(Minghui.org) Mi madre y yo comenzamos a practicar Falun Dafa, también llamado Falun Gong, en 1996. Tenía seis años y me habían diagnosticado tuberculosis. Estaba muy débil y perdí la mitad de mis días escolares, así como un semestre entero en tercer grado debido a la enfermedad. Ella pensaba que era demasiado pequeño para pasar por la eliminación de yeli, así que con frecuencia me llevaba a ver a los médicos. Recibí tantos pinchazos, que mis manos estaban cubiertas de cicatrices. La medicina no me curó.

A los 11 años empecé a entender el Fa. Tomé la decisión de que no volvería a visitar a los médicos y que solo seguiría al Maestro y al Fa. Durante los 18 años transcurridos desde entonces, nunca he tomado ningún medicamento. A cambio, el Fa me dio un nuevo cuerpo y me bendijo con una salud perfecta.

Aclarar la verdad sobre Dafa es mi deber

Siempre supe que es mi deber el aclarar la verdad sobre Dafa, así que siempre que tengo tiempo, salgo a distribuir material informativo.

Aclarando la verdad sobre Dafa en los pueblos

Estaba en la escuela primaria cuando comenzó la persecución. Arranqué páginas de mi cuaderno y escribí mi comprensión de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y que Dafa enseña a la gente a ser buenas personas. Doblé cada página y, por la noche, mi madre y yo las arrojamos a los patios traseros de la gente de nuestro vecindario.

Mi padre falleció cuando yo estaba en la secundaria. Mi madre y yo nos mudamos al campo debido a nuestra situación financiera. En el pueblo no había ningún lugar de producción de material de Dafa. Ocasionalmente, un practicante traía algunos folletos de otra parte. Solo obtuvimos varias copias cada uno, definitivamente no era suficiente para cubrir el pueblo.

Así que escribí a mano muchas copias de "Una carta al destinatario", coloqué cada una en un sobre y dejé una en cada casa de la aldea. En ese momento, no muchos aldeanos recibían cartas.

Un día una vecina dijo: "Recibí una carta sobre Falun Dafa. Parece que fue escrito por un estudiante de secundaria" y me miró. Tal vez adivinó que era mi letra. No le dije nada. Me alegró que la gente leyera la carta. La vecina parecía estar de acuerdo con lo que estaba escrito. Más tarde mi madre le aconsejó a esta vecina que renunciara al partido comunista chino (PCCh), lo cual hizo.

Alrededor de cada Año Nuevo Chino, mi madre y yo comprábamos papeles de colores y escribíamos mensajes de Dafa en ellos. El papel era delgado y se rompía con facilidad, así que pegué otra capa de papel de mis cuadernos escolares en la parte trasera. Pusimos cinta adhesiva de doble cara en las espaldas y las pegamos a las puertas de las casas de los aldeanos por la noche.

Más tarde descubrí que la escritura con tiza también era un buen método. Recogí las tizas que mi profesor tiraba. Las usaba para escribir mensajes en las paredes de cemento durante la noche. Los pedazos de tiza eran muy cortos, y mis dedos se raspaban en el cemento, pero nunca me dolían.

Un día mi madre intentó aclarar la verdad a un aldeano. "Ya lo sabía", dijo la persona. "¡Estaba en el cartel pegado a mi puerta!".

También alrededor de cada Año Nuevo Chino, mi madre y yo caminábamos varios kilómetros hasta otra aldea para visitar a nuestros parientes. Hice muchos carteles y los pegué en las puertas de ese pueblo. También hice algunas pancartas más grandes y las pegué en postes de electricidad a lo largo de la carretera para que la gente pudiera verlas mientras conducía o andaba en bicicleta.

También usé las ramas de los árboles para escribir mensajes de Dafa en los grandes y llanos parches de nieve. Por lo general se pueden ver hasta la próxima nevada o a veces todo el invierno. Mi madre me preguntó cuántas personas verían esos mensajes. Yo le respondí: "Tal vez la gente como nosotros que caminamos por este camino pueda verlo. Incluso si nadie pasa por aquí, los seres de otras dimensiones los verán".

Hablando de Dafa en la Escuela

En la universidad, mi profesor de inglés era extranjero. Era muy amable y a menudo elegía diferentes temas de discusión en clase.

Durante una de las clases, levanté mi mano. Le dije en inglés, si había escuchado acerca de Falun Dafa. Como mi inglés era muy limitado, simplemente dije que Falun Dafa era realmente bueno, y que el gobierno decía mentiras. El profesor se quedó quieto por un momento. Luego dijo que no había oído hablar de él y cambió el tema.

Luego de la clase, el profesor me invitó a conversar en su escritorio. Me preguntó sobre Falun Dafa. Le expliqué cosas básicas con mi limitado inglés y que buscara otros recursos para aprender más. Sonrió y dijo que lo haría. Entendí que no quiso hablar sobre ello en frente de la clase para protegerme.

No era difícil asumir que la mayoría de mis compañeros de clase sabían que yo practicaba Falun Dafa. Uno de ellos me entregó una nota diciendo que su abuela también era practicante. Otro compañero de clase dijo que su tía practicaba Dafa y que era una persona muy agradable. Aconsejé a varios amigos cercanos a que renunciaran a las organizaciones del PCCh.

En la universidad, no conocí a ningún otro practicante en el campus. Una noche, mientras estudiaba en un aula, solo había otro estudiante en la sala. Pensé que esta era una gran oportunidad para aclarar la verdad.

Me acerqué a él y le pregunté si podíamos hablar. En el momento en que mencioné a Falun Dafa, se veía horrorizado. Recogió sus libros a toda velocidad y salió corriendo por la puerta sin decir una palabra. Había sido tan adoctrinado por el PCCh que ni siquiera se atrevió a oír las palabras "Falun Dafa".

Después de esta experiencia, supe que tenía que hacer saber a mis compañeros la verdad sobre Dafa. Empecé a escribir mensajes de Dafa en los escritorios de las diferentes aulas. Como había una cámara de vigilancia en cada aula, llevé mis libros conmigo y fingí estar estudiando. Cada vez que terminaba de escribir, enviaba pensamientos rectos para que los mensajes permanecieran allí y para que más gente los viera. Durante los cuatro años que pasé en esa universidad, escribí en incontables escritorios. A veces me sentaba a escribir, solo para descubrir que ya lo había hecho.

Una vez, vi una pancarta gigante contra Falun Gong colgada junto a la carretera principal del campus. Aunque mi corazón latía rápido, decidí que no podía permitir que se quedara allí y envenenara a la gente. Esa noche, me puse ropa negra y lleve un cúter. Viendo que no había nadie alrededor, corté rápidamente las cuerdas. La pancarta permaneció en el suelo durante unos días y luego desapareció.

Un día, encontré una insignia de Falun Dafa en el suelo en el campus. Estaba cubierta de tierra. La lavé y la limpié. Mi madre tenía una antes de que comenzara la persecución, pero yo nunca tuve una. Agradezco al Maestro por este regalo.

Universidad y trabajo: el Maestro arregló lo mejor para mí

En China, lo más importante para los estudiantes son los exámenes de ingreso a la universidad y la búsqueda de trabajo después de la graduación.

No me fue muy bien en los exámenes de ingreso a la universidad y terminé en una universidad menos prestigiosa, a la que nunca pensé que asistiría.

Comprendí que mi vida es una vida de cultivación y que todo está arreglado por el Maestro. No estaba muy molesto, a pesar de no haber sido aceptado en una universidad mejor.

Después de empezar la universidad, escuché que los graduados de esta universidad tenían dificultades para conseguir trabajo. No pensé demasiado en esto y me concentré en mis estudios. Al final del primer año, me dijeron que podía transferirme a la mejor licenciatura de la escuela ya que tenía las mejores calificaciones.

Después de cambiar de carrera, seguí haciendo lo que hacía normalmente: estudiar, leer libros de Dafa cada vez que tenía la oportunidad y escribir mensajes de Dafa por todo el campus.

El Maestro abrió mi sabiduría. Me convertí en el estudiante número uno de mi nueva carrera. Muchos estudiantes me pidieron ayuda con sus estudios, y siempre estuve encantado de complacerlos.

Me dijeron que uno debía ser miembro del partido comunista para conseguir un buen trabajo en China. Muchos estudiantes trataron de sobornar al consejero de la escuela para unirse al partido y que les consiguiera buenos trabajos. Como yo era un estudiante de primera, el consejero me ofreció una aprobación garantizada para unirme al partido. Por supuesto, me negué.

Antes de la graduación, el departamento comenzó a clasificar a los estudiantes agregando los puntajes de sus cursos y actividades. Sería una referencia para la asignación de trabajos. Los resultados de mi curso fueron excelentes, pero pensé que mi puntaje de actividad sería muy bajo ya que estaba demasiado ocupado para unirme a los clubes y a las actividades escolares. Cuando vi las clasificaciones, me sorprendió ver que tenía 15 puntos en mi puntuación de actividad porque me habían dado el título de "líder del comité de estudio". Debido a que nunca pasé tiempo dirigiendo ninguna actividad, pensé que no deberían haberme dado esos puntos. Fui a ver al líder de la clase, le expliqué la situación y le pedí que me restara los puntos de mi puntuación.

El líder de la clase dijo: "Tienes el título, así que deberías tener los puntos". ¡Sabía que era el Maestro quien me había dado los puntos extra!

Al final, conseguí un gran trabajo. Me di cuenta de que yo era el único estudiante que recibía una oferta de trabajo de este tipo sin haber hecho "arreglos especiales" a través de contactos externos. En realidad, tenía un acuerdo especial: ¡El Maestro había arreglado todo para mí!

Estableciendo un sitio de producción de material

Mi madre y yo nos mudamos a una nueva área cerca de mi trabajo. Nos dimos cuenta de que no había ninguna actividad de aclaración de la verdad en esa área, ni tampoco vimos a otro practicante.

C0n mi madre queríamos crear un sitio de producción de materiales de Dafa. Con la ayuda de practicantes de nuestra ciudad natal, instalamos el software y aprendimos a producir materiales de aclaración de la verdad.

De no saber nada, aprendimos a hacer todo tipo de materiales, desde folletos hasta libros de Dafa. Mi madre puede incluso imprimir mensajes de Dafa sobre el dinero. Siempre que enfrentábamos dificultades técnicas, el Maestro nos guiaba para resolver los problemas.

Con mi madre distribuimos los materiales en el vecindario y sus alrededores. ¡La gente en estas áreas ahora tiene la oportunidad de saber la verdad!

Quiero agradecer al Maestro por su guía y protección durante los últimos 23 años. Me siento honrado de ser un practicante de Dafa durante el período de rectificación del Fa. Deseo atesorar el tiempo restante y hacer bien las tres cosas.