(Minghui.org) Desde que el partido comunista chino llegó al poder, ha alentado al pueblo chino a "seguir al partido" en todos los aspectos de sus vidas, especialmente política e ideológicamente, con la promesa de una promoción profesional y beneficios financieros como recompensa por acatar las directrices del partido.

El PCCh ha buscado meticulosamente durante mucho tiempo, establecerse como el referente moral de la sociedad china, destruyendo templos y otros lugares de veneración espiritual, y prohibiendo la religión a menos que esta sea autorizada por el estado y que se subordine al partido. De esta manera puede justificar casi cualquier cosa: "Matar no está bien, pero matar a los que el partido dice que hay que matar está bien”.

La persecución a Falun Gong es un ejemplo de ello. El PCCh ha obligado a todos los segmentos de la sociedad a ser parte de la persecución por medio la coerción, la pérdida de empleo y el encarcelamiento, y a través de incentivos financieros por resultados específicos, tales como el número de practicantes capturados o "transformados".

Pero en este contexto ¿adónde conduce "seguir al partido" para aquellos que opten por tomar ese camino? La respuesta reside en el simple axioma que dice que el bien será recompensado y el mal será castigado.

Guo Yisheng (郭义生) arrestó, monitoreó y acosó a muchos practicantes de Falun Gong. También saqueó sus casas y derribó pancartas que exponían la persecución, cuando era el jefe del equipo de seguridad de la calle Fenghuang, distrito de Xinzhou, ciudad de Wuhan.

"¡Yo no creo en nada! El partido me paga. ¡Daría mi vida por el partido! ¿Dónde está la retribución del ye (kármica)? ¿Por qué no la he visto?”, dijo Guo en respuesta a la advertencia de los practicantes de que algún día tendría una retribución del ye (kármica) si no cambiaba su comportamiento.

El 23 de agosto de 2009 fue atropellado por un autobús y murió camino al hospital. Tenía 54 años de edad.

Li Xianjin (李先 金) es otro ejemplo. Este jefe de la división de seguridad doméstica de la ciudad de Songzi, provincia de Hubei, declaró abiertamente: “Yo lucho por el que me da dinero. Soy un cuchillo dispuesto a ser usado por el partido. Corto dondequiera que me indiquen que tengo que cortar”. Más tarde fue despedido y descartado por el PCCh después de que dejó de serle útil.

A continuación hay algunos ejemplos que han recopilado los practicantes de Falun Gong, con el fin de ayudar a aquellos que aún no han tenido una retribución por sus acciones para que cambien su rumbo, por su propio bien.

"No creo en la retribución del ye”

En octubre de 2009, Wu Shaoming, un residente del municipio de Linfeng, condado de Anyue, provincia de Sichuan, informó a la policía que una familia de su pueblo tenía materiales informativos de Falun Gong. Él también llevó algunos CD de Falun Gong que había recibido a la estación de policía local.

Cuando se le pidió que no hiciera más esto para evitar la retribución, declaró: "¡Soy miembro del PCCh. No creo en la retribución del ye. Vamos a ver si me va a pasar a algo a mí. Te garantizo que no!”.

Se desplomó mientras cenaba junto a su familia en su casa la noche del 12 de febrero del 2010, y murió esa misma noche.

"Déjame ver qué pasa”

Chen Honghui era el jefe de la brigada de seguridad del estado en la oficina de seguridad pública del condado de Huanan, provincia de Heilongjiang. A pedido de él dieciséis practicantes de Falun Gong fueron arrestados ilegalmente. Cinco fueron sentenciados a prisión y dos fueron enviados a campos de trabajos forzados.

Cuando un practicante le aconsejó que no participara en la persecución a Falun Gong, él replicó: “Me encuentro todavía muy bien después de tantos años. Me hablas de retribución del ye, así que déjame ver qué pasa. Voy a arriesgarme con el partido”.

Estuvo involucrado en un grave accidente de coche una semana después. Su auto se estrelló contra un gran árbol la tarde del 31 de octubre de 2009, sufrió masivas lesiones en la cabeza y murió al instante.

"Veremos si el infierno realmente existe”

Li Taiwen, director del centro de detención del condado de Tanghai en la provincia de Hebei, instigó a los criminales detenidos a que golpearan a los practicantes de Falun Gong.

Una vez le dijo a un practicante: “Yo no creo en que ‘el bien será recompensado y el mal será castigado’. Yo sólo creo en la realidad. Uno no puede vivir sin dinero, y nadie puede derrotar al partido. Dices que hay un cielo y un infierno. Yo no lo creo. Veremos si el infierno realmente existe”.

Cayó enfermo esa misma noche y murió pocos días después.

"¡No le tengo miedo a la retribución del ye!"

Diang Dianjun, jefe del departamento político de seguridad, sección de seguridad pública del distrito de Hanshan, Handan, provincia de Hebei, cumplía enérgicamente con la persecución a Falun Gong.

Una vez Diang y tres agentes de la policía golpearon brutalmente a la practicante Sra. Su Xueling. Le dieron descargas con picanas eléctricas y le pisotearon la cabeza y el pecho. Quedó inconsciente por más de dos horas. Él gritó: “¡Yo soy un miembro del PCCh y un ateo orgulloso! ¡No tengo miedo de la retribución del ye!”

Fue diagnosticado con cáncer en 2004, y murió ese mismo año.

Muerto poco después de jurar seguir al PCCh

Sun Guoan, un residente del municipio de Chaoyang, Shuangcheng, provincia de Heilongjiang, fue engañado por la propaganda del partido. En repetidas ocasiones derribó pancartas que los practicantes colgaban en los árboles o en postes de electricidad.

No escuchó los consejos de los practicantes de Falun Gong, y reportó a dos practicantes de su aldea a la policía. Los practicantes fueron posteriormente enviados al campo de trabajos forzados Changlinzi en Harbin donde fueron torturados.

Los practicantes le aconsejaron que dejara de cometer acciones malas y que renunciara al partido. Sun Guoan juró a mediados de mayo de 2009: “Yo creo en el partido comunista. Voy a seguir al partido hasta el final”. Murió esa noche, a la edad de 65 años.

Un antiguo proverbio chino lo resume así: “No es que no exista la retribución del ye. Es sólo que no ha llegado todavía el momento. Una vez que llegue el momento, la retribución vendrá”.