(Minghui.org) Un artículo titulado “‘Los muertos vivos: Prisioneros chinos ejecutados por sus órganos, después vendidos a extranjeros para trasplantes” fue publicado en el New Zealand Herald el 3 de junio de 2017. El artículo reportaba que esos prisioneros de conciencia en china, incluidos practicantes de Falun Gong, son asesinados por sus órganos para ser trasplantados a pacientes extranjeros.

El artículo afirmaba: “Un trasplante de órganos puede ser la diferencia entre la vida y la muerta para mucha gente. Para ello en caso de necesitar uno, la espera por el llamado del hospital para encontrar una compatibilidad es terrible. A veces la vida los traspasa antes de que el llamado llegue”.

“Así, un creciente mercado negro de órganos humanos ha surgido en varios países, entre ellos India y Pakistán. Los investigadores dicen que China es el hogar del comercio de órganos ilegales más desenfrenado en el mundo y es el destino número uno para el "turismo de trasplantes”.

Los pacientes que participan del ‘turismo de trasplantes’ son de países en donde las listas de espera son más largas que la expectativa de vida o los costos son exorbitantes.

El artículo señalaba: “Pero hay una trampa más grande: los investigadores dicen que los órganos son a menudo obtenidos ilegalmente de presos ejecutados por sus creencias religiosas, políticas o culturales, y que no hay consentimiento en ello”.

“Muchos prisioneros de China han atestiguado que fueron sometidos a controles médicos consistentes con los necesarios para trasplante de órganos pero sin explicación, mientras están tras las rejas”. ‘Ellos llaman a esa gente los muertos vivos. No has muerto todavía, pero te has ido’, dijo un receptor de trasplantes.

“Un hombre, que no quiso ser identificado, dijo a PBS News Hour que tuvo una enfermedad renal terminal hace once años hasta que viajó a China y pagó diez mil dólares por un trasplante. En el término de una semana, recibió un nuevo riñón”.

"Dijo que habría muerto antes de llegar al principio de la lista de espera para un nuevo riñón en Canadá, donde vive con su familia".

La sustracción forzada de órganos todavía está sucediendo

El artículo decía: “En 2005, los funcionarios chinos admitieron que sustraían órganos de prisioneros y prometieron reformar la práctica”.

“En 2013, el director del Comité de Donación de Órganos de China, el Dr. Huang Jiefu, dijo a la revista médica The Lancet que más del 90 por ciento de los órganos de trasplante eran todavía procedentes de prisioneros ejecutados”.

China anunció en 2014 que pondría fin a la práctica de sustracción de órganos de presos ejecutados y adoptaría un sistema voluntario de donación.

“Pero según varios informes, la práctica controvertida está lejos de ser abolida, y hay evidencia de que todavía continúa”.

Un artículo de investigación publicado recientemente por el autor Ethan Gutmann, el expolítico canadiense David Kilgour y el abogado David Matas estiman que entre 60.000 y 100.000 trasplantes de órganos se realizan en China al año.

Señalaron que esto está mucho más lejos de las estimaciones del régimen comunista de unos 10.000 y que no puede ser explicado por el programa incipiente de China para donantes voluntarios de órganos.

“El partido comunista dice que el número total de trasplantes legales es de unos 10.000 por año, pero podemos superar fácilmente la cifra oficial china sólo mirando a los dos o tres hospitales más grandes”, dijo Matas.

“Esa creciente discrepancia nos lleva a concluir que ha habido una masacre mucho mayor de practicantes de Falun Gong por sus órganos de lo que habíamos estimado originalmente”.

Los investigadores concluyeron que muchos de los órganos se toman con fuerza de los presos de conciencia, principalmente los practicantes perseguidos de Falun Gong, pero también Uigures, Tibetanos y "cristianos" que se reúnen en secreto en sus hogares.

El informe acusa al gobierno chino de continuar los asesinatos masivos de personas inocentes con el fin de obtener sus órganos para trasplantes.

“Entrevistamos a un practicante de Falun Gong que salió de la cárcel, salió de China, sistemáticamente sometido a análisis de sangre, examinado por órganos, no por su salud, ya que estaban siendo torturados, y sólo lo sometían a los tipos de exámenes pertinentes al trasplante", dijo Matas.

El autor se refirió a News.com.au que el año pasado entrevistó a media docena de refugiados chinos que habían sido encarcelados en China por sus creencias espirituales. Todos dijeron que fueron sometidos a torturas y pruebas médicas mientras estaban en prisión.

Los australianosvuelven con hígados de prisioneros’

El artículo continúa: “Los investigadores estiman que hasta un millón y medio de víctimas han sufrido la sustracción de sus órganos para la industria de trasplantes de China”.

“Los pacientes reportaron que pagan cerca de quince mil dólares por una operación ilegal de trasplante de órganos en China, según informes anteriores de los medios estatales. En los Estados Unidos, el costo promedio del hospital por un trasplante de riñón es de $ 150,000. En Canadá y Australia es gratis, porque el gobierno paga por el cuidado de la salud. Pero las listas de espera pueden ser largas. Para algunos, demasiado tiempo”.

El artículo describió datos del Registro de diálisis y trasplantes de Australia y Nueva Zelanda (ANZDATA). Por lo menos 55 australianos viajaron al extranjero para recibir un trasplante de riñón entre 2006-2015.

El profesor Jeremy Chapman expresó serias dudas sobre el programa de trasplantes de China en el Medical Journal of Australia en diciembre de 2013. Afirmó que “China no puede entrar en la comunidad global de sociedades civiles mientras la práctica actual continúa en sus prisiones y hospitales”. También menciónó a un médico australiano cuyo paciente afirmó: “No vendré a la diálisis mañana. Tengo que volar [a China] esta noche porque ejecutan a mi donante mañana”.

El investigador Ethan Gutmann dijo a news.com.au: “Hay que poner fin a la normalización del asesinato en masa. Israel, España y Taiwán lo han prohibido. Eso requirió valentía. Y qué tal esto: ¿no más australianos que vayan a China, y regresen con un hígado tomado de un prisionero político o religioso?”.

Al senador Derryn Hinch lo alentaron a tener un trasplante ilegal

El artículo describió que el senador Derryn Hinch fue alentado a viajar a China para un trasplante de órganos después de que le dijeran que sólo tenía doce meses de vida.

“Mientras los meses pasaron y no parecía haber ninguna posibilidad de conseguir un hígado nuevo, aparte de un par de alarmas falsas, me dijo un empresario de alto nivel en Melbourne que podría ir a Shanghái y por $ 150,000 obtener un nuevo hígado la próxima semana”, dijo Hinch al parlamento en noviembre del año pasado.

“Supongo que es como una ejecución a pedido. ¿Cómo podría usted moralmente extender su vida haciendo eso que no puedo creer? También me dijeron que podía ir a India y hacer lo mismo”.

“Algunas personas famosas han comprado órganos para trasplante a través de los años, pero condeno esas prácticas en China”.

‘En China te asesinan’

El artículo también describió la investigación realizada por Médicos contra la sustracción forzada de órganos (DAFOH por sus siglas en inglés). DAFOH realiza una investigación sistemática de los informes sobre la práctica sancionada por el estado en China de presos de conciencia.

Sophia Bryskine, portavoz de DAFOH en Australia, dijo que la organización estaba “particularmente enfocada en China porque, a diferencia de cualquier otra parte del mundo, es el único lugar donde la sustracción sistemática y forzada de órganos continúa ocurriendo en un nivel masivo y sancionada por el estado”.

“No hay leyes formales que prohíban la práctica”, dijo el Dr. Bryskine. “De hecho, sigue vigente una ‘disposición de 1984’, que permite que los presos ejecutados sean utilizados como donantes, en violación directa de todas las directrices internacionales”.

El Dr. Bryskine dijo que muchos presos “ni siquiera pasan por una sesión legal, el sistema legal chino es corrupto, tiene que parar”.

El artículo hizo referencia a Arthur Caplan, director de ética y director fundador de la División de Ética Médica de NYU, quien ofreció sus observaciones sobre la sustracción de órganos en China.

“En los Estados Unidos o en Europa, uno tiene que estar muerto primero para ser un donante de órganos, y en China te asesinan”, dijo.