[Minghui Net] Muchos de mis parientes y familiares trabajan en el sistema judicial y político del partido comunista chino. La generación de mi padre fueron casi todos policías. Una de mis hermanas menores trabaja en una prisión. Muchos de los guardias allí han sufrido enfermedades prolongadas, algunos incluso murieron. Mi hermana tenía que hacer un montón de horas extras porque muchos de sus colegas murieron o se enfermaron. Mi otra hermana menor es una guardia en la prisión. Desde que comenzó la persecución en julio de 1999, creyó las mentiras del PCCh, e intentó seguir constantemente las políticas del PCCh.
Intentó persuadirme a renunciar a la práctica de Falun Gong. Me negué. Luego le pidió a mi madre que cortara relaciones conmigo por ello. Cuando le conté la verdad sobre Falun Gong, no mostró ninguna reacción y se negó a contestar. Muchos practicantes estaban retenidos en su guardia, y ella también participó de la persecución. Le dije: “Tener una creencia no es un crimen. Es un derecho de todo ciudadano. Forzar a otros a renunciar a sus creencias, sí va contra la ley. Cuando alguien en el sistema judicial hace esto, está violando la ley intencionalmente. Herir a otros a cambio de dinero merece la retribución según los principios celestiales”. Ella simplemente se quedó callada a pesar de lo que decía.
Luego, mi hermana se enfermó. Tenía dolores de cabeza todo el tiempo y estaba mareada. Era como los síntomas de los drogadictos en su prisión. Estaba constantemente fatigada y con licencia médica. Fue a los hospitales principales de Beijing, pero ninguno podía ayudarla. Tenía problemas con su esposo y su matrimonio se estaba destruyendo. Su vida era miserable.
Le dije a mi madre que mi hermana había cometido muchos crímenes contra Falun Gong. Tenía que arrepentirse completamente, renunciar al PCCh y sus organizaciones y publicar una declaración solemne pública en Internet. Mi madre aceptó intentar hacerlo. Escribí una declaración solemne, que decía: “Creí en las mentiras del PCCh en el pasado y participé en la persecución a Falun Gong. Declaro que todas mis palabras, actos y cualquier cosa escrita carece de respeto hacia el fundador de Falun Gong y los practicantes de Falun Gong y ahora no tienen más valor. Creo en la grandeza de Falun Dafa. Creo en el Maestro de Falun Dafa. No participaré más en la persecución a Falun Gong”. Le pedí a mi madre que hablara con mi hermana, cuñado, y sobrino individualmente. Todos ellos dijeron claramente que aceptaban la declaración. Luego la envié a Minghui para su publicación.
Pronto después de que se publicó la declaración, la enfermedad de mi hermana desapareció. Varios años han pasado, y su salud está intacta. La mayor de mis hermanas menores solía no dejarme visitarla en su casa, dónde vive nuestra madre. Ahora le dijo a mi madre que yo podía ir cuando quisiera a visitarla. Nos dijo que su esposo, que trabaja en una prisión, nuestra hermana menor que es policía, y el esposo de nuestra hermana menor, que trabaja en el sistema judicial, todos han renunciado al PCCh y sus organizaciones. Todos ellos creen que Falun Dafa es grandioso. Cuando fui a casa el año pasado, ella me dijo que su esposo renunció a una oportunidad de ascender a supervisor de la prisión, lo cual le daría un sueldo de unos 500-600 yuanes más. Ellos entendieron que unos cuantos yuanes y el ascenso les significarían innumerables problemas e incluso sus vidas.
Años atrás, cuando mis hermanas menores estaban involucradas en la persecución, mi madre vivía con una de ellas. Durante ese tiempo, mi madre a menudo se caía. También sufría de dolores de cabeza. Mi hermana no podía evitar pensar en el por qué de esto. Luego mi padre murió durante un tratamiento como resultado de una mala praxis. Además, uno de nuestros familiares está desaparecido. Ahora todos ellos entienden que estos infortunios son el resultado directo de las cosas malas que habían hecho por seguir las órdenes del PCCh al perseguir a Falun Gong.
Luego de que mis hermanas entendieran los hechos, sus vidas mejoraron. Ambas familias lograron comprarse coches nuevos y se mudaron a casa nuevas. Mi sobrino mayor fue admitido en una universidad prestigiosa, y después de graduarse, consiguió un trabajo. Todos mis familiares aprendieron que las palabras “Falun Dafa hao”, “Zhen-Shan-Ren hao” y “Renunciar al PCCh trae paz” valen su peso en oro. Mi madre dijo: “Tú eres el único practicante en nuestra familia, no obstante, todos nos hemos beneficiado de tu práctica”.
El día que comencé a escribir este artículo, un médico en el hospital de la prisión murió. Ayer cremaron su cuerpo. Su hijo dijo: “Parecía muy joven a mis ojos. Solo tenía 62 años. No es normal. Pero en esa prisión, es completamente normal”. El hijo de este médico sabe que muchos guardias jóvenes de la prisión se han enfermado. Las autoridades mantienen en secreto la cifra de muertes por temor a que nadie quiera ir a trabajar allí, sin importar cuan altos sean los sueldos, en la brutal, represión prohibida por los cielos, que aún sucede en la China de hoy.
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