fueron aprovechados por las viejas fuerzas. Sin embargo, me corregiré en la base del Fa, y las viejas fuerzas no están en posición de perseguirme. Shifu está a cargo de mí. No acepto ni reconozco ningún otro arreglo”.

También tuve que alertar a los practicantes para que no vinieran a mi casa. Después de enviarles mensajes, seguí enviando pensamientos rectos. La policía rompió el agujero de salida en la puerta y apuntó una linterna a través del agujero de salida para ver qué había dentro de mi casa. También intentaron abrir la puerta con un juego de llaves universales. Pensé: "Maestro, por favor concede poder divino a tu discípula para bloquear la puerta, y no dejes que cometan más crímenes. Ellos mismos se encuentran entre aquellos que necesitan ser salvados”. Se quedaron afuera y no podían abrir la puerta.

Estas personas se negaron a irse. Llegaron varios autos de la policía, y encendieron los faros en la entrada de nuestro edificio. No tuve tiempo de ponerme la chaqueta acolchada de algodón. Vestida solo con ropa térmica delgada, salté al balcón de mi vecino. Estaba descalza en el balcón. Estaba nevando. Me dije que no había diferencia entre pararse en la nieve y pisar una alfombra, y pensaría en los copos de nieve que me caían como una colcha. Seguí enviando pensamientos rectos para eliminar todo el mal que perseguía a los Dafa dizi. Seguí pensando que el Fa rectifica el cielo y la tierra, extinguiendo todo mal.

No sentí frío. La policía siguió tocando la puerta y se quedó afuera de mi casa. Estaba decidida a evitar que me arrestaran. A la mañana siguiente temprano, toqué en la ventana de mi vecino. Al verme, mi vecino abrió la puerta del balcón para dejarme entrar. Llamó a mi hijo para que trajera mi chaqueta acolchada de algodón. Con la protección del Maestro, salí de mi edificio frente a dos grupos de policías.

Más tarde, supe que otra practicante me entregó a la policía. Ella personalmente llevó a la policía a mi casa. Me sentí triste por ella y la compadecí por ser tan irresponsable consigo misma. Recordé la primera vez que llevó a la policía a mi casa para arrestarme, y casi pierdo la vida. No me molesté ni la culpé y estudié el Fa junto con ella. Al compartir mis pensamientos con ella, le dije que yo no lo había hecho bien. ¿Cómo pudo ayudar a la policía otra vez?

Me vi obligada a abandonar la ciudad y terminé vagando. Empecé a culpar a la practicante que trajo a la policía. Mi esposo murió durante la persecución y mi hijo vivía conmigo. Entonces, tuve que irme de casa. Al mismo tiempo, sabía que no había hecho bien al afectar a mi hijo y afectar mis esfuerzos para salvar seres conscientes.

Seguí leyendo las lecciones del Fa del Maestro:

“Para los que se han ido al bando contrario o que incluso han hecho cosas horribles durante esta persecución, déjenme decirles a todos que el Maestro aún no quiere abandonarlos” (Viaje por Norteamérica para exponer el Fa, 2002).

“Quiero decir que no empujen hacia afuera a vuestros compañeros de cultivación. Ellos son vuestros compañeros en la cultivación. Hagan lo posible para que ellos puedan sentir la calidez del ambiente de los Dafa dizi” (Enseñando el Fa en la reunión de NTDTV 2009).

Lloré. Desde que empezó la persecución a esta practicante, yo fui dura. Cuando estaba en la miseria, no la ayudé a aliviar su dolor. En lugar de eso le dije lo difícil que era y aumenté la presión sobre ella. Sentí pena por mí. Ella era una compañera cultivadora, y el Maestro no quería dejarla atrás. ¿Por qué tenía yo que culpar y guardar rencor? Las viejas fuerzas querían arrastrarla hacia abajo, destruirla. No debemos reconocer tales arreglos. Tuve que de verdad liberarme y soltar los apegos al miedo y los rencores.

Cuando regresé a casa, fui a visitarla. Hablamos de por qué fuimos perseguidas y cuál era la causa. Busqué dentro. Ella continuó entregándome a la policía, lo que indicaba que yo tenía sustancias que no eran buenas, como el apego a guardar rencor. No me gustaba ser criticada por otros. Carecía de compasión, mientras me aferraba a los sentimientos. No buscaba adentro tan pronto como llegaba una prueba, sino que miraba hacia afuera. Me estaba aferrando a los apegos asociados a las vidas en el nivel más bajo del universo. Esto estaba lejos de ser una cultivación genuina. Tenía que dejar ir estas cosas.

Ella también miró dentro de sí y me dijo cuántos apegos humanos, sentimientos e intereses albergaba. Nos dimos cuenta de que teníamos que estudiar mejor el Fa, protegernos de cada pensamiento y rectificarnos con el Fa en cada momento, y mirar dentro de nosotras para encontrar cada brecha que las viejas fuerzas pudieran aprovechar. Cuando ya no quede nada de lo que las viejas fuerzas se aprovechen, tales pruebas desaparecerán.

Entonces me di cuenta de que todo lo que encontramos en la cultivación son cosas buenas. Siempre que analicemos los problemas con pensamientos rectos, podemos encontrar nuestros apegos y omisiones, de modo que podamos deshacernos de ellos y así poder mejorar. Si miramos un problema con nociones humanas, nuestros apegos tendrán un papel más importante aún, lo que a su vez aumenta la tribulación. Nos dimos cuenta de que teníamos que estudiar mejor el Fa, protegernos de cada pensamiento, rectificarnos con el Fa en cada momento, y mirar dentro de nosotras para encontrar cada brecha que las viejas fuerzas puedan aprovechar. Aprendí de mi propia situación la importancia del estudio del Fa, lo serio que es la cultivación, el veloz progreso de la rectificación del Fa y la urgencia de salvar a la gente. Definitivamente viviré según las expectativas del Maestro, a la esperanza de los seres vivientes, me mantendré a la par del proceso de la rectificación del Fa y caminaré firmemente en la senda que el Maestro arregló.

Atesora cada oportunidad de salvar seres conscientes

Mi hijo compró un departamento en el año en curso y me pidió que me mudara con él. Ese no era mi plan. Mi hijo pensó que teníamos que pasar demasiado tiempo en la calle al vivir tan lejos. El departamento no era nuevo y necesitaba ser remodelado. Incluso si mi hijo y mi nuera quisieran alquilarlo, aún necesitaría una remodelación.

Tras empezar a cultivarme prestaba poca atención a la familia. Toda mi atención estaba en esclarecer los hechos sobre Dafa. Entonces, vi una carencia en esto: ¿cómo podría ayudar a mi propia familia a entender Dafa correctamente actuando de esta manera? Si no puedo salvar a mi familia, ¿cómo puedo salvar a otros? Incluso si hubiera salvado a muchos otros, no lo habría hecho bien si ninguno de mi familia hubiera sido salvado. Mi cultivación era bastante buena. Mi hijo nunca me incomodó con ningún problema. Aproveché esta oportunidad para decirle a mi hijo que, independientemente de mudarme o no, yo me encargaría de la remodelación.

El tiempo es más preciado hoy en día. Cada minuto y cada segundo estaba atado a la vida y muerte de muchas vidas. Shifu ha extendido el tiempo para que salvemos personas, y debo tener esto en mente todo el tiempo. Además de las tareas domésticas, tengo que seguir estudiando el Fa, enviar pensamientos rectos. Me dije que tenía que atesorar a aquellos que vinieran a remodelar, y atesorar cada oportunidad que tenga para salvarlos. Todos los que se ponen en contacto conmigo tienen relaciones predestinadas y llegan a mí por el Maestro. Tengo que decirles la verdad. Esto a su vez ha impuesto estrictos requisitos a mi xinxing y ha establecido para mí un alto estándar para ser considerada con otras personas y no luchar por intereses personales con otros.

Al diseñar los circuitos, mi hijo quería agregar una caja principal de interruptores. El joven trabajador no estaba contento. Le dije que no se preocupara, que pagaría 100 yuanes adicionales. Mi oferta le gustó. No tenía tan buena salud y se había unido a las organizaciones juveniles del partido comunista chino (PCCh). Lo persuadí para que renunciara a esas organizaciones y le dije que recitara "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”, lo que le traería buena salud.

Para comprar materiales, fui a dos tiendas diferentes y llegar a más personas. Al final, los propietarios y los dependientes de ambas tiendas renunciaron al partido.

Cuando compraba azulejos, el dueño me trató con rudeza. No me atreví a decirle la verdad. Al regresar a casa, me sentí incómoda. Había perdido la oportunidad de salvar a personas con relaciones predestinadas. Al día siguiente, fui a la misma tienda a comprar azulejos. Hablé con el propietario sobre renunciar al PCCh. Aceptó sin dudar. Vi a un asistente de la tienda que estaba cerca y también lo ayudé a renunciar a la liga juvenil comunista. Su actitud cambió por completo. Caminaron conmigo hasta la salida y me dieron las gracias. Les dije que recitaran "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”, lo que les brindaría seguridad y felicidad.

Fui a otra tienda a comprar baldosas y ayudé al asistente de la tienda a renunciar al partido. El dueño estaba ocupado y no tuve la oportunidad de hablar con él. Pagué las baldosas y me fui a casa a esperar la entrega. El propietario llamó para decir que las baldosas que mi hijo y yo elegimos estaban agotadas, y nos reembolsaría. Mi hijo no estaba contento. Era la hora en la que él tenía que llevar a mi nieto a la escuela, se enojó y culpó al dueño. Le dije que el dueño no había tenido mala intención. Regresamos a la tienda y escogimos unas baldosas diferentes, que serían entregadas a la mañana siguiente.

Llovió mucho durante los siguientes dos días. En la mañana del tercer día, llamé al repartidor. Preguntó si podía entregar un poco tarde. Dije que estaba bien. Preguntó nuevamente si podía posponerlo un poco más. Estuve de acuerdo. Se aventuró a preguntar si podía hacerlo por la tarde. Le dije que estaba bien. Explicó que las cosas se retrasaron debido a la lluvia y que todos los clientes esperaban entregas. Le dije que no se preocupara. Él podría entregar el mío último. Me lo agradeció mucho. Esa tarde, él y otro repartidor llegaron. Me dieron las gracias de nuevo. Les dije que era un placer y me gustaría ayudarlos a renunciar al PCCh, lo que les brindaría seguridad. Lo hicieron con mucho gusto, me dieron las gracias y dijeron: "¡Falun Dafa es bueno!".

El trabajador que pegó los azulejos fue contratado por el mercado. Al negociar el precio, pidió un extra de 100 yuanes para las comidas. Yo estaba indecisa. Entonces me di cuenta de que estaba apegada a intereses, que debían eliminarse. Debería centrarme en salvar personas. Mientras yo mantenga pensamientos rectos, él hará un buen trabajo. Quien viene a mi casa es por relaciones predestinadas.

A una persona le llevaría más de una semana terminar de colocar los azulejos. Pensaba en tener más trabajadores para terminar más rápido, y así podría salvar a más personas. A la mañana siguiente, cuando abrí la puerta, me sorprendió ver a tres trabajadores afuera. Les llevó solo tres días terminar el trabajo. Ayudé a los tres a renunciar al PCCh. Les dije que la autoinmolación de Tiananmen fue una farsa, que Falun Dafa se ha extendido a más de 100 países, y los hechos de cómo el PCCh persigue a los practicantes. Cuando se fueron, el trabajador principal me dijo que cuando me vio en el mercado, supo al instante que yo era amable y no difícil y por eso se me acercó con su tarjeta de presentación. Dijo que se habían topado con todo tipo de personas. Algunos solo encontraban las fallas. Le agradecí y les pedí que les dijeran a sus familias: “Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Una mañana llegó la puerta exterior de acero. Ayudé a la persona encargada de la instalación a quitar la puerta vieja. Al montar la nueva puerta, a esta le sobraba una pulgada a lo ancho. Luego comenzó a trabajar en recortar la puerta. De repente escuché un fuerte sonido. Él dijo: "¡Ay! Hermana, ¡lo rompí! Eché un vistazo, y la manija estaba rayada desde abajo. Me sentí mal. Pero reprimí mi tensión y le dije: "No te preocupes. No te preocupes, está bien, ¿podemos arreglar esto?”. Dijo que podía y que llamaría a una persona de retoque. Y luciría sin rayados, si uno no lo examinaba con demasiado cuidado.

Luego me dijo que las cosas no habían ido bien ese día. El guardia de seguridad de la comunidad residencial no le permitió entrar. Tuvo que hablar con la gerencia. Le dije que no se enojara y luego le pregunté si se había unido a alguna organización del PCCh. Él dijo: "Supongo que eres de Falun Gong, ¡y Falun Gong es bueno!". Lo ayudé a renunciar a los jóvenes pioneros con un seudónimo.

Los que vinieron a trabajar en la remodelación de mi casa me dijeron que yo era diferente de otros propietarios. Les ayudé a renunciar al PCCh, les dije que si recitan “Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”, les brindaría felicidad y seguridad, y quienquiera que lo diga será bendecido. Me agradecieron.

Durante este período de remodelación, no pude salir todos los días para hablar de los hechos y aclarar la verdad como de costumbre. En lugar de ello, pasé tiempo con las personas quienes me contactaron durante la remodelación. También cultivé mi corazón. Permanecí imperturbable sin importar lo que otros dijeran o las cosas inesperadas que ocurrieran. Intenté ser considerada, mi xinxing mejoró y mi gong aumentó. Puedo entrar en tranquilidad al enviar pensamientos rectos y cuando hago los ejercicios tranquilamente.

He seguido distribuyendo folletos de Dafa, colocando carteles autoadhesivos y hablando con la gente cara a cara. También contacté personas por teléfono celular. Antes de la cultivación, era tímida y reacia al hablar con los demás. Era difícil para mí acercarme a alguien en persona. Después de años de pasar por tribulaciones, he superado mi timidez y me siento a gusto al acercarme a los demás, y he tenido buen efecto.

Comparada con los compañeros practicantes que se esfuerzan diligentemente, todavía guardo apego al miedo. ¡Hay más para cambiar dentro de mí, y más apegos para liberar! No dudaré en hacer lo que el Maestro espera de nosotros.