(Minghui.org) Nací en la década de los ochenta. Me divorcié por egoísmo en 2010. Me podían importar poco los sentimientos de mi hijo, mis padres o mis suegros.

También causé un gran daño a mi hijo. Siempre estaba de mal humor y me enfrentaba a problemas de manera extrema. Si mi hijo cometía errores, o si no me escuchaba, le pegaba. Nunca consideré sus sentimientos, por lo que se convirtió en mi saco de boxeo. Poco a poco, el odio se desarrolló en su joven corazón.

Dafa me cambió

Encontré a Falun Dafa a finales de 2011 y decidí tomar la práctica, incluso siguiendo las enseñanzas del Maestro Li Hongzhi y cultivando mi corazón. Quería ser buena con mi hijo y compensar mis errores del pasado. Luego me volví a casar con mi esposo y decidí desarrollar una vida armoniosa.

Shifu dijo:

"Si mantienes en todo momento un corazón misericordioso y una actitud serena y pacífica, al encontrarte con problemas podrás actuar bien, porque eso da espacio para amortiguar. Si siempre eres misericordioso, tratas a los demás benevolentemente, consideras a los demás al hacer cualquier cosa, y cada vez que se presenta un problema piensas primero si los demás podrán aguantar o no y si dañas a otros o no, entonces no surgirá ningún problema" (Zhuan Falun).

Leí a mi hijo el libro principal “Zhuan Falun”. Cuando escuchó las enseñanzas por primera vez, lloró. Él dijo: "mamá, me hiciste daño. Si habría estudiado el Fa cuando era joven, no sería como soy ahora".

Me sentí muy culpable y me disculpé con él. "Tu madre cometió muchos errores. Ahora, aprendí Dafa y cambié completamente. Si no me doy cuenta de que hago algo mal, por favor dímelo y ayúdame a cambiar. Espero que me perdones. Lo más importante ahora es que estudiemos el Fa y seamos mejores personas. Todo estará bien".

Pagando ye

Los intensos reclamos, sin embargo, no pueden resolverse simplemente diciendo que lo siento. El ye necesita ser pagado gradualmente. Mi hijo rara vez me hablaba y no me hablaba de la escuela. Solo supe de su situación a través de los padres de otros niños. Él no se sentía cerca de mí y era introvertido. Al ver su infelicidad me afectó profundamente.

Al principio, me quejé con él por ser distante, y comparé sus faltas con las de su padre. Luego miré dentro y me di cuenta de que mis acciones pasadas lo hicieron desconfiar de mí. ¡Casi le arruiné la vida!

Afortunadamente, tenemos el Fa de Shifu. Ambos aprendimos de las enseñanzas y nuestra relación comenzó a cambiar. Se volvió más abierto, sociable, optimista y sonrió más.

Encontrando apegos

Había conflictos a diario, por muchos de mis apegos. Cuando le señalaba que se equivocaba en su tarea, afirmaba que tenía razón. Era arrogante e irrespetuoso. Cuando me enojaba y no podía controlar mi temperamento, él no se conmovía. Un compañero practicante me dijo que representaba un espejo, mostrándome mis propios apegos.

Al mirar hacia adentro, me di cuenta de que era arrogante, y pensaba que siempre tenía la razón. Yo causé el comportamiento de mi hijo. Afortunadamente, Shifu me trata con benevolencia, a pesar de mis errores. Shifu nunca me culpó y solo me fortalece y me anima. Necesitaba hacer lo mismo por mi hijo. Ya no se lo reproché más, así que cambió después de un tiempo.

Dafa abrió mi sabiduría. Recordé lo que aprendí en la escuela e incluso pude ayudarlo a resolver problemas. Más tarde me dijo que le enseñó mi método a su clase y que mi método era más simple que el de su maestro. Este hecho mejoró nuestra relación.

Mi hijo tuvo dificultades para concentrarse en la escuela, se negaba a escuchar a sus maestros y cometía errores injustificados. Hubo momentos en los que no pude contener mi temperamento. Después de mirar adentro, descubrí que tenía el mismo problema. Cuando estaba estudiando el Fa, no podía concentrarme. Después de que decidí memorizar el Fa, también noté algunas mejoras en mi hijo.

Luego, durante las últimas vacaciones de invierno, comenzó a mirar televisión y decidió complacerse. Relajó su estudio del Fa y no enviaba pensamientos rectos. Mi corazón estaba pesado y me preguntaba cómo resolver el problema.

Después, pensé acerca de cómo Shifu trata a sus practicantes. Shifu ve nuestros puntos buenos e ignora nuestros puntos malos. Esto me dijo que debería ver el lado bueno de mi hijo. Shifu cuida de él, estará bien siempre y cuando mi corazón y las nociones humanas no lo pongan en riesgo.

Una visión me animó

Animé a mi hijo a enviar pensamientos rectos por nueve días. Shifu abrió su tiamnu y le permitió ver una escena en otras dimensiones, lo que lo motivó.

Le mostró un precioso jarrón. Al día siguiente, mientras enviaba pensamientos rectos, Shifu le dio el precioso jarrón y dijo que el jarrón podía capturar demonios. Pero si no enviaba pensamientos rectos, el jarrón se rompería.

El jarrón se volvió más poderoso cada vez que aumentaba el envío de pensamientos rectos. Las imágenes y adornos en el jarrón también cambiaban.

El jarrón se rompió porque no envió pensamientos rectos durante tres días seguidos. Estaba bien siempre y cuando enviara pensamientos rectos. Pero el jarrón se rompió nuevamente cuando omitió el envío de pensamientos rectos por un día.

En medio de este proceso, quiso renunciar al envío de pensamientos rectos. Pero Shifu fortaleció su voluntad y lo alenté con mis pensamientos rectos. Finalmente perseveró.