(Minghui.org) Varios residentes de la aldea de Xinggong, en el distrito de Shuangcheng, de la ciudad de Harbin, permanecen detenidos por tratar de conseguir que liberaran a una vecina de la aldea. A uno de ellos, el Sr. Gong Yubin, se le ha dictado una orden de detención oficial y ahora está siendo procesado.

El arresto del Sr. Gong y algunos otros se derivó del arresto anterior de la Sra. Guo Yurong, quien fue detenida el 10 de octubre de 2017 por negarse a renunciar a Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino.

La suegra de la Sra. Guo, la Sra. Sun Guizhen, también practica Falun Gong. Ella y su esposo, el Sr. Geng Chengshi, que no practica Falun Gong, recolectaron las firmas de otros aldeanos para pedir la liberación de su nuera.

El Sr. Gong, la Sra. He Liying y la Sra. Cui Baolian, todos practicantes de Falun Gong, ayudaron con la recolección de firmas. Los arrestaron finalmente junto con la Sra. Sun y el Sr. Geng el 19 de abril de 2018.

La policía rompió las ventanas del Sr. Gong para acceder a su domicilio. Lo pusieron todo patas arriba. Un familiar grabó la redada, pero la policía le arrebató su teléfono celular y borró el video.

Cuando la familia del Sr. Gong solicitó su liberación, se les informó de que el caso había sido transferido de la policía de la aldea a la policía del distrito de Shuangcheng.

La oficina 610 del distrito de Shuangcheng, una agencia extralegal encargada de erradicar Falun Gong, y con poder para anular el sistema judicial, ordenó a la policía que investigara a todos los aldeanos que habían firmado sus nombres en el formulario de petición.

Forzaron a los peticionarios a firmar en presencia de la policía para verificar que habían solicitado la liberación de la Sra. Guo. Un aldeano sufrió un ataque cardíaco después de recibir la visita de la policía, mientras que algunos otros no se atrevieron a regresar a sus hogares. La policía y los funcionarios de la aldea patrullaban las calles e incluso restringían el uso de la electricidad por la noche. Al pueblo no se le permitía mantener las luces encendidas más allá de cierto tiempo.

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