(Minghui.org) Una mujer de la provincia de Sichuan sufrió una pesadilla de arrestos, encarcelación y torturas por negarse a renunciar a su creencia en Falun Gong (también conocido como Falun Dafa). En los últimos 17 años de despiadada persecución, la Sra. Dong Yuying de la ciudad de Ziyang ha sido arrestada en 10 ocasiones. Fue enviada a campos de trabajo forzado, dos veces en instalaciones de lavado de cerebro, y una vez sentenciada a tres años y medio de prisión. Ha soportado abuso físico y torturas con drogas psicotrópicas.

En noviembre de 2016 la Sra. Dong presentó una querella contra el ex dictador chino, Jiang Zemin, quien comenzó la persecución ilegal a Falun Gong en 1999. Demandó que la procuraduría suprema popular investigara los crímenes de Jiang y que lo procesara.

Lo siguiente es un recuento personal de la Sra. Dong escrito en su querella criminal

Una práctica que cambió su vida

Solía sufrir muchas enfermedades incurables y ya había renunciado a la vida cuando me encontré con una conocida que alguna vez estuvo igual de enferma que yo. Ahora lucía mucho más joven, con una tez rosada. Le pregunté qué clase de píldora milagrosa había tomado para recobrar su salud, y me contó sobre Falun Gong, una práctica de cultivación tradicional que incluye ejercicios suaves y enfatiza vivir en base a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Unos días después de comenzar a practicar Falun Gong, tuve heces con sangre por dos semanas, no obstante aumenté de peso y me sentía mucho mejor. En dos meses, todas mis enfermedades desaparecieron, mis arrugas aminoraron, y mi tez estaba rosada. Mejoró mi temperamento y mi familia dio la bienvenida a la práctica.

Primer arresto: Detención por diez días

No mucho después que comenzara la persecución a Falun Gong, tenía material informativo de Falun Gong que quería darle al departamento de policía local para ayudarlos a entender mejor que la persecución estaba mal. Las autoridades de seguridad doméstica me arrestaron en febrero de 2000 y me encerraron en un pequeño cuarto con orina y heces. Me interrogaban seguido y presionaban para que escribiera una declaración de renuncia a Falun Gong.

Segundo arresto: Detención de 17 días

En mayo de 2000 hice los ejercicios en un lugar público. Por esto la policía me arrestó y detuvo 17 días.

Tercer arresto: Tres meses en detención y campo de trabajo forzado

En diciembre de 2000 la policía me arrestó cuando protestaba pacíficamente por la persecución en Beijing. Me transfirieron de regreso a Ziyan y me retuvieron en el centro de detención de Lianhuashan. Allí intentaron lavarme el cerebro con materiales que calumniaban a Falun Gong.

La policía y la oficina 610 decidieron ponerme en un campo de trabajo forzado por 18 meses. Las autoridades del campo de trabajo forzado para mujeres de Nanmusi en la ciudad de Zizhong se negaron a aceptarme porque fallé la prueba física. Me llevaron de nuevo al centro de detención y me liberaron más tarde en marzo de 2001.

Cuarto arresto: Confinamiento en un centro de rehabilitación de drogas

En septiembre de 2002 me quedé con un pariente. Temprano una mañana, la policía irrumpió en la casa de mi pariente y me arrestó. Los oficiales armados confiscaron un montón de material de Falun Gong que teníamos.

Un policía apuntó con un arma a mi sobrino y lo ató con una soga. Otro esposó a mi pariente de 70 años de edad y me arrestó a mí también. La policía me golpeó cuando estaba esposada en la comisaría. No me permitieron dormir y usar el baño por 36 horas. Mi hombro se dislocó como resultado de los abusos.

Otro practicante y yo hicimos una huelga de hambre para protestar por el abuso en el centro de rehabilitación de drogas. Después de diez días el jefe del centro me esposó a un riel de metal. Me tomó del pelo y me empujó la cabeza entre dos rieles de metal.

Me desmayé debido al dolor y desperté con la cabeza hinchada. Tuve un ataque al corazón no mucho después y estuve en shock por horas.

El practicante que llegó conmigo murió debido a la tortura. Eventualmente me liberaron.

Quinto arresto: 18 meses de trabajo forzado

En octubre de 2002, alguien me denunció a la policía cuando estaba repartiendo material de Falun Gong. La policía me arrestó y encerró en la comisaría de Shiling por un mes antes de transferirme al campo de trabajo forzado para mujeres de Nanmusi. Las autoridades del campo se negaron a aceptarme debido a los problemas al corazón que tenía. La policía me liberó diez días después y tuve que pasar la sentencia fuera del campo.

Sexto arresto: detención por un mes

En enero de 2004 fue a la casa de un amigo. Unos minutos después de sentarme, la policía entró a la casa y me arrestar por “reunirme ilegalmente”. Me interrogaron y detuvieron por un mes.

Séptimo arresto: Detención por un mes

En junio de 2004 la policía me arrestó de nuevo y me golpeó hasta que perdí la conciencia. Luego de despertar, me interrogaron toda la noche. Fui esposada por cuatro días y no me permitieron dormir o usar el baño. Durante todo este tiempo abusaron verbalmente de mí y me amenazaron con matarme. Me encerraron en el centro de detención del distrito de Yanjiang por un mes y me liberaron bajo fianza a la espera del juicio.

Octavo arresto: Torturada con drogas en un centro de lavado de cerebro

Una vez recomendé Falun Gong a una persona enferma y me arrestaron en febrero de 2007. Un mes después fui transferida del centro de detención de Ziyang al centro de lavado de cerebro de Xinjin, donde me inyectaron drogas dañinas al sistema nervioso.

Después de la inyección, comencé a alucinar y me puse tensa, maníaca, y con temor. Mi corazón y estómago tenían calambre. Tenía que enfocar toda mi fuerza de voluntad para no perder la cordura.

Al día siguiente, 17 de marzo de 2007, después de terminar de comer noté que había un polvo blanco en la comida traída por las autoridades. Al rato comencé a sentir sueño, ansiedad y tensión. El envenenamiento constante resultó en la deterioración de mi salud física y mental.

Un día me llevaron al hospital. El día siguiente un médico del hospital trajo unas bolsas de un líquido negro al centro de lavado de cerebro y me inyectó esas drogas.

Mi visión se nubló y comencé a alucinar. Escuchaba ruidos y mi cabeza se partía en dos. Me puse nerviosa y me aterroricé e intenté duramente no perder la razón.

Incluso dos años después aún sufro de esos síntomas. Si no hubiera intentado luchar tan duramente con eso, podría haberme vuelta loca o incluso muerto. Cuando me liberaron, mi familia no podía reconocerme. Mi pelo estaba completamente gris y mi memoria estaba confusa.

Noveno arresto: Seis meses de lavado de cerebro

Cuando salí a sacar la basura una mañana de abril de 2010, varios hombres aparecieron de la nada y entraron en mi casa. Saquearon el lugar y confiscaron mis libros y materiales de Falun Gong y una computadora. Me llevaron al centro de lavado de cerebro de Erehu y me sometieron a abusos continuos durante seis meses.

Décimo arresto: torturada en la prisión para mujeres de Shanghai

En febrero de 2013, una decena de policías irrumpieron en mi departamento de alquiler y me arrestaron. La corte del distrito de Jiading me sentenció a tres años y seis meses por practicar Falun Gong y me enviaron a la prisión para mujeres de Shanghai en marzo de 2014.

Desde mediados de septiembre a fines de noviembre de 2014 estuve encerrada en confinamiento solitario. Para incrementar mi tormento, el personal le subía el volumen de la radio al máximo, la cual estaba al lado mío, y la dejaban prendida todo el día.

Para torturarme físicamente, un guardia ordenó a otros prisioneros que me levantaran y me dejaran caer. Me desmayaba y cuando despertaba, los prisioneros hacían explotar la radio en mis oídos. Hacían esto para incrementar la incomodidad, sabiendo que yo tenía la presión peligrosamente alta. Me daban poca comida y estaba desnutrida.

Nuevamente me pusieron en confinamiento solitario por tres semanas en 2015. Por más de una semana allí me forzaron a usar correas de retención todo el día, toda la semana, incluso cuando dormía, cuando comía, y cuando usaba el baño.

El buró de la prisión de Shanghái ordenó a sus prisioneros forzar a todos los practicantes de Falun Gong detenidos a que renuncien a su creencia en mayo de 2015. Por ocho meses, desde junio de 2015 a fines de febrero de 2016, fui torturada despiadadamente por seis prisioneros.

Desde las 5:30 a. m. hasta la medianoche me atormentaban física y verbalmente. Después de eso tenía que transcribir algunos documentos por dos o tres horas. Cuando iba a la cama, los prisioneros me pateaban para despertarme y torturarme más. Me golpearon maliciosamente varias veces hasta que caí inconsciente en el cuarto de torturas.

Todos los días tenía heridas nuevas y siempre había manchas de sangre en mis ropas. Los moretones e hinchazones nunca se iban. Incluso hasta hoy mis piernas y brazos no se han recuperado. Apenas puedo caminar y el dolor persiste. No puedo doblar mi brazo derecho y siento un dolor tremendo en la espalda cuando me siento.

Antecedentes

En 1999, Jiang Zemin, como líder del partido comunista chino, ignoró a los demás miembros del comité permanente del politburó y lanzó la violenta represión de Falun Gong.

La persecución llevó a la muerte a muchos practicantes de Falun Gong en los últimos 17 años. Más, fueron torturados por sus creencias e incluso asesinados por sus órganos. Jiang Zemin es directamente responsable de su creación y continuidad.

Bajo su dirección personal, el partido comunista chino estableció un organismo extralegal de seguridad, "la oficina 610", el 10 de junio de 1999. La organización anula a las fuerzas policiales y al sistema judicial en el cumplimiento de la directiva de Jiang con respecto a Falun Gong: arruinar su reputación, cortar sus recursos financieros y destruirlos físicamente.

La ley china permite a los ciudadanos ser demandantes en casos criminales, y muchos practicantes ahora están ejerciendo ese derecho de presentar denuncias penales contra el ex dictador.