(Minghui.org) Un practicante de Falun Gong en el nordeste de China hizo un llamado a un número en la provincia de Sichuan en octubre para explicar los hechos sobre Falun Gong, los crímenes perpetrados por el partido comunista chino (PCCh) y para pedir a la gente que renuncie al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.
Un hombre con una voz grave contestó la llamada. El practicante le pidió que renuncie al PCCh por su propia seguridad y que más de 200 millones de personas ya habían renunciado al PCCh.
El practicante le preguntó: “¿Está usted afiliado a la liga juvenil o los jóvenes pioneros?”. “Sí, sí”, respondió el hombre, agregando: “soy también miembro del PCCh”.
“Por favor, ayúdeme a renunciar al PCCh”, continuó, “He querido hacer esto por mucho tiempo, pero no sabía cómo”. El practicante anotó el apellido del hombre y le dio un seudónimo de nombre para ayudarlo a renunciar al PCCh.
El hombre no colgó el teléfono. “¡Espere!”, dijo. “Somos oficiales de policía. Somos muchos aquí pero no han renunciado aún todos. ¿Qué debemos hacer? ¿Puede ayudarnos?”.
El voluntario respondió: “No hay problema. Por favor que todos respondan uno tras otro, necesito saber su nombre y a qué organización están afiliados”.
Los policías hicieron fila y hablaron por teléfono uno tras otro. El voluntario tomó los apellidos de cada oficial e inventó un seudónimo para el nombre.
Una hora y cuarenta y nueve minutos después la llamada terminó con 104 renuncias. De ellos, 98 eran miembros del PCCh. El resto se había afiliado a los jóvenes pioneros o la liga juvenil cuando estaban en la escuela.
Los practicantes del nordeste de China que fueron testigos de esta llamada a Sichuan estaban asombrados.
Los 104 que renunciaron al partido comunista no eran personas simples. Alguna vez estuvieron envenenados por el régimen de Jiang Zemin. Eran quienes estaban al frente en la persecución a los practicantes de Falun Gong. Aun así, estos oficiales renunciaron al PCCh en octubre de 2015.
Los practicantes deben eliminar el resentimiento contra los persecutores
Esta es la gran misericordia del Maestro que les da una oportunidad más de ser salvados. Como practicantes, debemos eliminar cualquier resentimiento que tengamos debido a la larga persecución de la policía. Ellos también son víctimas.
Ellos perseguían a los Dafa dizi, y muchos han enfrentado una existencia de lo más miserable por sus malas acciones. Debemos tener más compasión para salvarlos. De hecho, estos seres son preciosos. Mientras sepan la verdad y estén dispuestos a corregir sus errores, ¡tendrán un mejor futuro!
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