[Minghui.net] El segundo campo de trabajo forzado para mujeres de la provincia de Shandong está situado en la localidad de Wangcun, distrito de Zhichuan, ciudad de Zibo. Más de 1.000 practicantes de Falun Gong han sido encarceladas allí durante los últimos 12 años. En octubre de 2011 había 400 reclusas, la mitad de ellas practicantes de Falun Gong. A continuación se exponen los informes del maltrato brutal al que fueron sometidas las practicantes en dicho campo.
Confinamiento solitario y presión mental extrema
El método de tortura más comúnmente infligido sobre las practicantes es el confinamiento solitario. Asignan a varias reclusas para que vigilen de cerca a una practicante. A nadie más, y en especial a otras practicantes, no se les permite ponerse en contacto con la practicante ni hablar con ella. No les permiten tener contacto visual ni sonreír, no les dejan que se pasen escritos, ni les permiten hacer los ejercicios de Falun Gong, no pueden hablarle a nadie acerca de los hechos de la persecución y tampoco gritar “Falun Dafa es bueno”, ante cualquier violación de estas reglas les descuentan puntos, lo cual significa ampliación de la condena. Los guardias amenazan a las vigilantes, les dicen que si fallan en vigilar de cerca a las practicantes, también les descontarán puntos a ellas. Las reclusas viven bajo mucha presión.
“Transformación” / Lavado de cerebro
Los guardias instruyen a las colaboradoras para difamar al Shifu Li y a Dafa delante de las practicantes que están siendo “transformadas”. Obligan a las practicantes a ver videos y a leer libros que difaman a Shifu y a Dafa. Critican el comportamiento recto de las practicantes y, palabra por palabra, oración por oración difaman la enseñanza de Dafa. Usan el miedo de algunas practicantes para persuadirlas a que se cultiven en el Budismo. Si alguna practicante rechaza alguno de los susodichos, la colaboradora la golpea y la insulta. El lavado de cerebro empieza una vez que la practicante entra al campo de trabajo y se lleva a cabo sin parar, excepto cuando la gente está durmiendo.
Control mental
Los guardias presionan a las practicantes para que escriban cuatro declaraciones: la declaración de arrepentimiento, declaración de confesión, declaración de crítica, y la declaración de garantía. También requieren que las practicantes escriban “confesiones” semanales y resúmenes mensuales para informar sobre sus pensamientos. Se les obliga a aprender el plan de estudios del PCCh (unos 10 temas), cantar canciones de propaganda del PCCh, y durante las vacaciones, el campamento de trabajo entero debe elogiar al PCCh antes de poder comer empanadillas.
Para aquellas que se niegan firmemente al lavado de cerebro, los guardias intensifican la presión física y mental. Personalmente presencié las siguientes:
1. Privación del sueño las 24 horas del día, hasta que la practicante sufre un colapso nervioso.
2. Tener a alguien de pie o sentado en una posición y no les permiten moverse.
3. Tener a alguien que escribe el nombre de Shifu en los brazos o cuerpo de la practicante y alguien más conduce su mano para escribir palabras soeces.
4. Confinamiento solitario. Los guardias entran para tentar o amenazar a la practicante haciéndola creer que le van a dar descargas con una picana eléctrica. O intentan convencerla de que va a estar allí encerrada para siempre y que va a ser torturada hasta la muerte. La Sra. Ma Yujuan perdió 11 kilos en un mes de confinamiento solitario. Los guardias dejaban sus alimentos en el vestíbulo y la privaron de comida. Si alguien comienza una huelga de hambre, los guardias la llevarán al hospital para que la alimenten a la fuerza.
5. Ubican a cada practicante en un grupo de aproximadamente 12 reclusas. Los guardias prohíben a cualquier presidiaria hablar con las practicantes y les ordenan que las practicantes no dejen las celdas ni usen el baño. Donde sea que una practicante vaya, es celosamente seguida.
Abuso de drogas
Algunas practicantes mayores mostraron síntomas de enfermedad después de ser torturadas. Los guardias les inyectaron drogas desconocidas a la fuerza. La Sra. Li Shumei es una practicante mayor. Tenía dolor de cabeza, y con el fin de reducir el dolor, gritaba: “¡Falun Dafa es grandioso!”. Los guardias la forzaron a consumir pastillas y la sometieron a inyecciones intravenosas. La dejaron encerrada en confinamiento solitario y ampliaron su condena unos meses más.
Reconstrucción de la tortura: inyectando drogas desconocidas
Trabajo forzado
Joven o anciana, tienen que trabajar en la producción de una especie de maquinaria pequeña que requiere una cinta muy venenosa, la gente es alérgica por naturaleza a esta cinta, y aparecen unas pequeñas protuberancias rojas en el cuerpo. Finalmente toda la cara y el cuerpo quedan completamente cubiertos por las protuberancias rojas. La cuota de trabajo es muy alta. Los campos de trabajo hacen dinero en base a la esclavitud de los detenidos
Lo anteriormente mencionado es solo la punta del iceberg de la tremenda persecución que está teniendo lugar en el segundo campamento de trabajo forzado para mujeres, de la provincia de Shandong.
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Categoría: Hechos de la persecución