(Minghui.org) Hace unos días, mientras enviaba pensamientos rectos a las 12 en punto, tuve una visión de una cueva y un río que corría hacia esta. Había muchos gusanos en el río. Al inicio del río había un plato redondo, lleno de bacterias repugnantes que crecían y se retorcían. Parecía que en este plato redondo crecían gusanos y el río los arrastraba.

No entendí lo que significaba. Pero entonces recordé que el Maestro Li mencionó lo siguiente:

"Ahora las viejas fuerzas no se atreven a perseguir a los Dafa Dizi directamente, todas esas vidas con formas grandes no se atreven. ¿Ahora qué cosas están haciendo esto? Son todos un tipo de bichos, de bacterias embrolladas, son todas estas cosas" (Enseñanza del Fa en el Fahui de la Costa Oeste 2015).

Al día siguiente me enteré de que algunas personas les dijeron a las autoridades que yo practicaba Falun Dafa y que estaba involucrado con la mafia y el mercado negro. Pude ver que el Maestro me estaba dando una pista y me dejaba ver la razón con anticipación.

Primero, miré hacia adentro para descubrir qué defectos míos provocaron que hagan esto. También comprendí que las cosas implicadas en la persecución a los Dafa dizi son los gusanos que utilizan a las personas para que hagan cosas malas.

Me fortalecí y envié pensamientos rectos, prolongando el tiempo de envío. Pocos días después, los gusanos negros se reunieron en una pequeña pila y se convirtieron en conchas vacías que fueron arrastradas por el río.

Del lado humano, cuando el gobierno y la policía investigaron, descubrieron que yo nunca estuve involucrado con la mafia o el mercado negro. Mientras la policía intentaba usar este informe para perseguirme, fracasaron ante los verdaderos pensamientos rectos. ¡A través de esto experimenté la benevolencia del Maestro y el poder de los pensamientos rectos!

Esto me hizo pensar en algo que sucedió hace mucho tiempo. Al poco tiempo de que empecé a practicar Falun Dafa se publicaron los versos para enviar pensamientos rectos, así que apenas los aprendí fui a Beijing a visitar a mi hermano menor que estaba enfermo en un hospital. Cuando llegué a Beijing me sentía incómodo y no sabía por qué. Unos días después, me sentí aún peor.

Tuve un sueño claro, poco después: En un gran salón, cangrejos negros se arrastraban por todo el techo, las paredes, el suelo y las mesas. Me asusté y subí a un poste para mantenerme alejado de ellos. En ese momento, pensé y recité los versos de los pensamientos rectos, como enseñó el Maestro. Luego miré hacia abajo y me sorprendió ver que los cangrejos negros ya no estaban, el pasillo estaba limpio y dos conserjes sacaban la basura. Fue realmente mágico. ¡Enviar pensamientos rectos es tan poderoso!

Estas dos historias me demostraron que no importa si uno es un practicante nuevo o un practicante veterano, ¡enviar pensamientos rectos es poderoso en cualquier caso!