(Minghui.org) “Quiero ayudar” dijo un joven llamado Junior a un grupo que pedía el fin de la persecución a Falun Gong en China. “Quiero ser una fuerza para un cambio positivo”.

Los practicantes de Falun Gong locales colocaron un puesto en el centro de Perth, Australia Occidental, el 11 de junio. Demostraron los ejercicios de Falun Gong y generaron conciencia por la persecución que la pacífica práctica espiritual sufre bajo el régimen comunista en China.

El joven aprendió que Falun Gong es una antigua práctica de cultivación china que promueve la salud física y mental y eleva el espíritu. Firmó la petición que pedía un fin de la persecución.

Otros dos transeúntes, Georgia Fealey y Catherine Vernon, preguntaron si podían firmar la petición, ya que eran menores de 18 años. Les dijeron que cualquiera podía firmar, y que muchas personas de su edad o menores practican Falun Gong, y también son perseguidos en China. Las dos niñas firmaron sus nombres con lágrimas en sus ojos, y pidieron materiales para ayudar con la difusión en las redes sociales.

Demostrando los ejercicios de Falun Gong en el centro de Perth, Australia, 11 de junio.



Mucha gente supo sobre la persecución y firmó la petición para condenarla.

Mark Cleaver y su esposa Yara, habían escuchado sobre la represión por las creencias en China, y entendían que el partido comunista solo quiere que la gente crea que lo que ellos quieren.

Pero la pareja nunca había escuchado sobre la sustracción de órganos autorizados por el estado que ocurre en China; que los prisioneros de conciencia son asesinados para sacarles sus órganos para la venta en el mercado negro. “Esto es absolutamente inaceptable, ¡y hay que detenerlo!”. Ellos firmaron la petición.

Rose Whitchurch tampoco podía creer cuando escuchó sobre las atrocidades de la sustracción de órganos. Los practicantes le mostraron reportes de investigadores independientes y ella firmó la petición. Dijo que compartirá la información con sus amigos y familia.

Un transeúnte llamado Paul Goerke leyó la información en voz alta. Decidió firmar inmediatamente y se alegró al ver que un amigo suyo había firmado. Dijo que rezaría por el fin de la persecución todos los días.

Un hombre llamado Luke Hazel nunca había escuchado sobre Falun Gong. El pacífico campo de energía lo atrajo. Preguntó qué estaba pasando y firmó la petición. Al irse, dijo: “Sigan así, porque es un objetivo compasivo”.

Tres hombres chinos intentaron evitar a los practicantes cuando estos fueron a entregarles material. Un practicante les dijo: “Leer material de Falun Gong no está prohibido por la ley aquí. Son libres de mirar. Están en una sociedad libre aquí. ¿Por qué no se dan una oportunidad de entender qué es realmente Falun Gong?”.

La actitud negativa de los chinos desapareció. Cada uno tomó un volante, y comenzaron a leerlos inmediatamente.