[Minghui Net] Hay un error común, antes y después del 20 de julio de 1999, debido a los diversos documentos oficiales y circulares distribuidos por el partido comunista chino (PCCh), de que la persecución a Falun Gong se inscribe en el marco de la legislación china y tiene una base legal. Sin embargo, tras un examen más detallado, no es el caso en absoluto; casi a cada paso a lo largo del camino, el PCCh opera fuera de la ley; al iniciar, ejecutar y sostener la persecución.
El 10 de junio de 1999, con el fin de eludir la constitución y la ley, el primer paso importante fue el establecimiento de la infame oficina 610, “Grupo líder en el manejo de la cuestión Falun Gong”. Esta organización se creó fuera del marco legal, y como lo describe Freedom House: “…funciones fuera del sistema estatal sin ningún tipo de reconocimiento oficial. En su esencia, la oficina 610 es una fuerza de seguridad extra-ministerial, vestida de civil, del PCCh centrada en la represión del grupo espiritual Falun Gong”.
El 7 de junio de 1999 Jiang Zemin convocó una reunión especial del Buró Político, donde dio la directiva de “manejar con rapidez y resolver el problema de Falun Gong”. Ordenó que el grupo de trabajo “debía organizar fuerzas inmediatamente” y “conseguir todo lo necesario para la labor de desintegración (de Falun Gong)”. Tres días después, esta organización se creó sin una legislación, no se citaron disposiciones jurídicas para justificar su existencia, ni establecer el ámbito de su mandato. De hecho, se creó una cadena de mando completamente nueva fuera del poder ejecutivo y la estructura legislativa en toda China, desde el gobierno central hasta el nivel local, ya que incluso, se establecieron oficinas 610 en empresas estatales y escuelas.
En sus doce años de existencia, la oficina 610 dio una serie de mandatos que quedan fuera totalmente de los objetivos de una organización legal, una organización legítima gubernamental. Sólo se incluyeron unos pocos:
- “Eliminar a Falun Gong en tres meses”
- “Destruir su reputación, aplastarlos económicamente, eliminarlos físicamente”
- “Cuando los golpean hasta morir, no hay que dar compensación, y debe considerarse como suicidio”
- “No verificar la identidad del cadáver, cremar en seguida el cuerpo”
- “Matar sin piedad”
- “Las leyes no se aplican a Falun Gong”
Claramente, no se trata de las órdenes dadas a una organización que opera dentro de la ley o la constitución. Otros documentos y circulares emitidas por Jiang y el PCCh tienen los mismos problemas de legitimidad legal y moral. El 19 de julio de 1999 el gobierno central emitió un documento a los miembros del partido, prohibiéndoles practicar Falun Gong. Fue una directiva extralegal, en lugar de una legislación. Aparte de esto, el gobierno no tiene ninguna base legal para restringir a sus ciudadanos de practicar una creencia espiritual. El mismo problema ocurre cuando el Ministerio de Asuntos Civiles, del Consejo de Estado, prohibió la “Sociedad e Investigación de Falun Dafa y la Organización Falun Gong bajo su control”, y el Ministerio de Seguridad del Estado prohibió la práctica.
En ambos casos, ni el órgano del estado tiene jurisdicción constitucional en las creencias espirituales, ni la ley prevé la prohibición de tales grupos espirituales. Mientras tanto, los medios de comunicación controlados, rápidamente, comenzaron toda clase de ataques usando la calumnia, llamando a Falun Gong “un culto maligno” y sentaron las bases para la brutal persecución por venir. Irónicamente, cuando el Ministerio de Seguridad del Estado emitió su declaración en el año 2000 con respecto a “la identificación y la prohibición de organizaciones heréticas”, Falun Gong no figuraba entre los catorce grupos denominados así. A pesar de ello, hoy, esta declaración se sigue invocando para justificar la persecución.
En general, la persecución a Falun Gong fue y es realizada y dirigida por una organización extralegal, anticonstitucional que opera fuera de la ley china e internacional. Los métodos usados en la persecución, en particular las detenciones ilegales, lavado de cerebro, tortura física y mental, trabajos forzados, e incluso asesinatos, son totalmente ilegales y condenables. No importa lo que el PCCh elija para ocultar la brutal persecución en la legalidad para tratar de engañar al mundo exterior y a sus propios ciudadanos, no puede ocultar el hecho fundamental de que se trata de una persecución ilegal e incomprensible de personas que desean ejercer Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Que pisotea las propias leyes de China y es una afrenta para toda la humanidad.
Fecha de publicación: 26/1/2012
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Categoría: Opinión y análisis