(Minghui.org) Continúa de la Parte 2
Un desastre mitigado
Durante la dinastía Qing, un fuego incontrolable se extendió en la poblada zona de Hangzhou. Más de diez casas se volvieron cenizas a pesar de todos los intentos por apagar las llamas. Durante este momento de caos, muchos observadores fueron testigos de una deidad que agitaba una bandera roja, alejando el fuego de una casa en especial. Esta era la casa del Sr. Gu. Su casa quedó en pie, y su esposa e hijos resultaron ilesos. El Sr. Gu estaba de viaje y no se encontraba en el lugar.
Esta es la historia de los viajes del Sr. Gu
Mientras amarraba su barco en el río Suzhou, una mujer desconsolada llamó su atención. Le preguntó qué le pasaba, y ella respondió: “Mi esposo fue condenado a prisión por una deuda impaga de 50 monedas de plata. No soporto vivir sola, quiero ahogarme en el río”:
Sin dudar, el Sr. Gu tomó 50 monedas de plata de su bolso y se las entregó. La mujer le agradeció y se fue.
A su regreso, paró en la misma ciudad nuevamente. La mujer y su esposo vieron al Sr. Gu y lo invitaron a pasar la noche en su casa. El esposo explicó: “No somos estables económicamente, y no tenemos otra manera de devolver su favor. Por favor, pase la noche en nuestra casa y cuidaremos de usted”. Ofreció a la esposa para que acompañe al Sr. Gu por la noche, pero el Sr. Gu respetuosamente rechazó la propuesta y durmió en su barco.
Luego de llegar a su hogar, los vecinos preguntaron qué obras buenas había hecho para obtener la protección de los dioses que resultó en que su casa se salvó del fuego. El Sr. Gu no sabía por qué.
Luego de insistentes preguntas, contó el episodio en el que ayudó a esa pareja y rechazó su oferta. El tiempo coincidía con el del fuego.
El Sr. Gu salvó las vidas de esa pareja y la reputación de la mujer. Sus buenas obras conmovieron a los cielos, y un desastre fue mitigado. La enseñanza de la historia no es hacer obras buenas con la intención de ganar la protección de los dioses. Al contrario, los humanos debemos siempre tener un corazón de compasión incondicional por otros. La retribución en forma de bendiciones es sólo un producto de eso, no algo que se deba perseguir.
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Categoría: Cultura