(Minghui.org) Los juicios de Núremberg de 1945 a 1946 tuvieron muchos momentos escalofriantes, en los que los oficiales nazis de alto rango fueron castigados por perseguir a millones de judíos inocentes.
La limpieza racial de los judíos era una política de los nazis, pero los funcionarios de alto rango alegaban que no conocían nada sobre el genocidio. Sería muy difícil probar que habían firmado documentos aprobando el asesinato de judíos.
No obstante, el abogado ejecutivo del juicio, Thomas J. Todd, presentó la calavera de un hombre polaco que fue colgado. La calavera estaba en el escritorio del director del campo de concentración Karl-Otto Koch. Lo usaba como pisapapeles.
Jueces, periodistas y otros, estaban horrorizados. ¿Cómo podían los nazi tener tan poco corazón? Solo esta evidencia oscureció totalmente a la defensa. Incluso los oficiales nazis más elocuentes no pudieron escapar y tuvieron que rendir cuentas.
Los actos criminales que desafían lo más básico de lo que implica ser humano no deben tolerarse. Es lo que marca la línea entre humanos y demonios.
Los juicios de Núremberg terminaron con un veredicto de 250 páginas. Los hechos malvados que los nazis cometieron en sus campos de concentración fueron condenados por los pueblos de todas partes del mundo.
En la actualidad, la persecución a Falun Gong en las prisiones chinas, centros de detención y centros de lavado de cerebro son incluso más brutales que el genocidio nazi. El partido comunista chino ha llegado tan lejos que incluso mata a los practicantes por sus órganos y los vende por dinero.
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Categoría: Opinión y análisis