(Minghui.org) Desde 2014, he ido a los pueblos junto con Ming (alias) para hablar con la gente sobre Falun Dafa. Durante los últimos tres años, he encontrado muchos apegos y quisiera compartir algunas historias sobre estos.
Siendo comprensiva con los demás
La primavera pasada, Ming y yo fuimos a un pueblo para poner carteles de Dafa. Cada vez que sugería poner un cartel en un lugar en donde había mucha gente, Ming me ignoraba y, en cambio, escogía un lugar discreto. Sentía que ella carecía de fuertes pensamientos rectos y que tenía mucho miedo. Poco a poco, empecé a tenerle aversión.
Más tarde, cuando estudié el Fa en mi casa y miré hacia adentro, encontré mis apegos. Me di cuenta de que estaba realmente equivocada en mi trato con Ming. Shifu no culpa o desprecia a los practicantes cuando cometen errores, ¿cómo podría yo despreciar a una compañera practicante?
Para eliminar otros malentendidos, le pregunté a Ming la razón por la que escogía aquellos lugares. Ella dijo que los banners colgados en lugares discretos no iban a ser quitados tan rápido como los que se colgaban en lugares con mucha gente, y llamarían menos atención a lo que estábamos haciendo. Las personas que tenían una relación predestinada iban a ver los carteles sin importar dónde se colgaban.
Eliminando apegos y cooperando con los demás
Recientemente salí a distribuir materiales de Dafa en la noche. Generalmente, somos solo Ming y yo, pero a veces nos acompaña otra practicante.
Además de colocar carteles sobre Dafa, también quitamos los carteles puestos por la oficina 610 local, que calumnian a Dafa. En varios lugares, incluso pusieron sus pizarrones.
Al colocar carteles de Dafa, enfocaba el faro de mi motocicleta hacía la otra practicante, para que sea más fácil de ver en la oscuridad. Ming me pidió a menudo quitar la luz que la enfocaba, lo que me molestaba, pensando que ella tenía un fuerte apego al miedo.
Entonces quise dejar de colaborar con ella y pensé que sería mejor trabajar con practicantes que aclaraban la verdad cara a cara, a plena luz del día.
Más tarde me calmé y pensé más sobre el tema. Llegué a entender que, en nuestro grupo de estudio, no hay muchos practicantes con posibilidades de salir de noche. Además, soy joven, así que debo compartir la responsabilidad de quitar los carteles malvados y distribuir nuestros materiales. No es fácil que dos practicantes mujeres hagan este trabajo, ya que recorremos más de 100 km (62 millas) cada noche. También, subir y bajar la moto continuamente es agotador.
A través de esta experiencia, descubrí también mi apego de no querer escuchar críticas o consejos. Solo me gustaba ser alabada. Sé que, si no me rectifico inmediatamente, las viejas fuerzas se van a aprovechar de mis brechas. Estoy agradecida por esta experiencia que me ayuda a mejorarme y por lo que comparten los practicantes.
Mirando hacia adentro incondicionalmente
Me di cuenta de que no había cultivado el habla porque seguía diciendo que Ming tenía un fuerte apego al miedo.
Shifu dijo:
Por ejemplo, entre unos y otros hay conflictos como «tú eres bueno, él no lo es» o «tú haces el xiulian bien, él no»; estos en sí mismos son conflictos. Hablemos de algo corriente como «yo hago lo que quiero» o «este asunto ahora tiene que hacerse así y asá»; de esta manera quizás hieres a alguien inconscientemente. Debido a que los conflictos entre los seres humanos son todos muy complicados, se puede crear ye sin intención” (Zhuan Falun).
Cultivarse es mirar hacia adentro incondicionalmente. Al ver problemas en otros, debemos buscar dentro y examinarnos para ver si tenemos esos problemas también. Solo cuando lo hacemos de esta manera, los practicantes pueden unir sus corazones y hacer las cosas bien.
En una ocasión, dos practicantes fueron conmigo a los pueblos para distribuir materiales de Dafa. Les dije previamente que distribuiríamos materiales en ciertos lugares en el camino de regreso. Sin embargo, una de ellas seguía distribuyendo materiales mientras íbamos en camino a los pueblos.
En una de las zonas en donde habíamos distribuido materiales informativos, vi a un joven hablando por su celular y tuve inmediatamente un pensamiento negativo. Estaba convencida de que él estaba informando a las autoridades.
Sabía que este pensamiento no era recto y traté de eliminarlo de inmediato: lo que estábamos haciendo era lo mejor y nadie debía interferir con nosotros. Sin embargo, después de viajar más de 1,6 km (una milla), escuchamos la sirena de un coche de policía.
Me volví nerviosa y preocupada. Entonces pensé: "No es posible que el joven nos haya reportado. Es una ilusión. La policía no podía haber llegado en media hora, aunque hubiera llamado el joven". Me calmé, eliminé el apego al miedo y seguí con lo que estábamos haciendo.
Ningún coche de policía se nos acercó jamás, ni se pudo ver en algún lugar cercano. Entendí que Shifu había utilizado aquella situación para exponer mi apego al miedo para que lo pueda eliminar.
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Categoría: Mejorándose uno mismo