(Minghui.org) La Sra. Zheng Weili, es una practicante de Falun Gong de la ciudad de Qiqihar. En 1997, comenzó a practicar Falun Gong, disciplina a la cual acredita su buena salud. Antes de comenzar a practicar, le fallaban los riñones, tenía enfermedades en el estómago y corazón, y otros problemas de salud.

En 2008 la Sra. Zheng fue arrestada por hablar con la gente sobre la persecución a Falun Gong. Bajo custodia policial, tenía su cuerpo hinchado, pero aun así la ataron a una silla de hierro para que no pudiera moverse. Cuando la liberaron de la silla, ya no podía caminar bien. Luego, fue sentenciada a siete años de prisión donde no la dejaron dormir y la dejaron en el piso por diez meses. El 23 de abril de 2015 la liberaron.

Tres años después de haber sido liberada de la prisión, la Sra. Zheng aún sufre de un fuerte dolor. “No puedo cuidarme sola. Debido a la tortura a la que fui sometida en prisión, no puedo levantar nada con mis manos. Mi hombro quedó deformado por haber estado colgada. Tengo dolor en el cuello, la espalda y hombros”, dijo.

Piernas paralizadas por la tortura con la silla de hierro

La Sra. Zheng fue arrestada el 28 de abril de 2008 por la oficina 610 de la ciudad de Zhuozhou. Fue atada a una silla de hierro por más de 24 horas. La parte superior de su cuerpo estaba completamente atada al respaldo de la silla con mucha cinta para prevenir que se retorciera debido a las descargas eléctricas. Sin embargo, cuando la policía vio que su cuerpo entero se estaba hinchando y que antes sufría de fallas en los riñones, no le aplicaron descargas eléctricas.

Representación de la tortura “atada a una silla de hierro”

Cuando la liberaron de la silla de hierro, ya no podía caminar. La llevaron al centro de detención de Zhuozzhou donde la ataban a la silla de hierro todos los días. Cuando se desmayó, la enviaron a un hospital.

La Sra. Zheng se declaró en huelga de hambre para protestar por el trato inhumano, pero la policía la obligó brutalmente. Fue enviada a la prisión de mujeres de Hebei más de un año después del arresto el 28 de junio de 2009.

Tirada en el piso por diez meses

En la prisión fue forzada a mirar videos que difamaban a Falun Gong. Como se negó a renunciar a su fe en la disciplina, la colocaron en confinamiento solitario donde tenía que sentarse desde las 6 p. m. hasta las 2 a. m. en el piso de cemento por más de 20 días. Luego la llevaron a su celda cuando la policía la forzó a dejar su huella dactilar en lo que ellos llaman “acuerdo de transformación” la cual ella misma declaró nulo.

Después de otro mes postrada en la cama, porque no podía mover sus piernas paralizadas, la tiraron al piso de nuevo. Cuatro reclusas se turnaron para mantenerla despierta las 24 horas pinchándola con palitos. Como resultado, sufrió de presión alta, problemas de corazón, y su cuerpo entero se hinchó. Según la Sra. Zheng: “Estaba tan mareada que el piso parecía estar vertical. Estuve medio consciente por 30 días; el único pensamiento que tenía era que todavía estaba viva”.

Cuando se negó a usar número de prisionero o a contestar los llamados a prisioneros, la policía citó a su hijo de Shanghái a la prisión. No lo dejaron volver a trabajar hasta que la Sra. Zheng cumplió con las demandas de la policía. Luego, cuando se negó a usar la etiqueta de prisioneros, castigaron a todos en su celda, obligándolos a sentarse por largos periodos de tiempo y no dejándolos dormir. La policía castigó a todos para que la culparan a ella y la presionaran.

Como la Sra. Zheng estaba paralizada, no podía ir a la cama sin ayuda. Tuvo que quedarse en el piso por diez meses por negarse a usar la etiqueta de prisioneros y por no contestar los llamados a formar. El 12 de abril de 2015 finalmente fue liberada, pero solo después de que su hijo firmó la documentación por ella.

Enviada a un campo de trabajo forzado por apelar por Falun Gong

La ordalía de la Sra. Zheng comenzó cuando fue a la plaza Tianamen en Beijing para apelar por su derecho a practicar Falun Gong en diciembre de 2000. Cuando regresó a Qiqihar, fue arrestada y llevada a la comisaría de Xinjianglu. Le esposaron las manos y la empujaron desde atrás, luego la colgaron de la barra del marco de una cama. Usaron una cadena finita de acero para atar sus piernas para que su cuerpo quede colgando del aire. Luego la empujaron para que se balancee de atrás hacia adelante. “Sentí que todos mis órganos internos se destrozaban. Comencé a transpirar. Uno de los policías me dijo: ‘Te dejaré paralizada de por vida’”, recordó ella.

El 8 de enero de 2001, la enviaron al centro de detención de Qiqihar. Le hicieron usar una cadena de más de 22 kilos por negarse a recitar las regulaciones de la prisión o contestar los llamados a formar. Hizo una huelga de hambre para protestar. La enviaron al campo de trabajo forzado de Shuancheng por cuatro meses.

E 13 de mayo de 2002, Día Mundial de Falun Dafa, los practicantes en el campo de trabajo hicieron banderas usando tela de sus ropas. Las banderas decían “Falun Dafa es una vía recta, ¡Falun Dafa es bueno!”. Colgaron las banderas de las ventanas de las celdas por la mañana.

Los guardias estaban estremecidos al verlas cuando llegaron al trabajo y rodearon a todos los practicantes. Ataron a la Sra. Zheng y otros practicantes a sillas de acero y los colocaron en confinamiento solitario.

La Sra. Zheng recordó el incidente: “No nos permitían limpiarnos y nos daban poca comida. Después de 23 días, ninguno de nosotros podía pararse por cuenta propia. Los guardias seguían preguntando quién organizó la actividad, pero nadie contestó. Recién después de 45 días nos llevaron de nuevo a las celdas, ninguno de nosotros podía caminar”.

Al final, a todos los practicantes se les extendió la condena por cuatro meses. La Sra. Zheng fue liberada en octubre de 2002.