[Minghui Net] El pequeño Tianci de ocho meses de edad se convirtió en prisionero en una cárcel negra en China cuando toda su familia en Hengshui, provincia de Hebei, fue arrestada por practicar Falun Gong.
Zhang Tianci.
Arrestados por la madrugada
El pequeño Tianci estaba dormido el 30 de mayo de 2014 a las 3:30 de la madrugada cuando varios extraños irrumpieron en su casa. Su madre, Liu Nana, se despertó y pensó que eran ladrones. Al mirar alrededor vio su habitación repleta de policías. Una voz ordenó: “¡Levántese! Junte algunas cosas para su hijo y vamos”.
Nana notó que incluso el patio estaba repleto de policías. Algunos eran de fuerzas especiales muy equipados. Usaron una escalera para ingresar al patio.
Nana y Tianci fueron trasladados a la fuerza en un auto negro a un lugar desconocido. Esa misma noche, los abuelos de Tianci y dos de sus primos menores de cinco años fueron de igual modo arrestados y trasladados a la misma ubicación. La policía había esposado a su abuelo, Zhang Hengyu, y su cabeza estaba cubierta con una capucha negra.
Bajo las órdenes de la oficina 610 de la ciudad de Hengshui, la policía local y la división de seguridad interna arrestaron a 16 practicantes de Falun Gong en tres condados y una ciudad: ciudad de Hengshui, condados de Jingxian, Gucheng, y Zaoqiang. Diez familiares de Tianci fueron arrestados.
Interrogatorio
Cada miembro de la familia fue arrojado a un cuarto con una silla de interrogatorio de metal en el hotel Wenquan en Hengshui. Esta cárcel negra está especialmente instalada para arrestar a practicantes de Falun Gong. Los oficiales se turnan para controlar a los detenidos, quienes no tienen permitido hablar. El prisionero más joven, Tianci, se encuentra en el mismo cuarto con su madre.
La oficial Zhai Hongjun y otra oficial femenina interrogaron a Nana, intentando incriminar al abuelo de Tianci, Zhang Hengyu. Nana insistía en que ella no sabía qué había hecho su suegro y que él sólo se ganaba la vida pintando.
Sin ser consciente de la extrema situación de su familia, el pequeño Tianci sonreía e intentaba salir del cuarto para jugar. Luego de tres días, la policía liberó a Tianci y a su madre Nana, al no poder obtener más información.
Antes de irse, Nana pidió ver a sus suegros. Al ver a su suegro atado a la silla de interrogatorios no puedo evitar llorar. En ese momento Nana no sabía que sus propios padres y su hermano también habían sido arrestados.
Un camino tortuoso para rescatar a su familia
Nana y Tianci regresaron a su casa vacía en el condado de Guchen, que había sido completamente desvalijada por la policía. Con un sentimiento de indefensión, llevó a Tianci a casa de sus padres en el condado de Jingxian, sólo para descubrir que ellos también habían sido arrestados. La casa de sus padres también fue desvalijada por la policía.
Como el esposo de Nana trabajaba en otra ciudad, Nana y Tianci fueron los dos únicos liberados de ambos lados de la familia y no podían buscar apoyo de sus familiares. Al ser la temporada de cosecha, amigos, parientes y vecinos, ayudaron a Nana con el trabajo en la chacra. Un campesino suspiró: “Una buena familia fue destruída por la policía, ¿porqué es tan difícil sobrevivir para la gente común?”.
El pequeó Tianci y su madre empezaron un tortuoso camino para rescatar a sus familiares, que estaban detenidos ilegalmente en cuatro lugares diferentes. La madre de Nana, Sun Suying, y su suegra, Tan Fengling, estaban en el centro de detención de Hengshui. Su suegro, Zhang Hengyu, estaba en en el centro de detención de Zhengkou, condado de Gucheng. Su padre, Liu Xiwei estaba encerrado en el centro de detención del condado de Jingxian, y su hermano de 19 años, Liu Bingbing, en el centro de detención del condado de Zaoqiang.
Nana y Tianci fueron al condado de Jingxian, a docenas de kilómetros de distancia, y hablaron con el sub jefe Zhang Qingchang, quien personalmente envió a oficiales a detener a su madre. También visitó el centro de detención del condado de Jingxian e hizo todo lo posible para pedir la liberación de su familia, sólo para ser ignorada. Intentó una y otra vez, pero al final regresó a su casa decepcionada.
Nana se dirigió al centro de detención para pedir por la liberación de su padre, Liu Xiwei. La enviaron a la división de seguridad interna de la ciudad de Hengshui, a unos cien kilómetros. Luego de llamar, le dijeron que mejor vaya a la policía del condado de Jingxian. Luego de dos visitas al lugar, no le permitieron ver a ningún oficial.
Nana se dio por vencida. Habló con el subjefe Zhang Qingchang varias veces. Zhang respondió: “No me hable de eso. Vaya a la corte. Contrate a un abogado y demándenos por lo que quiera”.
Una y otra vez, el pequeño Tianci salía por la mañana con su madre a rescatar a su familia. Esperaba en silencio con su madre fuera de las oficinas gubernamentales los días calurosos de verano en ciudades desconocidas. El pequeño Tianci estaba exhausto, pero rara vez lloraba, como si comprendiera la tristeza de su madre y pudiera soportar el sufrimiento junto con ella.
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Categoría: Hechos de la persecución