[Minghui.net] Recientemente, mi estado de cultivación no era óptimo y me encontré con muchos conflictos, entonces varios apegos salieron a la superficie. Realizamos el estudio del Fa en grupo en mi casa, y se trataban muchos temas. Me quejaba sobre varias cosas y pensaba que otros practicantes no estaban cultivando el habla ni permitir que otros los criticaran. Ellos también causaban problemas a los demás y hacían las cosas únicamente basadas en sus opiniones. No escuchaban cuando otros intentaban intercambiar, sino que en lugar de eso se quejaban de sus comentarios.

Al principio quería usar un enfoque humano para resolver estos temas, evitando que asistieran al estudio del Fa en mi casa. Mi madre, que también es practicante, me pidió que mirara dentro. Estaba nerviosa, porque no quería que nadie dijera cosas negativas sobre mi y pensaba que probablemente terminaría discutiendo con ellos. Mi madre me dijo que escuchara a Shifu, que no mirara fuera, sino que viera el lado positivo de los comentarios. Después de pensar en ello, me di cuenta de que esto era verdad, los practicantes que se ven normales en apariencia, todos tenían sus puntos brillantes y sus lados cultivados. Presentaré varios ejemplos para ilustrar esto.

La practicante A de nuestro estudio del Fa en grupo tiene unos 60 años pero nunca asistió a la escuela así que no podía leer. Previamente cuando estudiábamos el Fa juntas, sólo podía sostener su libro y seguirnos mientras leíamos. Nuestra sesión de estudio del Fa es por la noche, así que a veces nos quedábamos dormidos, especialmente cuando escuchamos a otros leer. Sin embargo, esta practicante mayor nunca se dormía y nunca descuidaba el estudio del Fa. Hace poco empezó a leer las enseñanzas de Falun Gong con nosotros. Explicaba que había aprendido a cómo leer gracias a Shifu y a Dafa.

La practicante B vive en una aldea, bastante lejos. Monta en bici a través del rio cada noche para asistir a nuestro estudio del Fa. Está muy ocupada trabajando diariamente en el campo, y luego viene a nuestro estudio del Fa en grupo. Nunca se pierde nuestras sesiones, y su fortaleza nos conmueve a todos.

La practicante C, que vive en la zona, de unos 70 años, también es nuestra coordinadora. Es una cultivadora sólida y ha superado todo tipo de dificultades para ayudar a los practicantes. Siempre trata los asuntos de los demás como propios. Se mantiene al día con su estudio del Fa, manda pensamientos rectos, y aclara los hechos. Se las arregla para encontrar a los practicantes que dejaron de practicar después de la persecución y les ayuda a volver a nuestro estudio del Fa en grupo. Todo el mundo se cultiva diligentemente y nos elevamos como un grupo.

Pensando en estos acontecimientos, es verdad que cada practicante tiene un lado que no tiene miedo de exponer sus problemas, de ese modo se cultiva sólidamente. En este ambiente de cultivación no estaba nerviosa y empecé a calmarme. Mirando dentro encontré que  mi sentimiento de injusticia venía del apego al miedo, una mentalidad competitiva, envidiosa, y no querer ser criticada, todo se reducía a mis apegos. Finalmente entendí que la clave para avanzar era cultivarme mejor, no señalar a los demás.

¡Gracias Shifu!