(Minghui.org) Mientras caminaba por la calle, varios policías comenzaron a perseguirme y me gritaron. Continué con calma hasta que los oficiales se acercaron a mí y se detuvieron. Pronto estuve rodeada por más de diez de ellos. Me llevaron a la estación de policía.
Era enero del 2018, y estaba yendo a una de las áreas limítrofes de China para contarle a la gente sobre Falun Dafa. El partido comunista chino (PCCh) ha prohibido y calumniado esta práctica budista desde 1999, dando a muchas personas una impresión equivocada de ello.
Cuando se supo que una practicante de Falun Dafa había sido arrestada, los oficiales de policía regulares y la policía armada (que son los responsables de patrullar la oficina) corrieron al vestíbulo. Algunos me tomaron videos y me hicieron preguntas. Todos parecían algo nerviosos.
Sin inmutarme, dije: “No responderé a sus preguntas. Si lo hago, este será un interrogatorio ilegal y eso no es algo que quieran en su registro. Es algo bueno que me "hayan invitado" aquí. Si son amables con los practicantes de Falun Dafa, es probable que el cielo los recompense”.
“Una cosa más. A pesar de que Jiang Zemin (el exjefe del PCCh) dio órdenes de perseguir a Falun Dafa, se practica en más de cien países. Muchas personas fuera de China han demandado a Jiang. Solo en China, más de 200.000 practicantes usaron sus nombres e identidades reales para entablar demandas en su contra. Así que les aconsejo que no sigan sus órdenes de perseguir a los practicantes”.
“Para el registro, si solo escuchan lo que tengo para decirles o lo comparten con sus amigos, está bien. Pero si lo usan para informar a sus superiores, cuando Falun Dafa un día sea reparado, servirá como evidencia de que han perseguido a Falun Dafa”.
“No llamen a la oficina central”, le dijo un oficial a sus subordinados.
La mayoría se fue, pero unos pocos se quedaron en el vestíbulo para vigilarme. Ellos me hablaron uno por uno.
Cuando uno quiso husmear en mi bolso, le expresé firmemente: “No te di permiso. Si quieres buscar algo allí, estarás violando la ley”.
“¿Incluso si estoy frente a ti?”.
“Si no te autorizo y lo buscas en frente mío, eso es un hurto". Si lo buscas a mis espaldas, es un robo”.
“Vaya, entonces no podemos verlo. ¿Por qué no nos dejas echar un vistazo?”.
“Si te dejo hacerlo, estoy ayudándote a hacer algo malo, y eso te dañaría”.
“Tía, debe estar en sus 80, pero sabe tantas cosas y es tan audaz. ¡Podría vivir durante cientos de años!”.
“Practico Falun Dafa”, respondí. “Obtuve todo por Dafa. Todos ustedes deberían encontrar un libro de Dafa para leer. Si no puede encontrar uno, solo digan sinceramente, 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. Además, el renunciar al PCCh cortará sus vínculos con esa organización. Entonces también tendrás la mente despejada. Y lo que es más importante, estarás a salvo cuando caiga el partido”.
“Señora, por favor baje la voz. Otras personas están haciendo su trabajo”.
“Soy ruidosa porque quiero que ellos me escuchen. He visto mucha gente buena en tu estación, entonces necesito dejar que todos escuchen la verdad”.
Cuando le pedí agua, lo trajeron y dijeron: "¡Por favor, beba!". Alguien trajo un trozo de papel y un bolígrafo y me preguntó mi nombre.
“Primero debe escribir 'interrogatorio ilegal' y 'las personas tienen la libertad de elegir su fe, y perseguir a las personas debido a que su fe es un delito”.
Cuando no quisieron escribir lo que les había dicho, les manifesté: “No desperdicien su tiempo. No quiero firmar. Estoy justo aquí para contarles la verdad. He tenido que estar aquí por dos horas. Necesito irme a casa”.
Un oficial me ofreció llevarme en un auto de la policía.
“Veamos por qué harías esto. Si es por mi seguridad, entonces eso es bueno. Si quieres asustarme, tendrás una retribución”. Decidió que alguien me acompañaría a casa.
“Perfecto, te prometo que voy a contarle más hechos sobre Dafa en el camino para que despierte a la verdad”.
“Por favor no vuelva a esta área nuevamente, dijo”.
“No, no te puedo prometer eso. Aquí hay personas que quiero explicarles acerca de Falun Dafa también. Realmente espero que todos ustedes tengan un buen futuro”.
El oficial me dejo ir. Ninguno de ellos me siguió.
Cuando estaba en el vestíbulo de la estación de policía, siempre había algunas personas cerca, excepto en dos ocasiones cuando solo había una. En unos segundos, pregunté a cada uno a qué organización comunista pertenecían y le sugerí que renunciaran. Ambos dijeron que lo harían.
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Categoría: Aclarando la verdad