[Minghui Net] El señor Lu Zhenxiang, practicante de Falun Gong de 66 años, oriundo de la ciudad de Jiujiang, fue arrestado ilegalmente siete veces y cumplió una condena de 5 años en la cárcel. En ese largo periodo de encarcelamiento fue sometido a trabajo forzado, lavado de cerebro y torturas, sufrió varias enfermedades, como hiperostosis a la columna, hipertensión y diabetes; incluso perdió sus dientes. Su condición física actual es deplorable. Su esposa, la señora Wang Shifan, fue arrestada en dos ocasiones y sentenciada a 18 meses de trabajos forzados y a 3 años en prisión.

El señor Lu Zhenxiang era un empleado de la piscicultura Shiju del condado de Jiujiang, provincia de Jiangxi. El 20 de julio de 1999 cuando el partido comunista chino (PCCh) inició la persecución a Falun Gong, el señor Lu fue arrestado varias veces, condenado a prisión, enviado a campos de trabajo forzado, multado, despedido de su trabajo y además su casa fue saqueada. A continuación se relata esta persecución:

Tanto mi esposa como yo comenzamos a practicar Falun Gong en 1997. Mejoramos nuestra salud física y mental. Dejé de fumar y de jugar mahjong. Las enfermedades que arrastraba como artritis, problemas gástricos e insomnio se curaron. A diario leía los libros de Dafa y hacía los ejercicios con otros practicantes. En el trabajo nos sentíamos llenos de energía.

El 20 de julio de 1999, el régimen de Jiang Zemin inició la persecución a Falun Gong. El 21 de julio estaba de camino hacia Beijing con otros practicantes para apelar a favor de Dafa. Nuestro auto fue detenido por la policía en el condado de Xiui, provincia de Hubei. Un oficial de policía del condado de Jiujiang me llevó a la fuerza al centro de detención de Jiujiang, donde me retuvieron durante 15 días. El policía, de nombre Li Jianhua, (ahora fallecido) a menudo publicaba artículos que atacaban a Dafa. Nos ordenó que renunciáramos a nuestra práctica. Antes de liberarme, extorsionaron a mi familia exigiéndoles que pagaran 350 yuanes.

En julio de 2000, me enviaron a un centro de lavado de cerebro. La policía intentó forzarme para que firmara un escrito de renuncia a Falun Gong, lo que rechacé. Entonces, los oficiales de la policía de Saihu, me llevaron a un centro de detención. Después de un mes, y tras extorsionarme con 2000 yuanes, me dejaron en libertad. El jefe de la comisaría de Saihu, Li Meirongera, fue el responsable principal, pero también participaron oficiales del departamento de policía del condado.

En noviembre de 2000 fui a Beijing para apelar. La policía me arrestó en la plaza de Tiananmen y me llevó al centro de detención del condado de Pinggu. Allí no nos permitían usar el baño ni nos dejaban dormir. La forma tan cruel de tratarnos me provocó una hemorragia interna. Una semana después, me mandaron de vuelta al centro de detención de Jiujiang. La oficina local de la unidad 610 y la policía rechazaron la solicitud que hizo mi familia para visitarme la víspera del día de año nuevo chino. Después de tres meses de estar detenido, me llevaron al centro de lavado de cerebro a la oficina 916 de investigación geológica. Cuatro meses más tarde me liberaron tras extorsionar a mi familia con pagos en viajes y comidas por un valor de 3.000 yuanes. Liu Yan de la comisaría de Saihu, y Wan Weijun, Li Jianhua y Rao Hongyan de la oficina 610 local estuvieron directamente implicados en todos estos hechos.

En junio de 2001, cinco policías de la ciudad de Jiujiang, distrito de Lushan, asaltaron mi casa. Se llevaron mi ejemplar de Zhuan Falun, dos telescopios y me trasladaron al departamento del distrito policial de Lushan, sin existir procedimiento legal alguno. Allí estuve dos semanas y me liberaron después de que mi familia les pagara 200 yuanes por gastos de comida. Al marcharme les pedí que me devolvieran mis pertenencias, pero se negaron a reconocer que se habían llevado cosas de mi casa.

El 27 de noviembre, Rao Hongyan de la oficina 610 de Jiujiang y Xu el jefe de la comisaría de la ciudad de Gangkou, me arrestaron a mí y a mí esposa. En el centro de detención sufrí varias enfermedades. Sentía dormidas las piernas y no podía caminar, también sufrí hipertensión y malestares en el corazón. Mis hijos pidieron que me dejaran en libertad por razones médicas pero ellos rechazaron la idea. Además tiraron a la basura los medicamentos que mi familia me traía. Después de ocho meses de detención, me sentenciaron a cinco años de presidio. Pasé los cinco años en la prisión de Yuzhang en la provincia de Jiangxi. Estaba en tan mal estado, que los guardias pronosticaron que no viviría mucho tiempo más, pero aún, en esas circunstancias denegaron mi salida de prisión por motivos médicos, incluso, prohibieron a mi familia que me mandara comida.

Después de 5 años me liberaron. Cuando presenté mis papeles para que me pagaran mi jubilación, el departamento de recursos humanos del condado de Jiujiang, se negó porque decían que me habían depedido y, por lo tanto, no tenía derecho a la pensión que tenían otros ciudadanos.

El 27 de noviembre de 2002, mi esposa estuvo detenida ilegalmente en el centro de detención del condado de Jiujiang. Después de 3 meses la condenaron a 3 años de trabajos forzados. El 2005, mi mujer solicitó la pensión de jubilación al departamento de seguridad social del condado de Jiujiang y le concedieron una pensión de 60 yuanes al mes, inferior a la que le correspondía. Ahora, debido a mi precaria salud tenemos que vivir con un mínimo de 600 yuanes al mes.

Al atardecer del 7 de mayo de 2008, mi esposa y yo fuimos a casa de otro practicante a estudiar el Fa. El jefe de la policía de Saihu, Mei Jinhua, y 8 policías que lo acompañaban, se presentaron de repente y nos arrestaron. Mei Jinhua también planeaba ir después a mi casa. Cuando protesté, Mei me agarró por el cuello y le dijo a uno de los oficiales que le acompañaban que me esposara. Mi esposa quiso que se detuvieran, pero él le dobló el brazo detrás de la espalda y la lanzó contra la pared. Al día siguiente, la policía me condujo al centro de detención de Jiujiang, donde me sentenciaron a 18 meses de trabajos forzados. Más tarde, debido a mi salud precaria, me liberaron. Los policías Mei Jinhua, Cai Meng, Zhou Chunbin y Cao Jie participaron en la persecución.

El día 8 de mayo, enviaron a mi esposa al centro de detención de Jiujiang Shili. El día 27 de mayo la trasladaron al campo de trabajos forzados para mujeres de la provincia de Jiangxi. Debido a los numerosos maltratos que sufrió su salud quedó muy debilitada, Tenía problemas cardíacos, hipertensión y padecía de vértigo. Los principales autores de la persecución hacia mi mujer fueron Wan Weijun, Li Jianhua, Rao Hongyan del departamento de policía de Jiujiang, Ye Hongtan secretario del partido en Saichenghu, y Liu Kai, jefe político y legal responsable del comité.

El 21 de julio de 2009, fui a la ciudad de Yongan, en la villa de Aimin, a distribuir material para aclarar la verdad. El jefe de la villa, Gui Jiaxiang, informó a la policía. Huang Liang, el jefe de la policía de Yongan me arrestó. Al anochecer, los policías Feng Jianping y Cai Meng me llevaron al centro de detención de Shili. Más tarde Huan Liasng y otros del departamento de policía de Baihu planearon mandarme al campo de trabajos forzados de Maijalong, en la ciudad de Jiujiang, pero ese campo se negó a aceptarme debido a mi mala salud y me liberaron. Pero Huang Xian y otros no cesaron y remitieron mi caso a la fiscalía local. El personal de la fiscalía me acosaba con frecuencia. Insistí en mi inocencia y les dije que seguía los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y que nunca había violado ley alguna. Me amenazaron con una condena de cárcel de siete años.

Para protestar por estos abusos, inicié una huelga de hambre. Al decimosegundo día de la huelga me alimentaron a la fuerza. Me insertaron un tubo de plástico que me llegaba hasta el estómago. Tras verter líquido por el tubo, no lo retiraron. Además me encadenaron los brazos y piernas a un panel de madera. Los médicos del Hospital nº 1 y del Hospital de mujeres fueron los que me alimentaron a la fuerza. Después de dos días y una noche comencé a tener fuertes reacciones como vómitos y dolor de cabeza. Algunos internos repararon en mi precaria condición por mi hemorragia bucal y avisaron a la policía. Tras extraerme el tubo comencé a vomitar sangre violentamente. Un policía le preguntó al doctor ¿podemos seguir alimentándolo a la fuerza? El doctor respondió que no. Me llevaron a dos hospitales pero ninguno quiso admitirme. La policía pensó que me moría así que avisaron a mi hijo (mi mujer seguía detenida en el campo de trabajos forzados).

Mi hijo vino a verme el 8 de agosto. La policía le cobró 1.000 yuanes por gastos médicos. El policía Feng Jianping dijo "Te vamos a liberar por razones médicas, pero puedo volver a arrestarte cuando quiera".

Incluso tras volver a casa, me siguieron intimidando. Debido a tantos años de constante persecución mi salud está muy débil.