Después del año nuevo chino, experimenté anomalías similares a los síntomas de la menopausia. Tengo 57 años y a menudo empiezo a sudar mientras duermo por la noche. Durante el día estoy irritable y no estoy tan sana como antes. Sabía que éstas eran ilusiones y mandaba pensamientos rectos para eliminarlas, pero las cosas no parecían mejorar.
Miraba dentro y no encontraba ningún fallo importante. De hecho estaba satisfecha conmigo porque muchos practicantes a mi alrededor estaban ocupados con las preparaciones de año nuevo y no podían arreglárselas haciendo las tres cosas. Aunque yo estaba ocupada durante el día y haciendo las tres cosas sin parar, sin embargo, vi que recientemente me había empezada a apegar a hacer cosas y que mi mente no estaba calmada cuando estudiaba el Fa o mandaba pensamientos rectos.
Algo estaba mal, pero no me podía iluminar a ello. De hecho pensaba que era bastante diligente en mi cultivación. En los últimos días, mi salud estaba más deteriorada y no podía dormir bien por la noche. Durante el día, me enfadaba sin razón y entraba en conflicto con los practicantes por algo insignificante. Sabía que, habiendo practicado por 15 o 16 años, mi actual estado mental era incorrecto. Realmente quería mejorar, pero seguía sintiéndome como si algo estuviera bloqueando mi proceso. Mi corazón estaba muy pesado. Me calmé, pasé más tiempo estudiando el Fa, luego miré dentro de nuevo y encontré muchos apegos. Sin embargo, no encontré la raíz del problema.
Hace un tiempo, una practicante quería vender su casa. Ella estaba sola, y tenía miedo de que la estafaran. Por consiguiente llamé a su segundo hermano mayor que fue mi compañero de clase en el instituto, él no es practicante. Le pedí que ayudara a su hermana menor y le pareció bien. Inexplicablemente, esta practicante vino a verme ayer y me acusó de hablar mal de ella delante de su hermano. Me alteré y discutí con ella. Un compañero practicante amablemente me señaló mi naturaleza irritable. Otro practicante me consoló diciendo: “Quizás estás muy ocupada y cansada. De ahí que malinterpretara tus intenciones”. En la superficie, parecía que no hacía nada mal. Aunque sentía que algo estaba mal.
Cuando llegué a casa, me dije que debería calmarme verdaderamente y escarbar en profundidad en la raíz de mi apego. ¿Dónde fallaba? ¿Por qué estaba tan ocupada? ¿Esto es realmente un signo de mi diligencia? De repente, recordé las palabras de Shifu en la “Lección Segunda” en Zhuan Falun:
“Algunos, para conservar su reputación, ¿en qué piensan incluso mientras tratan a un paciente? «Déjame que yo tenga esta enfermedad y que él se cure». Esto no surge de un corazón de misericordia; él no ha descartado para nada ese corazón de fama y beneficios, así que es absolutamente imposible que nazca un corazón de misericordia. Él teme perder su reputación y prefiere adquirir él mismo la enfermedad; teme perder esta fama, ¡qué fuerte corazón de perseguir fama! Una vez que emite ese deseo, bien, esa enfermedad se le transfiere a su cuerpo inmediatamente; realmente tiene este efecto. Entonces él regresa a su casa para descomponerse, mientras que el paciente se cura; cura a otro y él vuelve a casa para sufrir. Sientes que has curado las enfermedades de otros y, cuando otros te llaman, una vez, maestro de qigong, te complaces y presumes alegremente, te sientes tan en las nubes. ¿No es esto un corazón de apego? Cuando no puedes curar la enfermedad, bajas la cabeza y te sientes abatido, ¿no es esto el efecto de tu corazón de fama y beneficio?”.
Bajo la guía compasiva de Shifu, mi mente gradualmente se fue volviendo más lúcida. Durante mucho tiempo, estaba ocupada ayudando a otros practicantes a resolver sus problemas, y gastaba mucho tiempo que podía haber utilizado para aclarar la verdad y salvar a la gente. Parecía que yo era alguien que amaba ayudar a los demás. Sin embargo, escudriñando en mis pensamientos, descubrí estos apegos horribles que fueron expuestos en la siguiente conversación:
Practicante (P): “¿Dónde has estado? Te he buscado por todas partes”
Yo: “He estado muy ocupada”.
P: “Veo cuan diligente eres”.
Y: (Me siento satisfecha conmigo)”.
P: “Muchas gracias por comprarme esto”
Y: (Mi corazón se hincha de felicidad)
P: “Perdona que te moleste, me gustaría pedirte que hagas algo por mi”.
Y: “Estoy muy ocupada y no tengo tiempo. ¿Puedes pedirle a otro que te ayude?”
P: “Otros no son tan capaces como tu haciendo esto; solo tú puedes hacerlo”.
Estaba realmente exhausta, pero al escuchar estas palabras, me animé y dije: “Vale…” ¿No es esto vanidad? Escarbando aún más, descubrí que después de escuchar con frecuencia cumplidos, poco a poco me volví engreída. Me gustaba ostentar; validarme y después desarrollé apegos. ¿Estos apegos no estaban aumentando de una fuerte búsqueda de fama? Aun más, ya no podía aceptar las críticas de otros.
No es de extrañar que hace poco varios practicantes, que antes me ayudaban con frecuencia, no me halagaran por las cosas que hacía por ellos. De hecho tenían muchas quejas hacia mí. Y debido a que no había eliminado el apego a la fama, por supuesto yo no podía ser verdaderamente compasiva. Cuando no me cultivaba de acuerdo a los requisitos del Fa, era muy fácil atraer problemas innecesarios. Además, mi vanidad impedía mi efectividad en aclarar los hechos a la gente, especialmente a los extranjeros cara a cara.
También es por estos diferentes apegos humanos que los conflictos ocurrían me con frecuencia con los practicantes que eran coordinadores de proyectos de aclaración de la verdad. Como resultado, estos proyectos que se habían empezado para salvar a la gente no podían progresar sin problemas. Esta búsqueda de fama ha sido un enorme obstáculo para nuestro progreso. Estoy compartiendo mi experiencia así que se expondrá y no tendrá sitio para existir en nuestra dimensión. Espero que otros practicantes que están en mi situación tengan cuidado de mi experiencia y eviten cometer los mismos errores.
Debido a las limitaciones en mi nivel de cultivación, por favor señálenme amablemente si hay cualquier cosa inapropiada.
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Categoría: Mejorándose uno mismo