(Minghui.org) Falun Dafa, un sistema de meditación basado en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, ha sido perseguido ilegalmente en China desde julio de 1999.
Durante los últimos 20 años, algunos funcionarios del gobierno han optado por ponerse del lado de los practicantes a pesar de la persecución, mientras otros se han unido al partido comunista chino (PCCh) para castigar a personas inocentes.
He recopilado algunas historias sobre anteriores directivos de mi lugar de trabajo. Uno tras otro, recibieron bendiciones por proteger a inocentes practicantes.
Empecé a practicar Falun Dafa en abril de 1997. Como muchos otros practicantes, viví una mejora significativa en mi salud física y en mi estado mental. Me sentí como la persona más afortunada del mundo.
Trabajo en una gran oficina del gobierno a nivel del condado que supervisa una decena de agencias inferiores. Durante la persecución a Falun Dafa, junto a otros practicantes, he estado contando a nuestros directores de oficina los verdaderos hechos sobre Falun Dafa. Gracias a esto, ellos dejaron de creer ciegamente en la propaganda y comenzaron a proteger a los practicantes de varias maneras.
Nuestro primer director
Cuando la persecución comenzó en julio de 1999, el comité de asuntos políticos y jurídicos (PLAC), la oficina 610 y el departamento de policía a menudo emitían órdenes de persecución. A veces contactaban a nuestro director de oficina y al secretario del partido al final de la jornada o por la noche.
Después de que tres practicantes de Falun Dafa de nuestro lugar de trabajo fueron a apelar a Beijing, el director y otros funcionarios fueron a menudo acosados, y los bonos de nuestra oficina fueron cancelados.
En ese momento, todavía no habíamos transmitido claramente los hechos sobre la persecución al director. Sin embargo, basándose en nuestros comportamientos cotidianos, sabía que los practicantes de Falun Dafa eran buenas personas, y no tomó ninguna acción contra nosotros. En cambio, elogió a los practicantes de Dafa por su buen desempeño y sus grandes personalidades. Fue promovido posteriormente varias veces antes de retirarse.
Nuestro segundo, tercer, cuarto y actual director
La persecución se tornó más severa durante el mandato del segundo director. Sin embargo, el nunca planteó el tema de Falun Dafa durante las reuniones. Una vez, cuando los altos funcionarios presionaron muy duro para que nos castigara, el simplemente llamó a varios de nosotros, los practicantes, a su oficina y nos dijo que tengamos cuidado. A pesar de su relativamente limitada experiencia laboral, recibió un ascenso más tarde para ser subdirector del condado.
El tercer director había leído muchos materiales de Falun Dafa y había escuchado la verdad sobre la persecución. Sabía que los practicantes de Falun Dafa eran todos inocentes y buenas personas, y a menudo nos protegía. Eludió un decreto de la oficina 610 y del secretario del partido, y ayudó a un practicante liberado a reanudar su trabajo en nuestra oficina. Más tarde fue promovido en numerosas ocasiones y también disfrutó de una feliz vida familiar.
Durante el cuarto mandato del director, uno de los practicantes fue arrestado por la oficina de seguridad doméstica de la ciudad y recluido en el centro de detención de la ciudad. El director visitó el centro de detención varias veces y preguntó sobre el paradero del practicante. Hizo todo lo posible para rescatar a su empleado, y también arregló que el practicante volviera directamente al trabajo después de su liberación. Por supuesto, sus buenas acciones también fueron recompensadas – pronto fue promovido a ser el director de otra oficina.
El director actual es relativamente joven y había escuchado sobre Falun Dafa en su anterior trabajo. He tenido conversaciones con él sobre Falun Dafa, y he disipado aún más los rumores difundidos por el PCCh. Le conté sobre cómo los directores anteriores habían sido bendecidos por proteger a los practicantes, mientras que los directores de otra oficina se enfrentaban a consecuencias por estar del lado del PCCh para dañar a personas inocentes. Uno de ellos fue condenado a diez años y murió en prisión, mientras que otro está actualmente cumpliendo una pena de once años de prisión.
El actual director de mi lugar de trabajo aceptó mi consejo y accedió a renunciar a las organizaciones del PCCh.
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