(Minghui.org) En 1999 el partido comunista chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Gong (también conocido como Falun Dafa), una disciplina espiritual basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Las cárceles han sido uno de los principales lugares donde las autoridades intentan obligar a los practicantes a renunciar a su fe, a menudo mediante la tortura física y psicológica. Recientemente ha salido a la luz más información sobre que las cárceles de Tianjin han drogado sistemáticamente a los practicantes como parte de su abuso.

Las drogas como herramienta de hostigamiento

Los familiares de un practicante de Falun Gong escucharon de una persona con conocimientos dentro del sistema penitenciario de Tianjin, que es una práctica habitual de las prisiones de Tianjin administrar drogas a los practicantes de Falun Gong. La excusa predominante es que sin drogas, los practicantes son difíciles de "controlar".

Se dieron cuenta, que su familiar, un practicante que había sido liberado de una prisión de Tianjin, mostraba signos de estar psicológicamente desequilibrado.

Otra practicante también informó que cuando estuvo detenida en la prisión de mujeres de Tianjin, casi todos los practicantes allí habían sido drogados.

En la prisión de mujeres lo primero que hacen es someter a los practicantes a una tortura física extrema, incluyendo golpearlos severamente, colgarlos de las esposas, privarlos de alimentos y sueño, someterlos a un frío glacial, obligarlos a permanecer de pie o sentarse en las heces por períodos prolongados y negarles el uso del baño, entre otros abusos.

Largos períodos de tortura este tipo causan grandes daños tanto físicos como mentales. Entonces los guardias de la prisión pretenden mostrar preocupación por los practicantes. Les toman la presión arterial y les piden que tomen los medicamentos para la tensión arterial alta. Si los practicantes se niegan a tomar el medicamento, los guardias ordenan a los reclusos que pongan drogas que dañan el sistema nervioso en la comida o el agua de los practicantes. También administran fármacos desconocidos por vía intravenosa.

Incluso los practicantes que habían sido "transformados" (renunciar a Falun Gong bajo presión) fueron forzados a tomar drogas para hacerlos más obedientes.

La prisión de mujeres de Tianjin asigna a las reclusas la obligación de llevar los alimentos a los practicantes de Falun Gong, quienes no saben lo que contienen. Pero muchos han experimentado pérdida de memoria, diarrea y falta general de fuerza después de ingerir la comida que les han traído.

Con el tiempo, muchos practicantes se han vuelto locos o sufren severas discapacidades mentales. Diversos practicantes han experimentado dolores de cabeza, lagrimeo incesante de sus ojos lo que los ha llevado a quedarse ciegos, pierden la sensibilidad en las piernas o desarrollan hipertensión arterial o enfermedades cardíacas. Algunos se han vuelto confusos o lánguidos y otros sufren pérdida de memoria.

Casos específicos

La Sra. Yao Shilan llevó a cabo una huelga de hambre durante ocho meses en la prisión de mujeres de Tianjin. Después del séptimo mes, los guardias comenzaron a administrarle inyecciones intravenosas. Después de recibir medicamentos desconocidos durante doce días, la Sra. Yao desarrolló una fiebre alta y perdió el conocimiento. Después de otros dos días con oxígeno, no podía hablar y con frecuencia se desmayaba.

Los guardias de la prisión de mujeres de Tianjin rociaron una sustancia desconocida en los ojos y nariz de la Sra. Yang Jian. Incapaz de poder respirar, perdió el conocimiento. Dándola por muerta, cuando se despertó, los guardias la habían preparado con ropa fúnebre. El 10 de enero de 2013 informaron a los padres de la Sra. Yang que había sufrido un colapso mental.

Los guardias de la prisión de mujeres de Tianjin hicieron que la Sra. Zhang Yulan tomara sustancias desconocidas que la indujeron a tener náuseas, vómitos y diarrea. Sus articulaciones se debilitaron y su vista se deterioró.

Cuando la Sra. Zhang se negó a tomar las drogas, los guardias se las suministraron en la comida y bebida. Una vez, pudo observar cómo una reclusa le ponía sustancias desconocidas en su bebida. La reclusa le dijo que cumplía órdenes de los funcionarios de la prisión.

La salud de la Sra. Zhang empeoró día a día y se enfermó cada vez más, todo su cuerpo estaba tembloroso, tuvo dificultades para controlar las piernas, y gradualmente su vista fue deteriorándose. No podía dormir y perdió el apetito. Finalmente, se quedó ciega y ya no podía caminar ni cuidarse.

La Sra. Xu Xueli desarrolló una enfermedad cardiaca debido a la tortura en la prisión de mujeres de Tianjin. La llevaron al hospital donde le aplicaron inyecciones intravenosas. Cuando la sustancia desconocida entró en su torrente sanguíneo, sintió como si su cabeza fuera a explotar y sus ojos se le salieran. Los guardias seguían forzándola a tomar medicamentos. No se atrevió a beber el agua que otras internas le trajeron, ya que el agua tenía claramente sedimentos.

Cuando la Sra. Xu fue liberada, solo pesaba 38 kilos y tuvo que ser llevada afuera. Como consecuencia desarrolló síntomas de un trastorno mental grave dándole la impresión de que había una cámara en su cabeza. No se atrevía a mirar las cosas y sentía como si algo se deslizara sobre su cuerpo. Estaba constantemente tensa y atemorizada.

Oficina de justicia y la oficina de administración penitenciaria detrás de la tortura psiquiátrica

La oficina de administración penitenciaria de Tianjin y la oficina de justicia de Tianjin supervisan las cárceles de la zona.

La oficina de administración penitenciaria publicó un documento para todas las prisiones de la zona titulado "Medidas para reforzar la vigilancia y la reforma de los practicantes de Falun Gong". Cada tres meses, el organismo envía personal a las cárceles para comprobar la situación de cada practicante.

La oficina de fusticia y la oficina de administración penitenciaria evalúan a los practicantes cada seis meses. Creando equipos especiales para trabajar con practicantes que se niegan a abandonar sus creencias.

Estas políticas han llevado a todo el sistema penitenciario a aplicar severas medidas contra los practicantes de Falun Gong, incluyendo la tortura psiquiátrica a través de la administración forzada de drogas.