(Minghui.org) Había pasado mucho tiempo desde que Susan escuchó hablar por primera vez de Falun Gong (también llamado Falun Dafa). Ese día le entregaron un folleto que explicaba esta práctica tradicional de cultivación para cuerpo y mente, y mencionaba la persecución en China. Cuando volvió a encontrarse con los practicantes de Falun Gong en “El Festival Holístico de la Vida y la Salud” en el Plano Convention Center, el 25 de junio, decidió que estos serían los ejercicios que practicarían tanto ella como su madre.
Difundiendo Falun Gong a los visitantes en “El Festival Holístico de Vida y Salud”.
Los asistentes al festival, son personas que, por lo general, están abiertas a explorar vías que conduzcan a la mejora física y espiritual, así que Falun Gong les pareció muy interesante.
Un músico, que llevaba cuarenta y cuatro años tocando y ensayando como percusionista, sufría problemas en los dedos y brazos, y se alegró mucho cuando encontró Falun Gong. Inmediatamente preguntó el horario para asistir a la próxima sesión de enseñanza gratuita.
Mark, un exatleta, comentó que Falun Gong era el mejor ejercicio que había encontrado nunca. Tanto él como sus amigos mostraron gran interés por aprender.
Muchos visitantes firmaron la petición que hace un llamamiento para que se ponga fin a la persecución a Falun Gong en China.
Los practicantes de Falun Dafa también le contaban a la gente la verdad sobre la persecución en China, que no ha cesado desde hace dieciocho años.
Dolian, otro visitante del festival, dijo que mantenía relaciones comerciales con una compañía china desde hacía muchos años y que incluso había vivido en China. Con frecuencia veía grandes grupos de personas practicando Falun Gong en un parque cerca de su apartamento, antes de que la persecución empezara en 1999.
“(Al partido comunista) no le procura libertad a los chinos”, dijo Dolian. Firmó una petición que condena la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong en China.
Miryam, una profesora jubilada, preguntó cómo podía contribuir para detener la sustracción forzada de órganos y firmó la petición.
Para Cheryl, firmar la petición fue solo el comienzo. Tomó algunos folletos y uno de los horarios de las sesiones de enseñanza gratuitas para compartirlo con sus amigos: “Me parece increíble que unos ejercicios pacíficos sufran una persecución tan cruel”, destacó.
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