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¡Saludos, Maestro!
¡Saludos, compañeros practicantes!
Hay varias practicantes ancianas que han sido firmes en su cultivación a través de asistir al Maestro en la rectificación del Fa y en la salvación de seres conscientes. Los compañeros practicantes les animaron a compartir sus historias, pero ellas dijeron que simplemente le hablaron a la gente sobre Falun Gong y la persecución, y que no sentían que tuvieran algo más que decir. En la última década, nunca han dejado de estudiar el Fa, especialmente en el grupo de estudio dos veces a la semana. Han experimentado incontables historias milagrosas, pero solo unas pocas han sido registradas y publicadas ya que la mayoría de ellos son iletrados. Aquí, un practicante se ofrece voluntario para escribir sus historias que no son sino una pequeña porción de su experiencia de cultivación.
Historias de la practicante A
Soy una mujer de 78 años. Aprendí Falun Dafa justo después de haber sido diagnosticada tardíamente con un cáncer de pulmón en 1998. Como me informaron de que solo tenía dos meses de vida, mi familia empezó a preparar mi funeral. Sin embargo, supe sobre Falun Dafa de un modo aparentemente casual y comencé a practicar. He estado saludable desde entonces, durante más de 10 años. Entiendo que mi vida fue extendida por Dafa y Shifu, por eso, la cultivación es lo más importante en mi vida. Cuando empecé por primera vez a aprender Dafa, me costaba estudiar el Fa porque era iletrada. Con mi fuerte creencia en el poder de Dafa y la ayuda de Shifu, finalmente fui capaz de leer todo Zhuan Falun. Estudiar bien el Fa puede reforzar las habilidades de los discípulos para salvar gente.
Desde el comienzo de la persecución he hablado con la gente sobre la verdad de Falun Dafa. Con el propósito de lograr oportunidades para hablar y convencer a la gente, esperaba todos los días en un camino en cuesta para ayudar a los vendedores a empujar sus carros cuesta arriba. Mientras empujábamos el carro, les contaba sobre Dafa y la persecución. Hice esto varios años hasta que se publicó los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista. Después fui a los parques y mercados al aire libre a hablar con la gente sobre abandonar el PCCh y sus organizaciones. Usaba toda oportunidad posible para hablar con quienes me encontraba. Un día fui al edificio del gobierno local para enviar pensamientos rectos. Más tarde, vi alguien que caminaba delante de mí a cierta distancia. Pensé que debía alcanzarle y darle una oportunidad de oír la verdad. Mientras tenia este pensamiento ya estaba a su lado. Así que hablé con él, y no tuvo problema en estar de acuerdo conmigo sobre la naturaleza malvada del PCCh, e inmediatamente renunció a él. Después de esa experiencia, me recordé no desarrollar el corazón de exultación, porque fue Shifu quien hizo que esto pasara.
Sin importar si llueve, hace viento, calor o frío, he estado saliendo a la calle y hablando con la gente sobre Falun Gong todos los días. La mayoría de los residentes en mi barrio me conocen y me llaman “Falun Gong” cuando me ven. Debido a este “título” que me dan, he sido cuidadosa con mi apariencia y mi actitud en público. Siempre me visto pulcra y adecuadamente cuando hablo con la gente. Les dejo ver mi compasión y vitalidad obtenidas de practicar Dafa. Siempre hablo con gente diferente. Una vez me encontré con un hombre joven en un puente y empecé a hablarle sobre Falun Gong. Él me interrumpió al momento y dijo: “¿Sabes quién soy? Soy un policía a cargo de ti”. Quería llamar a la comisaria con su móvil para arrestarme. Le contesté: “Nadie más que mi Maestro está a cargo de mi. Los policías también necesitan ser salvados, tu llamada no funcionara”. Después me fui, y llegué a casa a salvo.
La policía local también conoce mi fe inquebrantable y ha ido a buscarme a mi casa tres veces. Las dos primeras veces no me encontraron, porque estaba afuera distribuyendo folletos. Pensaba: “¿Cómo es que nunca me los he encontrado?”. y no les esperaba en casa. Un día, volví con algunos materiales en mis manos que habían sobrado, la policía llegó a mi casa al mismo tiempo. Al ver esos folletos en mis manos, pensaron que habían encontrado la excusa para arrestarme y me empujaron al coche de policía. Grité: “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” todo el camino hasta la comisaría. En la sala de interrogatorio me preguntaron de donde era, les dije el nombre de mi pueblo natal; y dijeron: “No nos importan los que viven en otras áreas. Ya puedes irte a casa”.
No podemos relajar nuestra forma de pensar recta, ni siquiera un poco, de otro modo el mal se aprovechará e interferirá con nosotros. Shifu nos dijo que miremos dentro. Siempre miro dentro, tan pronto como lo hago, mis tribulaciones se resuelven. Una vez quise estar con la familia de mi hija que estaba en otra ciudad. A mi hija no le gustaba que hablara a todo el mundo sobre Falun Dafa, así que me dijo que parara. Sin pensarlo mucho, simplemente estuve de acuerdo: “Vale, no hablaré más sobre ello ya que te enfadas tanto”. No sabía que las viejas fuerzas interferirían conmigo inmediatamente. Me puse terriblemente enferma, durante seis días. No podía comer o beber, y estaba al borde de la muerte. Mi hijo comprobó si todavía seguía respirando. Estaba seguro que no sobreviviría y estaba preparando mi funeral. Mi hija sabia que solo Dafa podría salvarme, así que fue a encontrar al coordinador de nuestro grupo de estudio del Fa local. El coordinador vino a verme y susurró en mi oído que buscara dentro de mi lo que había hecho mal. Una vez que miré dentro y me di cuenta de que no debía haber aceptado dejar de aclarar la verdad sobre Dafa, fui capaz de sentarme justo en ese momento. Fue justo como lo que dijo Shifu: “no tomará siquiera un segundo y tu enfermedad habrá desaparecido”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Houston)
Historias de la practicante B
Soy una mujer de 83 años. Solía sufrir una enfermedad seria del corazón, y era hospitalizada seis veces al año. En 1998 mi salud de volvió todavía peor, en ese momento no podía vivir sin un tanque de oxígeno. Sabiendo mi estado, un conocido me presentó Falun Gong debido a su bien conocido poder de curación. Intenté practicar el ejercicio de sostener el Falun con mis manos temblorosas. Aunque era difícil completé el ejercicio. No mucho después, ¡recuperé mi salud! ¡Falun Gong es milagroso! He practicado desde entonces.
Debido a que no podía leer, escuchaba las cintas de las lecciones del Maestro. Mis tres hijas también se volvieron practicantes de Dafa, lo cual me ayudó, podía escuchar cuando leían el Fa en voz alta. También me leían Minghui semanal. El ser iletrada no puede detenerme de aclarar la verdad de Falun Gong y de la persecución, por lo que normalmente salgo con un compañero practicante que sabe escribir, para hablar con la gente cara a cara sobre abandonar el PCCh y sus organizaciones. Cada vez que una persona quería abandonar el PCCh, un compañero practicante escribía su nombre. También salíamos a distribuir folletos de Falun Gong e íbamos a los edificios que detienen y persiguen a los practicantes para enviar pensamientos rectos cerca.
Atesoro este periodo de tiempo asistiendo a Shifu en rectificar el Fa. Además, sé claramente que no estaría viva si no practicara Dafa. En mi camino de cultivación, quiero seguir la enseñanza de Shifu, estudiar bien el Fa y salvar más seres conscientes, en agradecimiento por la salvación compasiva de Shifu.
Historias de la practicante C
Soy una mujer de 69 años, la más joven en nuestro grupo de estudio del Fa; por tanto, llevo a cabo la mayor parte del trabajo de coordinación. He estado atenta a mi comportamiento. Convencí a todos mis familiares para que abandonaran el PCCh y sus organizaciones, y mi marido también se convirtió en un practicante. Facilité un local para estudiar el Fa junto con los compañeros practicantes, para que pudiéramos hacer trabajo de Dafa como un solo cuerpo. También ayudé a los compañeros practicantes que sufrían, debido al yeli de enfermedad. Por ejemplo, una practicante empezó a tener síntomas de yeli de enfermedad después de ser liberada de un centro de lavado de cerebro. La practicante E llevó a esta practicante “enferma” a su casa y la cuidó. Todos los practicantes de nuestro grupo fuimos allí, para que pudiera estudiar el Fa con nosotros, y enviar pensamientos rectos. La practicante “enferma” sintió el poder del grupo a través del sólido vínculo entre los practicantes de Dafa.
Historias de la practicante D
Soy una mujer de 73 años. He estado haciendo lo que el Maestro nos pide hacer, salvar gente. Obtuve el Fa en 1997. Pensé que el Fa era bueno, así que empecé a practicarlo. He sido firme en mi creencia en los últimos 14 años. Durante los últimos años, me he cultivado firmemente. Cuando me enfrentaba a la interferencia del mal. No cooperaba con ninguna de sus órdenes. Fui arrestada dos veces, pero cada vez tenía pensamientos rectos y acciones rectas. Le contaba a todo el que veía en la comisaria sobre la verdad de Falun Gong y la persecución. Fui liberada sin muchos problemas, las dos veces. Le hablé sobre Falun Gong a un policía que vive cerca, pero no estaba de acuerdo. Un día practicantes desconocidos habían distribuido folletos en mi barrio, y vi que el policía sujetaba un folleto y trataba de denunciarlo a la policía con su móvil. Caminé hacia él, y le escuché mascullar para sí: “¿Cómo es que no funciona?”.
No reconozco los arreglos de las viejas fuerzas, sino que coloco la salvación de la gente como la primera prioridad bajo cualquier circunstancia. Salgo a la calle todos los días para hablar con la gente sobre Falun Gong, sin importar las condiciones climatológicas. No sé andar en bicicleta, así que camino. De este modo en realidad puedo hablar con más gente. Cuando hablo sobre Falun Gong no tengo otros pensamientos en mi mente. Un compañero practicante me recordó de un modo cordial que hablo demasiado alto y puedo atraer la atención de policías cercanos. Le dije: “Los policías son personas; también deben ser salvados”. Estaba tan concentraba en hablar sobre Dafa y la persecución, que no pensaba en nada más. Además, esperaba que la gente que estaba cerca pudiera oír la verdad, para que también pudieran ser salvados”.
En invierno hace mucho frío en el norte, pero sigo saliendo todos los días. A veces mis manos se entumecen por el frío y me impiden escribir. Entonces me froto las manos con un puñado de nieve.
A veces salgo a distribuir folletos de Dafa o hablar con la gente sobre abandonar el PCCh con otros practicantes que son iletrados en nuestro grupo de estudio del Fa, y escribo los nombres de la gente que está de acuerdo en abandonar el PCCh y sus organizaciones. Leo cada número de Minghui Semanal para aprender de las experiencias de otros practicantes. Siento que otras personas lo han hecho mucho mejor que yo. En nuestro grupo estudiamos el Fa juntos regularmente, y aprendemos y nos complementamos los unos con los otros. Queremos lograr lo que el Maestro nos ha requerido, y mejorar como un cuerpo.
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2011/12/28/130371.html
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