(Minghui.org) En las tardes de los domingos de verano, la Plaza de la Libertad y los Derechos Humanos en París es un buen lugar para ver al grupo local de Falun Dafa. Se reúnen para demostrar los ejercicios y crear conciencia sobre la persecución que enfrenta esta pacífica práctica espiritual en China.

Muchos turistas llegaron a la plaza el domingo pasado, como de costumbre. Fascinados por ver los ejercicios de Falun Dafa, muchos tomaron fotos y expresaron su apoyo al trabajo de los practicantes de Falun Dafa.

Practicantes de Falun Dafa demuestran ejercicios en la Plaza de la Libertad y los Derechos Humanos en París.

Turistas de todo el mundo que visitan París ven los ejercicios de Falun Dafa y se informan sobre la persecución en China.

Una familia china conoce sobre la persecución que la práctica pacífica de Falun Dafa enfrenta en China.

El Sr. Liani Belkcem, un hombre de negocios en Francia, mostró gran interés en Falun Dafa. Él dijo: "Es la primera vez que lo veo. Estoy tan sorprendido de lo bien que entraron en la tranquilidad. Siento la energía. Me trasmite algo y me atrae". 

"¡Maravilloso! Me siento como si me hubieran sacudido. Me gusta mucho!". Elogió los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y le gustaría encontrar más información en el sitio web de Falun Dafa.

La Sra. Asmaa Oubou, de Marruecos, dijo: "La recolección de firmas [de practicantes de Falun Dafa] es una noble acción. Naturalmente, estoy junto a ellos. Aplaudo sus nobles acciones y espero que la persecución termine pronto. ¡Que la paz llene el mundo!".

Otro turista llamado Jean-Philippe Anderni dijo: "¡Cuánta gente está sufriendo bajo el comunismo! Es horrible que se puedan tomar los órganos sin permiso. La gente en China es perseguida por sus creencias. Es terrible desde un punto de vista humanitario. ¡No hay palabras que puedan describir la brutalidad! ¡La gente tiene que trabajar unida para detener un asesinato tan sangriento!".

Patrice, un residente local, dijo que sabía que el pueblo chino no tiene libertad de expresión. "Me gustaría firmar su petición. Estoy en contra del partido y sus crímenes contra la humanidad".

Shuju, una señora que era originaria del noreste de China, dijo que conocía personalmente a una practicante de Falun Dafa que había sido encarcelada, alimentada a la fuerza y torturada. Dijo que le habían arrancado los dientes a la practicante durante la alimentación forzada, y le habían quebrado sus dedos, pero ella continuó practicando Falun Dafa. Shuju admiraba la firmeza de los practicantes de Falun Dafa.

Los turistas de China continental leyeron atentamente la información y tomaron fotografías. Algunos renunciaron a las organizaciones comunistas en el acto.