(Minghui.org) En nombre de “mantener la estabilidad”, el comité del partido comunista chino (PCCh) en Xinjiang ha arrestado a practicantes de Falun Gong, defensores de los derechos humanos, clérigos y minorías étnicas sin formalidades o procedimientos legales.

Las autoridades también han establecido “centros de educación y reentrenamiento” en cada ciudad y condado. Los detenidos enfrentan tortura física y mental. En Urumqi, la capital de Xinjiang, hay 33 de esos centros de detención.

El gobierno de Xinjiang restringe en gran medida el flujo de información. Según fuentes internas, el número total de personas detenidas ilegalmente es de alrededor de un millón, y cada día se arrestan más.

Desde que el secretario del partido Chen Quanguo tomó el poder en Xinjiang, los practicantes de Falun Gong en la región han enfrentado la persecución más severa desde que comenzó el 20 de julio de 1999. Aquellos que no cooperan tienen restringidas casi todas las libertades personales. Debido a que las agencias gubernamentales comparten información en línea, los practicantes que se niegan a renunciar a Falun Gong ya no pueden trabajar, vivir normalmente ni usar el transporte público.

Antes y después del pasado 19.º congreso nacional del PCCh, el gobierno de Xinjiang y el comité de asuntos políticos y legales ordenaron a la policía local que interrogara a todos los practicantes de Falun Gong y les preguntaran si tenían la intención de seguir practicando. Aquellos que respondieron afirmativamente fueron enviados a centros de detención, puestos en listas de personas buscadas o bajo arresto domiciliario.

Se han instalado puntos de control de seguridad avanzados en las fronteras de la ciudad y el condado, entradas a instalaciones gubernamentales, mercados, centros comerciales, hoteles, fábricas y unidades mineras. Todos los que entran o salen de dichos lugares deben escanear su tarjeta de identificación. Como resultado, varios practicantes de Falun Gong que figuraban como buscados fueron llevados inmediatamente a la estación de policía más cercana. Varios practicantes en otras áreas fueron arrestados en puntos de control de seguridad en aeropuertos o estaciones de trenes.

La mayoría de los casos de persecución en la región no han sido denunciados por temor a represalias por parte de funcionarios del gobierno. Por ejemplo, se sabe del desplazamiento forzado de cuatro personas, incluido Liu Hong, un practicante en Urumqi.

El gobierno de Xinjiang ha otorgado a las administraciones locales un poder ilimitado para investigar y detener a cualquier persona en su jurisdicción. Las administraciones locales pueden ejercer poder sobre la industria y el comercio y expulsar arbitrariamente a los residentes y comerciantes. Los practicantes de Falun Gong se han convertido en sujetos de hostigamiento, monitoreo y arrestos arbitrarios, todo sin procedimientos legales.

Muchos practicantes han sido hostigados y arrestados en áreas remotas. No ha habido reportes sobre ello de manera oportuna debido a la falta de acceso a Internet. La situación se ha vuelto muy seria.

El gobierno de Xinjiang ha escalado su coacción y persecución de todos los grupos étnicos. En particular, las administraciones de la comunidad y del pueblo exigen que los residentes levanten la bandera nacional y canten el himno todas las mañanas. Se ven obligados a estudiar la doctrina del PCCh todas las noches. Aquellos que se resisten son llevados inmediatamente a centros de reeducación, incluido hay un caso conocido de diez personas de la etnia Han en una aldea del condado de Shawan. Estas detenciones no tienen cuando terminar.

Los empleados del gobierno no están exentos de la intimidación y el lavado de cerebro; cualquiera que tenga puntos de vista que difieran de la política oficial también será llevado a un centro de reeducación.