[Minghui Net] “Las pantallas dividían un salón muy grande en pequeñas salas. Me di cuenta de que todas las ventanas estaban cubiertas por tela blanca. Mucha gente llevaba batas blancas de laboratorio, gorros de médico blancos y máscaras blancas grandes, que solo dejaban entrever los ojos. Algunos llevaban bandejas”.
“Estábamos en fila para entrar por una puerta y salir por otra. Era una fila muy larga con un número estimado de varios cientos de personas. A ambos lados de la fila había policías muy armados, todos llevaban cascos, guantes blancos y gafas. No nos dejaban hablar. Era el silencio de la muerte, muy aterrador”.
Lo anterior es una escena vivida por la Sra. Li Baoyun, practicante de Falun Gong que reside en San Francisco, recordaba cuando le quitaban sangre a los presos de la prisión de Shenyang Dabei, en la primavera de 2004.
“Cuando me tocó a mí, caminé y vi mucha jeringuillas grandes en la bandeja. Me subieron la manga y me quitaron de tres a cuatro jeringas de sangre. Me sentí mareada. Luego me escoltaron hasta otra puerta. Nadie de nosotros nunca recibió los resultados de los análisis, comentó Li.
¿Por qué la prisión sacaba sangre a los practicantes mientras trataban de forzarles a renunciar a sus creencias mediante tortura y lavado de cerebro? Seguramente no era porque se preocuparan por su bienestar.
La Sra. Li no fue la única. El Sr. Du Dongwei (también conocido como David Bu), un ex coordinador de proyecto en la oficina de Beijing, de la Fundación Asia y escritor mundial de Amnistia Internacional, experimentó lo mismo:
“Cada tres meses, el campo de trabajo de Tuanhe organizaba a los practicantes de Falun Gong para que se hicieran un ‘análisis de sangre’. Pero solo los practicantes de Falun Gong tenían ese ‘privilegio’. Los no practicantes no necesitaban someterse al análisis. Cada vez que iban nos quitaban de 10 a 20 ml de sangre pero nunca nos daban los resultados”, el Sr. Bu describió su experiencia durante 2006 y 2008 en el campo de trabajo de Beijing.
El Sr. Bu Dongwei (derecha) y el Sr. Xu Yin (izquierda) se unieron a los eventos en Washington DC en 2009 para ayudar a sus compañeros practicantes que siguen siendo perseguidos en China.
El Sr. Li Tong, profesor de universidad jubilado, atestiguó cómo se llevaban a los practicantes para hacerles “exámenes físicos” en el centro de detención de Beijing Shijingshan, en enero de 2001. Recordó: “Constantemente se llevaban a los practicantes para los llamados exámenes físicos, pero ninguno regresaba”.
La web de Minghui expuso que a finales de 2011, a los practicantes de Falun Gong les sacaban sangre mensualmente en los campos de trabajo forzado en Beijing y Mongolia Interior, bajo el disimulo de “exámenes físicos”.
Entre abril y junio de 2014, la policía en Liaoning, Guizhou, provincias de Hebei y Beijing fue denunciada por haber forzado a practicantes a hacerse análisis de sangre. En los casos de no disponibilidad o rechazo de los practicantes, obligaban a algunos familiares a que se sacaran sangre en su lugar.
La combinación de exámenes físicos y erradicación dirigida a los practicantes de Falun Gong no parecía encajar, hasta que las noticias de sustracción de órganos irrumpieron en 2006: Los practicantes son candidatos al comercio de órganos para ser asesinados según demanda.
En 2006, muchísima gente, incluidos muchos practicantes de Falun Gong, no podían creer que esto estuviera sucediendo en China. Posteriores investigaciones independientes e informaciones han validado la credibilidad de estos informes después de siete años.
En diciembre de 2013, el Parlamento Europeo aprobó una resolución condenando estos crímenes contra la humanidad. El mismo mes, el subcomité de Asia de la Comisión de Asuntos Exteriores en el Congreso de los Estados Unidos aprobaron una resolución similar. Ahora está programado para que se lleve al pleno el 30 de julio.
En un foro del verano pasado, el Sr. He Mai, director adjunto de DAFOH (Doctores contra la Sustracción Forzada de Órganos) y la asistente del profesor en la Escuela Médica de Alpert, de la Universidad de Brown, revelaron que los exámenes físicos iban dirigidos a los practicantes de Falun Gong.
Según la profesora Maria A. Fiatarone Singh, de la Universidad de Sídney, España es el líder mundial de donaciones de órganos con un ratio de 35 por millón. Los Estados Unidos es el segundo con 21 por millón. Las donaciones de órganos de China son casi cero, aunque le sigue USA como la segunda nación de trasplantes de órganos en términos de cirugías.
La comunidad médica conoce el alcance de la sustracción de órganos más allá de los hechos y cifras, muchos se han encontrado con su toque malvado, incluso si fue de manera anecdótica.
Franz Immer, doctor en medicina, director de la Fundación Nacional Suiza para la Donación de Órganos y Trasplantes, recordaba: “Durante mi visita a Beijing en 2007, un hospital nos invitó a ver una operación de trasplante de corazón. El organizador nos preguntó si nos gustaría tener la operación de trasplante por la mañana o por la tarde…Esto quería decir que el donador fallecería o sería asesinado, en un momento dado, según la conveniencia de los visitantes. Me negué a participar”.
El Prince Charles Hospital y Princess Alexandra Hospital, dos de los principales hospitales de trasplantes de órganos en Queensland, Australia, prohibió entrenamientos de cirugías a chinos después de no tener la certeza de que las habilidades no se utilizarían para la sustracción de órganos, como informó Australian Associated Press en diciembre de 2006.
A medida que aumentan las pruebas, la respuesta del partido comunista chino (PCCh) ha evolucionado desde la completa negación hasta admitir el uso de órganos de presos condenados a muerte; desde prometer parar de usar los órganos de los presos ejecutados antes de las Olimpiadas de Beijing 2008 hasta una “eliminación gradual” sin un programa de compromiso.
A finales de 2013, anunciaron el Sistema de Respuesta de Trasplantes de Órganos de China (COTRS, siglas en inglés), un sistema de ubicación de órganos informatizado, que esencialmente entremezcla voluntaria e involuntariamente donaciones de órganos y hace futuras investigaciones sobre sustracción de órganos más difíciles.
Algo muy común en las respuestas del PCCh es eludir el tema de la sustracción de órganos a los practicantes de Falun Gong.
“Siempre y cuando no se utilicen las palabras, Falun Gong, y el crítico restringe el criticar al banco de órganos de presos, la respuesta del partido/estado ha sido condescendiente”, comentó David Matas, conocido abogado de derechos humanos y experto sobre el tema de la sustracción de órganos.
Este es un pantallazo archivado de la web de 2006 del Centro de Red Asistencial de Trasplantes Internacional de China, en Shenyang. La sección titulada “la situación de trasplantes de órganos en China” indicaba: “Ahora mismo, el número de trasplantes completados en China cada año sigue solo a los Estados Unidos, además se puede decir que China es el segundo país con más trasplantes en el mundo. Más de 35.000 trasplantes de riñón se llevaron a cabo en hospitales oficiales en 29 provincias, ciudades y regiones autónomas. Por todo el país, hasta 5.000 trasplantes de riñón anualmente. La capacidad para completar tantos trasplantes es inseparable del apoyo del gobierno chino”. La web se quitó después de que irrumpieran las noticias de la sustracción de órganos en 2006.
El Centro de Red Asistencial de Trasplantes de Órganos de China, en Shenyang, provincia de Liaoning, alegó en su web: “La capacidad para completar tantos trasplantes es inseparable del apoyo del gobierno chino”.
De hecho, la consistente disminución de presos ejecutados no explica el número de trasplantes de órganos en China. Según la profesora Fiatarone Singh: “115.000 trasplantes de órganos se llevaron a cabo mundialmente el año pasado, 2013. Estos son de USA, seguidos muy de cerca por China con menor número alrededor del mundo”.
En un informe de marzo de 2012, el Wall Street Journal informó del número de presos ejecutados en China. El número sigue disminuyendo casa año y no explica el gran número de trasplantes de órganos en China, con las donaciones no voluntarias virtualmente. Los presos condenados a muerte tampoco explican el poco tiempo de espera, de varias semanas, para órganos compatibles.
La persecución a Falun Gong a nivel nacional proporciona definitivamente el ambiente político para que sea posible la sistemática sustracción ilegal de órganos.
Quizás reconociendo que la persecución y la sustracción de órganos están unidas inextricablemente, el Parlamento Europeo hace un llamado para la liberación inmediata de todos los presos de conciencia en China, incluyendo a los practicantes de Falun Gong, en su resolución de condena.
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Categoría: Sustracción forzada de órganos