(Minghui.org) Shifu dijo:

“…mientras que muchos otros alumnos han encontrado, con sus nociones humanas, diversos anhelos y deseos en Dafa, e impulsados por estos apegos humanos, han venido a practicar la cultivación en Dafa”. (“Hacia la perfección", Escrituras esenciales para mayor avance II)

Mi esposo me había pedido el divorcio antes de que empezara a practicar Falun Gong, en 1996. En aquel momento tenía mala salud, no tenía trabajo y había perdido el interés por la vida.

Fue en ese momento que un amigo me dio algunos artículos que habían escrito practicantes de Falun Gong acerca de cómo cambió su vida después de que comenzaron a practicar. “Si podía salvar mi matrimonio, lo debería intentar”.

Después de tomar esa decisión, ocurrieron muchas cosas. Por ejemplo, volví a tener una buena salud, era más positiva y ya no odiaba a mi marido. Él fue testigo de cómo había cambiado y comenzó a practicar Falun Gong un año más tarde. Establecimos un grupo de estudio del Fa en nuestra casa e íbamos cada mañana al sitio de práctica para hacer los ejercicios con otros practicantes.

Como dijo Shifu: “La luz fo ilumina todo, volviendo todo recto, perfecto y brillante”. (Zhuan Falun)

Negándome a creer las mentiras

Cuando el partido comunista chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Gong el 20 de julio de 1999, a mi esposo le obligaron a leer diariamente artículos que calumniaban a Shifu y a Dafa. Le dije que escuchara las lecciones de Shifu que eliminarían todos los malos elementos en su mente.

Los policías locales saquearon nuestra casa a finales de 2000 y me detuvieron en la unidad de trabajo de mi esposo. Ellos querían saber quién me había dado los materiales de Falun Gong. Tenía miedo, lo que me había impulsado a empezar a memorizar las enseñanzas de Shifu.

En ese momento, me pasó por la mente una frase de una conferencia de Shifu: "… con el Maestro y el Fa aquí, ¿a qué le pueden temer?”. (Exponiendo el Fa en Sídney)

Los policías no pudieron sacar ninguna información de mí. Sin embargo, me obligaron a leer artículos que calumniaban a Shifu y a Dafa. Cuando el supervisor me pidió que le dijera qué había aprendido de los artículos que había leído ese día, le dije que no creía las mentiras.

Punto de inflexión

Me llevaron a un centro de detención 10 días más tarde. Los guardias dijeron que iba a permanecer allí un mes si todavía me negaba a decirles la fuente de los materiales de Falun Gong, y que me iban a trasladar a un campo de trabajo forzado.

Los practicantes y los internos me dijeron que los practicantes sea renuncian a Falun Gong o eran enviados a los campos de trabajo forzado. Les dije a todos: "No tengo miedo del campo de trabajo forzado, pero no iremos allí porque tenemos a Shifu, quien controla todo".

Sin embargo, me di cuenta de que tenía miedo y estaba muy apegada a mi hijo. Me preocupaba que se iba a quedar solo si me llevaban a un campo de trabajo forzado.

Memoricé el Fa para eliminar todas las nociones humanas, de inmediato que las encontrara. No cooperé con los policías que me interrogaron y seguí aclarando los hechos sobre Falun Gong a los presos.

Una reclusa que recién había llegado se negó a comer durante dos días. Después de que me escuchó, comenzó a comer. Ella quería aprender Falun Gong y me pidió que le enseñara los ejercicios. Siete días después, la reclusa fue liberada. Antes de irse, me dijo: "Este período de encarcelamiento marcó un punto de inflexión en mi vida. De ahora en adelante, me comportaré de acuerdo a los principios de Dafa".

Shifu nos dijo:

“Si no tienen miedo, el factor que les haría tener miedo se volverá no existente. Esto no debe ser una acción forzada, pero se logra por medio de renunciarlo calmada y verdaderamente”. (“Eliminen sus últimos apegos”, Escrituras esenciales para mayor avance II)

Los policías me llevaron de regreso a mi ciudad natal un mes más tarde. Les dije: "No voy a decir ninguna mala palabra sobre Falun Gong porque Falun Gong salvó mi vida".

Ellos dijeron: “¡Entonces regresa y practica bien!”.

Jefe del centro de lavado de cerebro, conmovido

A finales de 2001, mi esposo fue llevado a un campo de trabajo forzado durante dos años, por haber distribuido materiales de Falun Gong.

En el lugar de trabajo de mi esposo había un nuevo jefe, y éste quería ganarse el aprecio de su superior, por lo que participó en la persecución de los practicantes.

El nuevo jefe envió una docena de personas a entrar a la fuerza a mi casa, nos pusieron a mi hija adolescente y a mí en coches separados y nos llevaron a un centro de lavado de cerebro.

Tanto mi hija como yo le clarificamos los hechos sobre Falun Gong al jefe del centro de lavado de cerebro. Él tenía lágrimas en sus ojos y dijo que era muy solidario con nuestra situación.

Memoricé el Fa con más determinación, para buscar mejor hacia adentro y encontrar la noción que había llevado a que fuera detenida otra vez.

Shifu nos dijo:

“Después de practicar durante un período de tiempo, ¿todavía te aferras a aquellas nociones? ¿Continuas en el sendero motivado por aquellos apegos humanos? Si es así, no puedes ser considerado como discípulo mío. Esto significa que tus apegos fundamentales no han sido desechados y que eres incapaz de entender el Fa desde el Fa”. (“Hacia la perfección”, Escrituras esenciales para mayor avance II)

Aunque había estudiado el Fa durante varios años, no había eliminado totalmente mis nociones humanas. Todavía estaba atada a la vida cómoda de la gente común. Las viejas fuerzas aprovechaban mis apegos arraigados para perseguirme. Encontré mis apegos y el odio que sentía, y decidí eliminarlos. Esto me hizo sentir muy ligera.

Los practicantes actúan

Las autoridades les dijeron a mis familiares que me obligaran a escribir una declaración de garantía de renuncia a Falun Gong y que entonces yo sería puesta en libertad. Ellos trataron de obligarme, rogando y llorando. Mi hija les dijo que dejaran de hacerlo, preguntándoles si vinieron a ayudar a los perseguidores.

Les hablé más sobre Falun Gong y se dieron cuenta de que ellos realmente estaban ayudando a los malos y que, más bien, deberían preocuparse por cambiar las mentes de aquellos que me perseguían.

Mis compañeros practicantes publicaron la noticia sobre mi persecución en el sitio web Minghui, escribieron cartas a los perseguidores, y los practicantes del extranjero llamaron a los teléfonos personales de los perseguidores.

Shifu dijo: 

“Cada llamada telefónica de nuestros estudiantes les estremece hasta el punto que no pueden dormir de noche; es tanto el miedo que tienen”. (Exponiendo el Fa en el Fahui del Medio Oeste de los Estados Unidos, 2003)

El supervisor donde trabajaba mi esposo estaba tan asustado que cambió el número de teléfono de su casa. Su esposa y su hijo le instaron a evitar participar en la persecución en contra de Falun Gong. Su jefe consideró que lo que hizo le había causado problemas a la empresa.

Le dije al jefe del centro de lavado de cerebro que no debería perseguir a las personas que siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Dijo que habían aprendido su lección y ya no arrestarían a los practicantes.

Todos mis parientes exigieron que el supervisor de mi marido y la policía me liberaran lo antes posible. Amenazaron que, si algo malo me iba a pasar, irían tras ellos.

El centro de lavado de cerebro fue cerrado dos meses más tarde y fui liberada. Mi marido también fue liberado del campo de trabajo, y su empleador le dio todo el sueldo que no le había pagado mientras había estado detenido. También fue asignado a un departamento diferente, con un mejor salario y un trabajo más estable.

Shifu dijo:

“… es una bendición aprender Dafa. Dafa traerá buena fortuna a sus discípulos. Después que abandonen los apegos de la gente común, Dafa traerá buena fortuna a los discípulos”. (Exponiendo el Fa en el primer Fahui de Norteamérica)