[Minghui.net] Unos días atrás un familiar me contó una historia verdadera acerca de cómo los medios de comunicación chinos aceptaban sobornos para fabricar mentiras.
Este incidente tuvo lugar en un pueblo de la ciudad de Zhaoyuan, provincia de Shandong, alrededor de 2010. Un día, algunos oficiales de la ciudad estaban hablando y fumando en una oficina, cuando el jefe de la oficina 610 de la ciudad entró y les dijo sin rodeos. “Una unidad de los medios de comunicación de Yantai está viniendo aquí para rodar un programa de televisión que difamará a Falun Gong. Será sobre una persona que padece una enfermedad pero que no toma medicinas después de practicar Falun Gong. Cuando su enfermedad se agrava, para de practicar, toma la medicina de nuevo, y se cura.
¿Puede alguno de ustedes encontrar un caso típico para el argumento?” Todos los oficiales en la habitación comienzan a hablar a la vez, hasta que uno de ellos dice: “Un verdadero practicante de Falun Gong preferiría ser golpeado hasta la muerte a contar una mentira. Creo que la única manera es encontrar a alguien que no practique Falun Gong para el programa de televisión”. El jefe de la oficina 610 respondió: “En cuanto tengamos esto hecho. Simplemente encontrar una persona apropiada para leer el guión que escribamos. Después del rodaje le daremos una recompensa de 300 yuanes”.
La gente en esa habitación realmente había perdido todos los principios morales con el aliciente de los beneficios. Uno de ellos dijo: “Dejadme preguntar a mi cuñada mayor si le gustaría hacerlo. Tiene una enfermedad en el corazón y su familia no es adinerada en absoluto. Es fácil ganar 300 yuanes por decir unas cuantas palabras. Bien, aquí tenemos un trato”.
Al día siguiente fue a visitar a su cuñada con el guión que incriminaba a Falun Gong y le explicó de qué se trataba en detalle. Accedió a hacerlo y trató de memorizarlo lo mejor posible. Esperó en casa a los medios para actuar y por su recompensa. Sin embargo, el equipo de televisión nunca apareció. Esta farsa, que fue ensayada para colocar a Falun Gong en mal lugar, no fue rodada en su casa.
Oficiales de alto rango habían cambiado el lugar del encuentro y fueron directamente al hospital de la ciudad para encontrar “actores”. Primero localizaron a un paciente hospitalizado y le ofrecieron dinero por leer un guión que difamaba a Falun Gong. El paciente se opuso, diciendo: “No haré nada tan inadmisible por dinero”. Tenían que encontrar a otra persona. Tentado por la ganancia, la segunda persona leyó el guión ante la cámara, según las instrucciones. Sin embargo el reportero del programa de televisión se fue tan pronto como la grabación terminó y al “actor nunca le dio ni un solo centavo.
Al tratar a Dafa amablemente uno se encontrará con bendiciones de felicidad y paz. La primera persona comprendió la verdad y no quiso contar mentiras. Se recuperó y se fue a casa. La segunda que puso los beneficios por encima de la consciencia murió poco después de difamar a Falun Gong.
Este es un verdadero acontecimiento que sucedió en esta ciudad. A través de esta historia y muchas otras como esta, todos podemos ver cómo el partido comunista chino (PCCh) prepara mentiras. Desde la denominada “1.400 muertes” en 1999 hasta la organizada “Autoinmolación de la plaza de Tiananmen”, el PCCh ha contado mentira tras mentira después de 13 años. Mis conciudadanos, ¿Cómo podemos todavía creer en las mentiras del PCCh?
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