[Minghui Net] Mi nieta fue víctima de un accidente de autos a las 2 p.m. del 14 de agosto de 2011, cerca de un supermercado en la ciudad de Tumen, provincia de Jilin.

Mientras caminaba con sus padres y abuelos, Qingqing de siete años de edad se alejó de los adultos y se fue a jugar cerca de un camión al otro lado de la calle. Su madre la llamó y le dijo que tuviera cuidado. Pero ocurrió un accidente, justo como lo temían. Qingqing de repente salió corriendo hacia sus padres. Tan pronto asomó por detrás del camión, un auto negro, que no podía ver a Qingqing ya que el camión lo tapaba, vino acelerando, chocó a la niña y le levantó en el aire.

Estremecido, el conductor del auto se quedó inmóvil. Un hombre de edad media que parecía un funcionario, salió del auto y fue a ver a Qingqing, tirada en el piso. Antes de que pudiera decir nada, la madre de la niña corrió histéricamente al lado de su hija gritando y pidiendo por favor que la llevaran al hospital.

Su abuela estaba sentada en su departamento cerca de allí y estuvo observando todo el incidente. Bajó las escaleras y dijo: “A pesar de que soy la única practicante de Falun Gong en la casa, todos mis familiares deberían beneficiarse de Falun Gong. La niña va a estar bien”. Muy enojado al escuchar eso, el abuelo de Qingqing miró furiosamente a la abuela como si estuviera por decirle “No es asunto tuyo”.

Ni los rayos X ni el ultrasonido mostraban heridas internas, pero los médicos aún así querían que Qingqing quedara hospitalizada para hacerle más pruebas. Luego, la abuela fue al hospital a ver a Qingqing y le dijo suavemente al oído: “Fue el Maestro que te salvó”. Qingqing le contestó: “Lo sé. He estado recitando silenciosamente ‘Falun Dafa hao; Zhen-Shan-Ren hao”. Preocupado por su salud, el padre de la niña no quería que la abuela hablara mucho con ella. Dejó al conductor dentro de la habitación y sacó al pasillo a la abuela.

En el pasillo, la abuela conoció al funcionario que estaba dentro del auto cuando ocurrió el accidente. Muy incómodo, el hombre murmuraba: “Esa niña salió de la nada en la calle. ¿Por qué sus padres no cuidan mejor de ella?”. Intentó desviar la responsabilidad y culpar a los padres de la niña. La abuela dijo: “Vuestro auto no está registrado. Además de eso, el conductor venía acelerando. Tarde o temprano, tus chicos se hubieran involucrado en un serio accidente y terminarían en la cárcel. Soy practicante de Falun Gong. Nuestro Maestro nos pide que seamos compasivos. Por eso, no les pediremos dinero como compensación. Mi nieta va a estar bien; además, no los vamos a denunciar a la policía. Si lo hacemos, terminarían en la corte. Cálmese. Ya pasó todo. Pero por favor recuerde, ‘Falun Dafa hao; Zhen-Shan-Ren hao’, y cosechará los beneficios en el futuro. Claro, necesita renunciar al partido comunista porque eso lo protegerá en el futuro.“.

Después de escuchar la clarificación de la verdad, el hombre pareció aliviarse, su rostro oscuro finalmente se aclaró. Sonriendo dijo: “Tiene razón. Soy afortunado de haber encontrado un practicante de Falun Gong como usted hoy, así que ¿por qué no aprovechar esta oportunidad y renunciar al PCCh? Muchas gracias, y por favor, pase mi gratitud al Gran Maestro Li por mí”.

Unos minutos después, Qingqing fue dada de alta. La abuela sonrió: “Es porque tuvimos fe y no les pedimos que nos dieran dinero que Qingqig está bien ahora. ¡Gracias al Maestro Li que salvó a mi nieta hoy!”.