[Minghui Net]  Durante la persecución del partido comunista chino (PCCh) contra Falun Gong durante los últimos once años, la Sra. Li Qingying ha estado detenida ilegalmente, también ha sido objeto de lavado de cerebro, retenida y acosada por su creencia en Falun Gong. El siguiente artículo es su testimonio sobre la persecución que ha sufrido.

Falun Gong me otorgó una nueva vida

Antes de empezar a practicar Falun Gong, era una persona egoísta. No me llevaba bien con mis cuñadas y me quejaba de lo injusta que era mi suegra conmigo. Pasaba muy malos momentos debido al estrés y la pobreza e intenté suicidarme con una sobredosis de pastillas para dormir. Cuando me salvaron seguí sintiéndome desesperanzada.

El 22 de septiembre de 1998 es el día más inolvidable y afortunado de mi vida. Es el día que empecé a practicar Falun Gong. Gracias a estudiar el Fa, pude comprender cómo ser una buena persona, cómo mirar dentro cuando la cosas van mal y cómo ser buena con los demás. Me cambió completamente, e hizo que me llevara bien con mis cuñadas y mi suegra, eliminó mis malos hábitos y me enseñó a ocuparme de los otros. También desaparecieron todas mis enfermedades. Fui capaz de cuidar con responsabilidad de todas las cosas de mi casa, y mi marido empezó a poder viajar fuera sin preocuparse por mí. Todos nuestros amigos y familiares estaban muy contentos de ver cómo había cambiado, sobre todo mi marido y mi hijo. Estaban contentos de verme sonreír todos los días. Solo en unos pocos años nuestra situación financiera también mejoro. Nos construimos una casa, compramos un camión de labranza, y se casó nuestro hijo. Todo el mundo estaba muy agradecido a Shifu y a Falun Gong.

La persecución a una buena persona

El 20 de julio de 1999 cuando el PCCh comenzó la persecución contra Falun Gong, no podía entender por qué un gobierno quería prohibir una práctica de cultivación de estas características que beneficiaba tanto a la gente. Con el fin de aclarar la verdad al gobierno fui a Beijing. Allí, sin embargo, me detuvieron en la Plaza de Tiananmen y me llevaron a la oficina local de Beijing. Me hicieron un registro exhaustivo, y los oficiales de policía me confiscaron todo el dinero. Al día siguiente la policía me llevó al Centro de detención Nanshan en la ciudad de Shulan, donde estuve retenida durante quince días. Entonces, me llevaron directamente al centro de lavado de cerebro de la localidad de Fate, que es como una residencia de ancianos.

En el centro de lavado de cerebro a algunos compañeros practicantes y a mí, desde el primer momento,  ni siquiera nos permitieron ir al baño. Nos pusimos en huelga de hambre para protestar por la persecución. No nos dejaban hablar y nos pidieron que nos pusiéramos de cara a la pared con las manos en alto, de pie con las piernas extendidas, o de rodillas durante algunas horas al día. Comíamos cereales de maíz y repollo chino frío sin aceite. Los agentes del PCCh y sus colaboradores nos gritaban y regañaban. Como yo animaba a otros practicantes de Falun Gong a que permanecieran firmes en su postura, el jefe de la oficina 610 Jiang Siyi, me aisló en una celda fría. Otros practicantes fueron liberados pero yo seguí ahí. Al final me liberaron del centro de lavado de cerebro después de 36 días.

El día de Año Nuevo de 2000 los oficiales de policía Xie Fengtong y Zhao Dechang me detuvieron junto con otros dos compañeros practicantes y nos llevaron al albergue juvenil de la localidad de Fate. Querían que firmásemos un documento prometiendo que abandonaríamos la cultivación, pero nos negamos. Dos días más tarde nos trasladaron al centro de detención Nanshan, donde fuimos objeto de persecución durante 23 días. Nos liberaron después de una huelga de hambre que hicimos durante 8 días.

En otoño de 2002 mi cuñada vino a quejarse sobre mi suegra porque había habido alguna fricción entre ellas. Después de compartir con ella  mi entendimiento basado en los principios de Falun Gong de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, le di una copia de Zhuan Falun para que lo leyera. Ninguna de nosotras hubiéramos imaginado que nuestra suegra nos fuera a denunciar al gobierno local. El oficial de policía Cao Yushi, junto con otros oficiales, vinieron a detenernos a mi cuñada y a mí y nos llevaron a la comisaría local. Allí, sufrimos maltrato por parte de Liu Xuebing, quien decía que estábamos creando problemas”. Le dije que de hecho yo estaba manteniendo el orden social y manteniendo a mi familia en paz. En ese momento el jefe de policía nos trasladó a la oficina de la policía de la ciudad de Shulan. Liberaron a mi cuñada dos días más tarde, pero la policía quiso dejarme a mí allí otros quince días más. Sin embargo, a los tres días me pusieron en libertad.

El 6 de mayo de 2009 el jefe de policía de la localidad de Fate, Xia Chunlin, junto con otros oficiales, irrumpieron en mi casa mientras me encontraba sola. Registraron la casa, dieron la vuelta a todo, y al encontrar algunos libros y materiales de Falun Gong, me llevaron al centro de detención Shulan. Mi marido fue a pedir que me liberasen, pero los oficiales se negaron. Me puse en huelga de hambre para protestar por la persecución. Dos días más tarde empecé a tener síntomas de alguna enfermedad del corazón, así que los oficiales me llevaron al hospital del condado para hacerme una revisión. Luego, me liberaron.

En mayo de 2010 el jefe de la oficina local 610, Li Biao y el jefe de policía, junto con otros oficiales, irrumpieron en mi casa otra vez, me detuvieron y me llevaron arrastras al centro de lavado de cerebro. Entonces, me obligaron a firmar el documento conocido como las tres declaraciones para renunciar a mi creencia en Falun Gong en contra de mi deseo. Aunque me obligaron a firmar en contra de mi deseo, aún así me sentía muy arrepentida porque lo había hecho mal.

Dos días después de que me pusieran en libertad, el jefe de policía y otros oficiales vinieron a mi casa de nuevo,  y me pidieron que compartiera mi entendimiento sobre lo que había “aprendido” en el centro de lavado de cerebro. Mi hijo tenía miedo de que la policía me llevara de nuevo, así que me pidió que fuera dentro de la casa y dejara que él hablara con ellos. Hice lo que me pidió, pero entonces pensé que no quería hacer otra cosa mal. Así que le dije: “He estado haciendo las cosas basándome en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, los principios más rectos. Sin mi fe no hubiera podido seguir viviendo. Mi espíritu de desmoronó totalmente por su lavado de cerebro”. Uno de los policías rompió todo el papeleo que había tomado del testimonio de mi hijo y en su lugar grabó lo que yo dije. Entonces, los oficiales se sintieron enfadados. Alrededor de una hora más tarde, volvieron otra vez con el ayudante del jefe de policía y dijeron que tenía que facilitarles una declaración diferente. Afortunadamente, pude escaparme e irme de casa para evitar que me detuvieran de nuevo.

En la última década, los agentes del PCCh de nuestro pueblo y municipio nos han acosado a mi familia y a mí, causándonos un gran daño.

Versión en inglés: http://clearwisdom.net/html/articles/2011/4/26/124647.html