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El 11 de octubre de 2013, el periódico alemán Ausburger Allgemeine publicó un artículo titulado: “La lucha en contra del trasplante de órganos humanos”. El artículo expone la práctica del partido comunista chino (PCCh) de matar a practicantes de Falun Gong para sustraer su órganos y venderlos para hacer grandes sumas de dinero.

Los practicantes de Falun Gong hicieron un llamado a todas las personas de buen corazón en Rennersthofen, una municipalidad del distrito de Neuburg-Schrobenhausen en Bavaria, Alemania, para que no fueran a China a hacerse trasplantes de órganos.

En la última década, los practicantes de Falun Gong y otros prisioneros de conciencia han sido examinados, asesinados, y utilizados como un banco vivo de órganos para la industria de trasplantes en China. A diferencia de otros países, China no tiene un sistema de donación de órganos de manera voluntaria y a gran escala, así que los hospitales usan prisioneros.

“El enorme banco de donantes vivos en China ha creado una verdadera industria de trasplante de órganos”, dijo la practicante de Falun Gong de 50 años de edad Ursula Dusolt durante la entrevista.

Dusolt estableció un kiosco informativo en Spitalplatz en Rennertshofen el 13 de octubre para recolectar firmas para condenar los crímenes de sustracción forzada de órganos a practicantes vivos de Falun Gong por parte del régimen chino.

“Hace seis años, mi vida no iba de la manera que esperaba; estaba exhausta mental y físicamente”, explicó la Sra. Dusolt. “Buscaba algo que le diera significado a mi vida, algo que integrara todos los diferentes componentes de mi vida”.

Entonces, su hermano le introdujo a la práctica de Falun Gong, una disciplina espiritual presentada por primera vez en China en 1992 por su fundador el Sr. Li Hongzhi, la cual se basa en los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia.

“Cuando el régimen chino se dio cuenta que más de 100 millones de personas estaban practicando Falun Gong, decidieron erradicarlos, ya que temían que se había vuelto un grupo muy numeroso. Desde el año 1999 miles de practicantes han sido perseguidos y enviados a prisiones y centros de lavado de cerebro”.

David Matas un abogado de los derechos humanos canadiense y David Kilgour, un ex miembro del parlamento canadiense, reportaron que los hospitales en China continental publicaban garantías en sus sitios web, diciéndoles a los visitantes occidentales que podían arreglar para que un trasplante de órganos se realizara en dos semanas, y hasta en un par de días en algunos casos.

“Los doctores en los campos de trabajo forzado sacan la sangre de los prisioneros para analizar su tipo de sangre”, dijo Dusolt. “Si alguien tiene el mismo tipo de sangre que un candidato a trasplante, será asesinado y sus órganos serán vendidos”.

Este año la organización de Doctores en Contra de la Sustracción Forzada de Órganos publicó una peticición haciendo un pedido a las Naciones Unidas para que realicen una investigación independiente a la sustracción de órganos en China.

A dos semanas de la publicación de la petición, 166.000 personas de 33 países diferentes en Europa ya la habían firmado. La cifra global total ahora excede 450.000 personas.


Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/10/28/142933.html