[Minghui Net] Experimenté muchas cosas en los últimos más de 10 años de cultivación en Falun Dafa. Escribí sobre algunas de ellas para compartirlas con todos.
Un testimonio del poder de Dafa: Sobreviví a pesar de que un doctor dijo que moriría
En 2004 la mayor parte de los practicantes de Dafa arrestados en nuestra ciudad, iniciaron huelgas de hambre mientras estaban en prisión. Durante 24 días no ingerí ninguna comida ni bebida. En aquel periodo fui golpeada con frecuencia y después me enviaron a un hospital psiquiátrico para perseguirme aún más. El personal del hospital ató mis extremidades a una cama, metieron un tubo en mi estómago y todos los días volcaban un bol de pasta de maíz por el tubo. Esto duró 18 meses. Finalmente, un médico declaró que tenía atrofia muscular y que mi estómago no funcionaba. Parecía un esqueleto. Mi cara estaba negra, y en algunas zonas del cuerpo mis huesos habían atravesado la piel pero no había sangre. El doctor sentenció: “Esta persona va a morir. No hay posibilidad de que se salve”.
Durante los últimos días que estuve detenida, no tenía fuerzas para hablar. Podía exhalar, pero me costaba bastante inhalar. Sin embargo, mi mente estaba muy clara. Me dije: “No moriré. ¡Tengo a mi Shifu! Quiero vivir hasta el día de la consumación para que la gente pueda ver la ascensión de los discípulos de Dafa”. Cuando fui liberada por la oficina 610, me recogió mi madre de 70 años, que es muy delgada y poco fuerte. Mi cuerpo estaba tan rígido que no me podía ni siquiera sentar en una silla. La persona que me llevó a casa en coche estaba llorando. Mi madre cocinó una sopa de fideos con cuatro huevos y me alimentó. Me lo comí todo, lo cual probó que mi estómago funcionaba. Ni siquiera me sentía incómoda, aunque había ingerido más comida que lo que nunca comí en el hospital. Mi familia se sintió muy aliviada al ver que podía comer.
Al día siguiente mi hermana y mi cuñada me llevaron a una oficina de gobierno local. Le dijeron al director de la oficina de seguridad: “No la podemos llevar a casa. Ustedes la torturaron hasta este punto, no podemos pagar un tratamiento médico para ella. No puede mover ni las manos ni los pies. Necesita incluso ayuda para darse la vuelta en la cama. ¿Cómo podrá cuidar a su hijo?” Muchos de los oficiales en el edifico salieron para calmar a las dos mujeres y les pidieron que me llevaran a mi domicilio. En casa, mis familiares se turnaron para leerme el Fa. Cuando pude doblar las muñecas y los tobillos, mi familia me ayudó a sentarme en meditación. En un año estaba totalmente recuperada y podía moverme con normalidad. La gente a mi alrededor fue testigo de uno de los milagros de Dafa.
La policía no pudo meterme en un centro de detención
En agosto pasado me abordaron una docena de policías cuando estaba vendiendo verduras en un mercado. Permanecí calmada y les pregunté por qué me iban a arrestar. Un oficial dijo que solo querían conversar un poco conmigo. Les dije que no había nada que no pudiera ser dicho en público y les pedí que hablaran conmigo allí mismo. No dijeron nada, y me empujaron adentro de un coche de policía. En la comisaria empezaron a interrogarme. Dije: “me niego a contestar cualquier pregunta aquí”. Un policía dijo: “Incluso si no dices una palabra, tenemos maneras para ocuparnos de ti”. Después se fueron a hablar con su director. Empleé ese tiempo para aclararle la verdad sobre Falun Gong a una persona que había sido arrestada por usar dinero falso. Accedió a renunciar al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. Una vida fue salvada.
Tenía bastante confianza cuando aclaraba la verdad a los policías. Me mostraron un puñado de materiales para la aclaración de la verdad que habían confiscado y un policía dijo: “Esta vez tenemos que dejar que mueras. La última vez te dejamos ir (pero seguiste produciendo estos materiales). ¿Ves?, tu impresora está allí”. Yo les contesté: “Nosotros hicimos todas esas cosas para ofrecerles salvación”.
Me preguntaron que de donde vino el dinero para costear los materiales. Les dije: “De nuestro bolsillo. Somos muy cuidadosos con nuestro dinero y ahorramos siempre que podemos. Con respecto a las señoras mayores, obtienen algo de dinero de sus hijos. Pero no quieren gastarlo en comida o ropa. En su lugar, lo emplean todo para producir materiales para salvarlos a ustedes. ¿Están dispuestos a gastar aunque sea 10 yuanes en hacer un VCD? Todos estos se hicieron para su propio bien, para que sean salvados. Pero aún siguen arrestándonos”.
Un policía preguntó: “¿Quién pagó a esa gente en el extranjero para que nos llamaran y nos hablaran de Falun Gong?” Les contesté: “Hicieron esas llamadas usando su propio dinero”. Otro policía dijo: “Qué tontos. Lo hacen incluso sin cobrar”. Yo dije: “Esa es la diferencia entre los cultivadores y ustedes. Los cultivadores emplean su propio dinero y esfuerzos para salvar a la gente después de acabar sus atareados trabajos. Solo esperan que ustedes tengan un futuro maravilloso y que no sean eliminados [por el Cielo]”.
Me llevaron a otra comisaría. Una pila de materiales con informes sobre mí estaban archivados, pero el ordenador no podía mostrarlos. Había más de 10 ordenadores pero ninguno de ellos podía mostrar mi ficha. Los policías maldijeron a los ordenadores. Además de seguir aclarando la verdad, me mantuve enviando pensamientos rectos. Tenía una fe absoluta en que Shifu me rescataría. La policía obtuvo una orden de detención. Me llevaron a un centro de detención y le mostraron al director la orden. Sin embargo, el director movió su mano y dijo: “Muévanse, muévanse. ¡No tenemos nada que hacer con esto! Los policías estaban enfadados. No tenían otra opción que llevarme de vuelta. Después empezaron a culpar al director de la oficina de seguridad y dijeron que fue él quien creó este problema. El director dijo que era culpa del equipo de seguridad nacional y de la oficina 610. Hoy en día, mucha gente sabe que perseguir a Falun Gong causa retribución. Les conté que la bondad engendra bondad y que el mal será castigado. Me dijeron, “a menudo recibimos llamadas del extranjero. Lo sabemos mejor que tu”.
Se redujo un muro de 3 metros de alto
Un día, estaba esperando un autobús que pasaba cada 20 minutos. Una furgoneta se detuvo y el conductor me dijo que me llevaría a mi destino y me cobraría lo mismo que el billete del autobús. Me subí a la furgoneta y empecé a aclarar la verdad a los que iban dentro. El conductor fue directamente a una comisaría. Le dije: “No hice nada malo, ¿por qué me estás haciendo esto? Te conté los hechos por tu propio bien”. La cara del conductor se puso roja hasta el cuello. Dijo que era policía y luego desapareció.
Los oficiales de policía, tanto en la comisaria como en la oficina 610, me golpearon y me pisaron los dedos de los pies con sus pesados zapatos. Mi cara estaba cubierta de sangre. Me mantuve pensando en el Fa de Shifu, donde dijo que teníamos la habilidad de transferir el dolor al cuerpo del malhechor. Así que no sentí ningún dolor. Cada policía usó una picana eléctrica para golpearme en la cara. Recordé que Shifu dijo: “Cuando eres perseguido en cualquier forma, para detener la tortura, puedes volverla sobre la gente mala con pensamientos rectos. Y esto incluye a aquellos que golpean a los estudiantes con puñetazos y patadas”. (Detengan al mal con pensamientos rectos). Así que envié pensamientos rectos para mover la corriente eléctrica a sus cuerpos. No sentí nada, pero ellos salieron corriendo después de electrocutarme unas veces. Otro policía dijo: “Déjame encargarme de ella. Intentó electrocutarme en los puntos de acupuntura de mi cara, pero echó a correr sin decir una palabra. Aunque se turnaron para torturarme, al final me quedé sola en la habitación. Después de aquello, fui encerrada en la habitación de una oficina local esperando el amanecer. Le pedí ayuda a Shifu.
Era septiembre, y había una niebla tan intensa que no se podía ver ni siquiera el árbol tras de la ventana. Había sido golpeada tan fuertemente que no podía mover los pies. Tenía que apoyarme en la pared para andar. Uno de los dos policías asignados para vigilarme dijo: “Apuesto a que no te puedes escapar”. Cogieron sus edredones y se fueron.
Me las arreglé para salir de la habitación y llegar hasta un muro de 3 metros de altura. Le pedí ayuda a Shifu, “por favor reduce el muro”. Poco después, mis manos tocaron la cima del muro y pude escalarlo. Antes de saltar al otro lado, oí que los policías comenzaban a buscarme. Quería deslizarme hasta el suelo, pero caí. Cuando me levanté, mis pies ya no me dolían. Podía andar. Cuando llegué a mi destino, la niebla se había disipado y mis pies empezaron a dolerme tanto, que no podía moverme. Después de una semana me recuperé completamente. Otros pudieron ser testigos de la grandeza de Dafa y habilidades sobrenaturales.
Aquí, ¡me gustaría expresar mi enorme gratitud a Shifu por su cuidado y protección! ¡Todo lo que puedo hacer es llevar a cabo las tres cosas diligentemente para agradecer a Shifu por su gracia!
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Categoría: Caminos de cultivación