[Minghui Net] Nací en 1992 y seguí a mis padres en la práctica de Falun Gong cuando tenía dos años. Un día, mis padres se quedaron muy sorprendidos al ver que estaba practicando el cuarto ejercicio, porque ellos hacían los ejercicios todos los días en una habitación con la puerta cerrada. Nunca me habían enseñado ese ejercicio. Cuando me preguntaron quién me enseñó los ejercicios, señalé la imagen del Maestro y dije: “Ese tito”.

Mis padres me dijeron que debía tener una relación predestinada con Dafa, por lo que pude nacer en una familia de practicantes y el mismo año cuando el Maestro comenzó a enseñar el Fa. Desde que era pequeño, los principios de Dafa naturalmente se quedaron en mi mente y practicar la cultivación se convirtió en parte de mi vida.

Antes de obtener el Fa, a menudo estaba enfermo y tenía que ir al hospital. Tenía todas las enfermedades que los niños contraen a menudo, como tos ferina y bronquitis. Un día, tuve una fiebre muy alta y la medicina no hacía efecto. Después mi padre se dio cuenta de que como el Maestro me había enseñado a hacer los ejercicios, el Maestro ya estaba cuidando de mí y me estaba ayudando a purificar mi cuerpo. Entonces, mi padre dejó que el Maestro cuidara de mí. Durante el día, mi fiebre estaba baja y por la noche estaba alta. Tuve esta fiebre en días alternos. Unos días después, me recuperé y ya no necesitaba medicina o viajes al hospital.

Cuando tenía siete años, la persecución empezó. La policía se llevó a mi padre por un tiempo de cuatro años. Aunque estaba bajo mucha presión, mi madre siguió persistiendo en practicar la cultivación conmigo y en decirle a la gente los hechos sobre Dafa. Íbamos a visitar a mi padre periódicamente y le dábamos las nuevas lecciones del Maestro.

Cuando estaba en tercer curso, los funcionarios de la escuela pusieron un video que difundía difamaciones contra Falun Gong. Después se pidió a los alumnos que escribieran un resumen. En mi resumen hablé sobre la belleza de Dafa. Mi profesor y el director dijeron que iban a “transformarme”. De otro modo, sería expulsado del colegio. Gracias al Maestro que bloqueó una parte de mi cerebro, no entendí de lo que estaban hablando cuando intentaron “transformarme”. Yo solamente dije que practicaría Dafa firmemente sin ningún miedo. Otros compañeros practicantes enviaron pensamientos rectos para mí y negaron todos los arreglos de las viejas fuerzas. Un compañero practicante envió una carta de aclaración de la verdad por email al director. Después el asunto terminó. Cuando estaba en cuarto curso, ya nadie me amenazó o trató de hablar conmigo sobre renunciar a Dafa, y mi padre también fue liberado.

Un día, tuve diarrea y tenía que ir al baño cada pocos minutos. No podía ir al colegio y me quedé en la cama. Estaba muy apegado a mi colegio y pensaba que no debía perder ni una clase. Tenía mucho miedo. Después, compañeros practicantes hablaron conmigo y me dijeron que la tribulación me estaba ayudando a abandonar el apego de intentar ser perfecto en la sociedad humana. La diarrea desapareció poco después de que me di cuenta de este punto.

Fui admitido en un instituto cerca de mi casa. Cuando estaba en octavo curso, mi profesora pidió a los diez mejores estudiantes de nuestra clase unirse a la liga juvenil comunista (una afiliación del partido comunista chino). Yo era uno de ellos. Le dije a mi profesora que no quería unirme y ella me preguntó por qué, pero no me atreví a contarle los hechos. Cuando mis compañeros de clase me preguntaron la razón, les dije la verdad. Cuando estaba en noveno curso, tenía muchos deberes todos los días. Me quedaba despierto hasta las once de la noche y después me iba a dormir. Pasaba poco tiempo estudiando el Fa. Mi madre notó este problema y me pidió que eligiera otra hora para estudiar el Fa. Discutí con ella que no tenía suficiente tiempo para hacer mi tarea. Mi madre me advirtió y yo me di cuenta de que como practicante debía colocar mi cultivación en primer lugar, en vez de no estudiar el Fa hasta terminar el resto de cosas secundarias. Después de eso, todo hizo el camino para mi cultivación. Cuando llegaba a casa después de las seis todos los días, hacía los ejercicios y estudiaba el Fa antes de hacer mi tarea. Seguía terminando mi tarea aproximadamente a la misma hora. Además, ya no me quedaba atascado con los deberes. A veces, al día siguiente, no recordaba cómo había resuelto el problema la noche anterior. Dafa me había dado la sabiduría.

Cuando estaba en séptimo curso, la lámpara de mi habitación se rompió. Mi padre vio que los libros en la mesa no eran libros de Dafa sino otros libros. Esto ocurrió porque no estaba siendo diligente en practicar la cultivación. Mi padre podía encender la lámpara, pero yo no podía. Me di cuenta de que era mi problema. Decidí ser diligente en la cultivación y mejorarme. Después pude encender la luz otra vez. Esa experiencia me enseñó que todo está vivo y todo existe para el Fa. Estaban observándome y esperando que fuera diligente en la cultivación. No me atreví a aflojar desde entonces.

Cuando estaba en duodécimo curso, estaba muy ocupado con mi trabajo escolar. Tenía la noción de que si me quedaba despierto hasta tarde, tendría sueño a la mañana siguiente. Por tanto, sólo estudiaba el Fa por la noche y nunca hacía los ejercicios. Tuve diarrea unos días y no podía concentrarme en clase. Mi madre habló conmigo y dijo que si no hacía los ejercicios , mi cuerpo no podría ser transformado lo suficiente y permanecería como el de una persona común. Dijo que debería cultivar y practicar. Me di cuenta de que era serio y decidí levantarme temprano para hacer los ejercicios. Dos días después, la diarrea desapareció. Además, me sentía más energético por la mañana. Estaba animado y persistí en hacerlo incluso durante el examen de admisión a la universidad. 

Antes de este examen estaba ansioso por conseguir una puntuación alta. Mis padres me pidieron que me calmara y que abandonara el apego. Me dijeron que no persiguiera, sino que en lugar de eso aprovechara la oportunidad para eliminar el apego. De camino al examen, recité “Templando la mente y el corazón de uno” y “Ser un humano” de Hong Yin. Todo fue bien durante el examen y mi puntuación final fue treinta puntos más alta de lo que me esperaba. Mi puntuación en cada parte del examen fue más alta que mi estimación. Entendí que la puntuación fue dada por el Maestro. Fui admitido en una buena universidad, cerca de mi casa. 

Cuando estaba a punto de elegir mi universidad, fui interferido por mis apegos humanos otra vez. Al igual que mis padres. Ellos pensaban sobre qué universidad sería mejor para que pudiera conseguir un buen trabajo en el futuro. El proceso no fue fácil. Entonces, me di cuenta de que el Maestro no me había dado la puntuación para ayudarme a perseguir fama y beneficio en la sociedad común, sino para validar Dafa. Mi actuación extraordinaria en el examen fue un ejemplo de las maravillas de Dafa. ¿Cómo podía tomar esta oportunidad para validarme? Entonces, hablé con mis padres y todos nosotros abandonamos nuestros apegos. El Maestro arreglaría una universidad para mí. Debe haber muchos seres conscientes esperando para ser salvados en cualquier facultad a la que vaya. Finalmente abandoné el apego. Realmente no importaba en qué universidad sería admitido. El Maestro dijo:

“Como los seres humanos tienen qing, enojarse es qing, alegrarse es qing, amar es qing, odiar es qing, querer hacer algo es qing, no querer hacer algo aún es qing, pensar quién es bueno o quién es malo y tener ganas de hacer algo o no.......”. (Lección Sexta, Zhuan Falun)

Gracias Maestro por cuidar de mi todo el tiempo. Todavía tengo muchas cosas para mejorar. Sólo quiero compartir mi experiencia de cultivación con los compañeros practicantes.