(Minghui.org) Recientemente, Freedom House publicó un informe en donde se destacó y analizó en detalle la persecución a Falun Gong. Un documento de 142 páginas, dedicó 22 págs. a enfocarse en esta grave violación de los derechos humanos a gran escala.

“[El partido comunista inició] el caso más grave de persecución religiosa desde la revolución cultural con su exhaustiva persecución a Falun Gong”, citó el informe de André Laliberté, un destacado académico de la Universidad de Ottawa sobre la religión en China.

Con el título "La batalla por recuperar el espíritu de China", Freedom House publicó el informe el 28 de febrero de 2017. Ese mismo día tuvo lugar una conferencia de prensa por la mañana, presidida por Carolyn Bartholomew, presidenta de la comisión de la revisión económica y de seguridad de Estados Unidos con China. Fundada en 1941, Freedom House es una organización no gubernamental financiada por el gobierno estadounidense con la misión de brindar una "voz clara por la democracia y la libertad en todo el mundo".

Tanto el informe detallado al igual que un resumen de 40 páginas se pueden descargar en el sitio web de la organización. Dicho reporte ha sido considerado como uno de los informes más completos realizados por una organización de derechos humanos de gran relevancia.


"La batalla por recuperar el espíritu de China”, publicado por Freedom House el 28 de febrero de 2017, con una sección de 22 páginas sobre Falun Gong y 118 referencias testimoniales.

17 años de gran represión

Presentando una foto de un grupo de personas practicando los ejercicios de Falun Gong del sitio web Minghui, el informe hace un resumen sobre la popularidad alcanzada de Falun Gong en la década de los 90, analizando en detalle la similitud en valores de los principios de Verdad- Benevolencia- Tolerancia con la tradición cultural de China. “En la década de los 90, ciudadanos chinos de todos los estratos sociales, incluyendo numerosos miembros del partido comunista, empezaron a practicar Falun Gong”, comenta el informe.

A pesar de ello, el entonces secretario general del PCCh y presidente de estado Jiang Zemin, decidió censurar Falun Gong en 1999. "... una vez que Jiang tomó la decisión injusta y supuestamente ilegal de prohibir Falun Gong, y tras comunicar su voluntad a diferentes miembros del Comité Permanente del Politburó, hubo pocos obstáculos institucionales o legales para detener lo que vendría después". Esto incluye la creación de la Oficina 610, la cual impulsaría en lo sucesivo una campaña perversa de propaganda difamatoria y represión violenta a lo largo de toda la nación.

Sin embargo, aun habiendo transcurrido 17 años desde su prohibición, es sorprendente que todavía hoy en día decenas de millones de personas siguen practicando Falun Gong.

Reciente evolución

En el informe se subrayan dos estrategias para impulsar la persecución. Una valiéndose del artículo 300 del Código Penal para imputar duras penas sobre los practicantes detenidos. Según el informe, al menos 933 practicantes fueron encarcelados entre enero de 2013 y junio de 2016. "... Gao Yixi, de 45 años, murió bajo custodia policial en abril de 2016, apenas diez días después de que él y su esposa fueran sacados de su casa bajo sospecha aparente de practicar Falun Gong". Además, los practicantes fueron detenidos en extralegal "centros de educación legal", "cárceles clandestinas" y centros de detención preventiva. Muchos fueron condenados a prisión.

Otra medida impulsada ha tenido lugar con las inhabilitaciones a los abogados de derechos humanos que defendían las causas de Falun Gong. Por ejemplo, "en julio de 2015, las agencias de seguridad chinas lanzaron un ataque violento contra el contingente de abogados de derechos humanos del país y el amplio movimiento de ‘defensa de los derechos’, deteniendo a más de 300 abogados y a sus asistentes".

Aun así, en la actualidad, se han evidenciado diversas pruebas de debilidad en esta represión sistémica. El informe ha atribuido este hecho, entre otros, a factores tales como las destituciones y purga de los principales funcionarios involucrados en la persecución, y los arduos esfuerzos llevados a cabo por los practicantes para generar conciencia a lo largo de esta década. De hecho, después de que la corte suprema de China facilitó los procedimientos presentados en mayo de 2015, los practicantes dentro y fuera de China han ejecutado un gran número de denuncias penales contra Jiang Zemin, hecho que lo coloca como principal responsable de los crímenes.

Represión permanente

Además de la detención, el encarcelamiento y tortura física, los funcionarios adoptaron diversos métodos y técnicas para acosar a los practicantes. Un ejemplo es la vigilancia por medio de los dispositivos electrónicos. "Los practicantes de Falun Gong han sido encarcelados utilizando como pruebas para incriminarlos, las grabaciones registradas en buzones de voz, mensajes en WeChat o QQ, y los accesos a sitios web censurados".

Para "erradicar" Falun Gong, los funcionarios también se han valido estratégicamente de represalias forzando a los practicantes a renunciar a sus creencias. Según un informe de la Comisión Ejecutiva del Congreso de los Estados Unidos sobre China (CECC) en 2008, esto se llevó a cabo por medio de la "reeducación", un proceso de reformación mediante el cual los practicantes son sometidos a diversos métodos coercitivos físicos y psicológicos, hasta conseguir la declaración forzada para retractarse de Falun Gong".

Para controlar los canales de comunicación, los funcionarios chinos restringieron en gran medida las vías de transmisión de información online relacionadas con Falun Gong, sancionaron cualquier proceso de información online o convencional, y confiscaron materiales impresos. Además, los funcionarios emplearon numerosas estrategias para desalentar a las personas que deseaban apoyar a los practicantes.

"En general, estas acciones coercitivas están presentes permanentemente en el día a día en cualquier actividad social: escuelas y lugares de trabajo, supermercados y transporte público, solicitudes de pasaportes y registros de residencia hukou, ordenadores portátiles y teléfonos inteligentes", describió el informe.

Una gran cantidad de recursos se ha consumido para sostener la persecución. "... el presupuesto anual estimado para todas las oficinas de la 6-10 en todo el país es de 879 millones de yuanes (135 millones de dólares). Y esto tan sólo constituiría un segmento del mecanismo de represión del Partido-Estado enfocado en Falun Gong".

Sustracción forzada de órganos

Bajo este contexto de propaganda deshumanizada, los abusos en la custodia extralegal e incentivos económicos, derivó en una nueva forma: el asesinato de practicantes de Falun Gong detenidos y la venta de sus órganos con fines lucrativos. Tras revisar las pruebas de otros investigadores, médicos, empleados de hospitales y practicantes liberados, Freedom House "encontró pruebas creíbles que sugieren el asesinato a gran escala de los practicantes de Falun Gong detenidos 0 para obtener sus órganos, desde el año 2000”.

Y tal atrocidad continúa. Según el trabajo de investigación publicado en 2016 por David Kilgour, Ethan Gutmann y David Matas, "... los datos públicamente disponibles sobre el número de trasplantes llevados a cabo en instituciones médicas chinas sobrepasaría varias veces el número de 10.000 trasplantes por año que los funcionarios de gobierno suelen hacer público". Esto pone de manifiesto el creciente riesgo de los practicantes de Falun Gong y otros presos de conciencia.

De aquí en adelante

"El simple hecho de que Falun Gong haya sobrevivido al ataque del PCCh es impresionante y supone un verdadero fracaso del aparato represivo del Partido", dijo el informe.

Con los constantes esfuerzos de los practicantes de Falun Gong para crear conciencia y oponerse a la persecución, un gran número de personas optó por apoyar a los practicantes. "Las órdenes de arrestos por parte de las autoridades de alto rango está decreciendo, a pesar de que en ocasiones los agentes de la Oficina de Seguridad Pública del Bureau lo desmienten, tratándose tan sólo de un ejercicio para fingir su cuestionable fortaleza", citando el informe de un abogado chino de derechos humanos en 2013

Después de que los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista fueran publicados en 2004, muchas personas han conjuntado esfuerzos para romper los lazos con el partido. "Hasta noviembre de 2016, el sitio web del extranjero que impulsa el movimiento tuidang afirmó que más de 255 millones de personas dentro y fuera de China habían publicado declarar sus renuncias", escribió el informe.

Sin embargo, mientras la política de persecución no acaba, "los practicantes de Falun Gong en toda China continúan siendo detenidos, encarcelados, torturados y, a veces, asesinados en lo que sigue siendo una masiva campaña de persecución religiosa", concluyó el informe.