(Minghui.org) Saludos venerado Maestro. Saludos compañeros practicantes. 

Me gustaría compartir algunos entendimientos que he obtenido respecto a hacer las cosas con el corazón.

Como practicante, puede ser difícil equilibrar los diferentes roles y relaciones que tenemos en la vida: marido, padre, hijo, hermano, amigo, profesional, colega, practicante, compañero practicante...

Creo que hay que equilibrar bien estos roles, al mismo tiempo que se interpretan con el corazón.

En mi vida profesional aprendí que puede ser efectivo aplicar la regla del 80/20: obtener 80% del resultado con el 20% del esfuerzo. Pero esto se refiere a priorizar cosas y obtener resultados prácticos. Sin embargo, ahora pienso que al mismo tiempo requiere que pongas el 100% del corazón para obtener un buen resultado.

Pienso que al poner el 100% del corazón, todos los aspectos de la vida van juntos y generan grandes resultados y oportunidades para mejorar, tanto para nosotros como para nuestro entorno. Cuando todos estos aspectos van juntos y cuando un practicante consigue dejar que sus talentos florezcan en todos esos campos, es cuando los elementos de esos campos pueden empezar a trabajar juntos; entonces es cuando “la unión hace la fuerza” (una expresión francesa que significa que la unión crea fortaleza).

Recientemente estuve implicado en un proyecto para proponer nueva legislación en el Parlamento belga.

En realidad, el proyecto empezó, al menos en parte, gracias al efecto que acabo de mencionar. Varios aspectos de mi vida y varios roles que desempeño confluyeron y resultaron en apertura de puertas y aparición de oportunidades. Mi papel como consultor profesional en el campo de la sanidad, mi relación con mi familia política, mi participación en un acto social y la gente que encontré allí, mi relación con un político local de mi ciudad y por supuesto, mi rol de practicante. Todas estas cosas confluyeron y condujeron al punto de partida de un proyecto legal con políticos de diferentes partidos.

Durante el proyecto, traté de involucrar a más practicantes, incluso algunos que no habían estado muy activos en los últimos años. Pedí a otro practicante que llevara la coordinación del proyecto, y no fue algo fácil para mí.

Fue una elección que tomé al principio del proyecto, y en varios puntos del mismo me sentí feliz ante el hecho de que la coordinación no estuviera en mis manos. Todavía sentía que la mayoría del proyecto dependía de mi y algunas veces me frustraba porque parecía que los practicantes buscaban problemas en vez de soluciones. Pero todavía estaba contento de pasar por ese proceso y podía ver honestamente las ventajas de atravesarlo juntos.

En varias ocasiones no tenía claro cuál era el siguiente paso a dar, y en esos casos el coordinador del proyecto siempre fue capaz de aportar buenas sugerencias, que yo podía simplemente seguir, y que luego resultaron ser un paso adelante para el proyecto. Los practicantes trabajando juntos en esto y los resultados que obtuvimos de ello, me parecieron otra manifestación de “la unión hace la fuerza”.

En el momento final, poco antes del voto en el Parlamento belga, varios practicantes empezaron a hacer observaciones que me parecieron problemáticas. Parecía que no eran de ayuda para el proyecto, parecía que querían poner condiciones a los miembros del parlamento, tales como: ”Solo si apoya esta ley con esta actitud y esa mentalidad, queremos que vote por ella. Si no tiene este o aquel entendimiento, pensamos que no vale”. Tan cerca de la fase final del proyecto, era bastante perturbador para mi ver que ocurría algo así.

Para ser claro sobre esto: lo que acabo de describir es lo que me parecía de acuerdo a mi entendimiento y mi punto de vista en ese momento por supuesto no estoy pretendiendo que eso era lo que esos practicantes intentaban hacer. Sin embargo, incluso durante ese período del proyecto era capaz de continuar creyendo en las buenas intenciones de los compañeros practicantes y fui capaz de continuar creyendo en la naturaleza fundamentalmente positiva de la totalidad del proceso. Éste fue para mi otro momento de apertura y de trabajar juntos.

Fue un momento de creer en los complicados arreglos de nuestro Maestro, que toma en cuenta al mismo tiempo todos los aspectos del camino de cultivación de los dizi y todos los aspectos de la salvación de los seres conscientes – un maravilloso mundo de cosas confluyendo que no puedo ni empezar a entender. Esto va mas allá de cualquier aspecto de hacer las cosas con el corazón que yo pueda entender.

Recientemente, el parlamento belga ha aceptado unánimemente esta ley contra el comercio ilegal de órganos y los crímenes relacionados. Esta ley es una ley general, que no está específicamente apuntando a China, pero se refiere a la resolución del Parlamento europeo de 2013 que condena la sustracción forzada de órganos en China.

A pesar que Bélgica es un país pequeño es un país dividido. Sin embargo, aquí hemos visto un voto unánime en el Parlamento. Es bastante significativo. No muchas leyes son aprobadas unánimemente en el parlamento belga. En este caso, sentí que el voto representaba a todo el país diciéndole a la cabeza del mal unánimemente: no aceptaremos que te pases de la raya en esto. Aunque tenemos negocios contigo y aunque tenemos relaciones políticas y otras complicadas interacciones, éste es en el fondo nuestro límite y no iremos más allá por este camino. Era como decir, en nombre de todo el pueblo belga: “No bajaremos al infierno contigo”.

De este modo, la ley se ha convertido en una declaración de un pequeño país contra la sustracción forzada de órganos en China. Al menos, es como yo sentí ese momento y verdaderamente me conmovió profundamente.

Me hizo recordar un momento cuando hacíamos actividades de aclaración de la verdad en Luxemburgo muchos años atrás. Hasta donde sabíamos, no había practicantes en Luxemburgo en ese tiempo. Cuando hacíamos actividades en una plaza de una ciudad y delante de la embajada china en esa región, parecía como si la presencia de los practicantes trajera un poco de luz, algunos puntos de iluminación, a un entorno negro y oscuro. Me dio la impresión de cómo era importante para cualquier región tener practicantes. Y cuán importante es el papel de los practicantes para la región donde viven. Los practicantes pueden llevar luz a la región donde viven, la región de la que son responsables.

Con el voto unánime de esta ley en el Parlamento belga, me parece como si el país entero estuviera envuelto en una luz tenue, en un estado más permanente, como una consecuencia directa de la presencia y actividades de los practicantes.

Es mi esperanza que la ley que fue votada en Bélgica pudiera ser un ejemplo o una inspiración para practicantes y parlamentos de otros países, pequeños o grandes.

Otra experiencia que tuve de hacer las cosas con el corazón y de “La unión hace la fuerza” fue trabajando en el proyecto de Shen Yun en años pasados.

El Maestro pidió a todos los practicantes involucrarse e implicarse de corazón.

Como coordinador del proyecto de Shen Yun en Bélgica, ha tratado de coordinar el proyecto de tal manera que cada practicante tuviera la oportunidad de implicarse de corazón.

Con el paso de los años nuestros métodos de promoción han evolucionado y se han vuelto mejores cada vez. Al principio, trabajar juntos de corazón parecía incluir un aspecto de todos los practicantes haciendo una parte de la misma clase de trabajo. Ahora parece ser más que cada practicante contribuye de corazón en aquella parte del trabajo en la que los talentos de ese practicante pueden usarse mejor.

Personalmente, yo ciertamente no consigo estar siempre al 100% entusiasmado de corazón como ser humano, ni como practicante. Demasiado a menudo estoy demasiado lejos de estar unido conmigo mismo en todos los aspectos de mi vida en todos los momentos. Esto es más prominente en momentos de negatividad en mi mente o cuando fallo en aceptar un desafío o una tribulación.

Ciertamente, yo tampoco he sido capaz de llevar siempre los proyectos de Dafa que he coordinado de un modo 100% abierto y unido. Pido sinceramente perdón por ello a mis compañeros practicantes. Quizá pueda reconfortarles saber que fui capaz de aprender y hacer progresos mientras atravesaba ese proceso. Y supongo que eso mismo es cierto para todos los otros que estuvieron implicados.

Creo fuertemente en la perfección de los arreglos hechos por nuestro Maestro.

Espero encontrar un poco más de sabiduría en el futuro para tener esto presente en medio de los procesos de aprendizaje y transformación.

Muy recientemente, aprendí otro aspecto sobre hacer las cosas con el corazón. Hacer las cosas con el corazón también implica cuidar cada aspecto del proyecto en el que estoy trabajando. Con el proyecto político del que hablaba, no me preparé bien para la última parte del proyecto: el trabajo con los medios y el seguimiento a los políticos una vez que la ley fue votada. Creo que con mejor preparación en estos aspectos, el resultado incluso podría haber sido mejor y se podría haber llegado a más gente. Además, la falta de preparación para estos últimos pasos del proyecto condujo a un fuerte conflicto que surgió de repente entre otro practicante y yo, que produjo confusión, desconfianza y pensamiento negativo.

Me sorprendió lo rápido que las cosas pueden volverse amargas o las situaciones negativas, si no prestamos atención a cada aspecto del proyecto, incluidos los últimos pasos. Debería haberlo sabido. El Maestro ya ha explicado esto varias veces y nos ha dado el ejemplo con el proyecto de Shen Yun. Espero que ésta sea una buena lección para mi; tanto para manejar mejor cada último aspecto de los proyectos en los que estoy trabajando, como todos los aspectos de mi cultivación hasta el verdadero último peldaño.

Esto concluye mi experiencia. Estoy agradecido por esta oportunidad para compartir mis entendimientos. Si notan algo inapropiado háganmelo saber, por favor.

Gracias Maestro, Gracias, compañeros practicantes.

(Presentada en la Conferencia Europea de Intercambio de Experiencias 2019)