[Minghui Net] Siempre que recuerdo los días que estuve encarcelada en el campo de trabajo forzado de Shayang (en este momento campo de trabajo para hombres en la provincia de Hubei) en el pueblo de Qilihu, condado de Shayang, me estremezco de temor. Lo siguiente es un relato personal de algunas de mis experiencias.
En 2001, fui sentenciada a un año en el campo de trabajo forzado de Shanyang por el tribunal de la ciudad de Xiantao. Cuando entré por la puerta de la sala Nº 9, me exigieron anunciar mi presencia diciendo, "¡informe!" Puesto que no me consideraba yo misma una presa, no dije nada. Varios guardias vinieron hacia mí y dijeron, "Después, dirás "informe"".
Después de entrar en mi celda y sentarme en la posición de loto, un preso criminal que era un toxicómano me denunció a un guardia. Dos guardias inmediatamente se abalanzaron sobre mí y empezaron a golpearme con bastones eléctricos. Siguieron así hasta la hora de comer, dejándome las piernas quemadas y desfiguradas por las descargas eléctricas.
Con el fin de protestar por el encarcelamiento y el abuso, empecé una huelga de hambre. Para impedir que influenciara a otros practicantes en el campo, los guardias me encerraron en la "sala de juntas". Esta pequeña habitación húmeda tiene una ventana pequeña que estaba cubierta por periódicos. Cada practicante que llegaba al campo era llevada a esa habitación. A las practicantes firmes normalmente las llevan a "la sala de juntas" y las torturan allí.
Las principales personas responsables de mi tortura fueron: Fang, jefe del departamento de educación del campo de trabajo, Gong Shanxiu, líder de la sala Nº 9, y Liu Qiuhong, médico de la cárcel (todas mujeres). Después de que me restringieran físicamente, utilizaron una cuchara grande para alimentarme a la fuerza con agua caliente con pimienta. Cuando terminaron de torturarme así, ordenaron a dos criminales toxicómanas corpulentas que me arrastraran hasta el hospital del campo de trabajo. Mientras estaba allí, me alimentaron a la fuerza brutalmente a través de un tubo de goma, provocando que me sangrara la boca copiosamente.
Luego me insertaron una "mordaza" de metal en la boca y me la ajustaron a la máxima anchura. De esta manera, mi boca estaba estirada hasta el punto de resquebrajarme los labios por varios sitios. Me dejaron en esta posición durante varias horas, dejándome la boca herida y deformada.
Liu ordenó a las reclusas golpearme, insultarme, y torturarme con privación del sueño. Además, me obligaron a quedarme de pie por largos periodos de tiempo provocando que mis pies se hincharan y se pusieran duros. Cuando el campo de trabajo de mujeres se trasladó a la ciudad de Wuhan, las actuales instalaciones fueron renombradas campo de trabajo para hombres en la provincia de Hubei. Liu se quedó a trabajar en el campo para hombres.
En las nuevas instalaciones de la ciudad de Wuhan, los guardias me llevaron al hospital de la cárcel y me obligaron a tragar grandes cantidades de pastillas tres veces al día e inyectarme medicamentos desconocidos. Me sentí muy mal y estuve sudando muchísimo. Un día, después de que los guardias me metieran el tubo de goma en la garganta, se quedó atrancado y no podían sacarlo. Estaban muy nerviosas y no sabían qué hacer. A menudo llamaban a mi familia para intentar hacer que me persuadieran para empezar a comer otra vez.
Un día, en presencia de mi familia, Gong Shanxiu, el líder de la sala, me dijo, "Aún si mueres de hambre, será en vano", le contesté, "No será en vano. Si muero en tu campo de trabajo, es porque tú me torturaste hasta la muerte. Cuando regrese a casa, no seguiré con esta huelga de hambre". Después de que yo hablara, estaba demasiado afectada para responder. No me importaba lo hipócritas que fueran las guardas, no me movieron.
A consecuencia del largo periodo de torturas que sufrí, me puse muy enferma. En un esfuerzo por evadir sus responsabilidades, las guardas notificaron a mi familia que vinieran a recogerme. En 2003, después de que me hubiese recuperado de mi enfermedad a través de practicar Falun Gong en casa, la oficina 610 de la ciudad de Xiantao y agentes de la división de seguridad nacional vinieron a mi casa y me arrestaron. Después me llevaron a la sala Nº 9 del campo de trabajo forzado de Shenyang.
Bajo ordenes de Liu Qiong y Liu Bing, fui torturada con privación del sueño y obligada a estar de pie durante mucho tiempo. Cada día, de siete a ocho practicantes "transformados" se turnaban intentando lavarme el cerebro con información falsa sobre las enseñanzas de Falun Gong. En ese momento, me sentía como si mi cerebro estuviera a punto de explotar y me sentía muy confundida. Mientras estaba en este vulnerable estado, los guardias me obligaron a escribir una declaración de garantía diciendo que no volvería a practicar Falun Gong.
Con el fin de protestar por la tortura inhumana a la que fui sometida, empecé una huelga de hambre. Las guardas instigaron a las criminales toxicómanas a forzarme a comer. Después, la subdirectora suplente, Chen Yu (mujer), ordenó a las reclusas que me arrastraran por el cemento de forma que la punta de mis dedos parcialmente soportaba el peso de mi cuerpo. Cuando Chen vio esto, dijo que esta era una buena manera de deshacerse de mis uñas. Luego instigó a estas mismas reclusas a levantarme de las orejas, haciéndome sentir como si fueran a arrancarme las orejas de la cabeza.
No mucho después de cesar mi huelga de hambre, las guardas alargaron mi sentencia unos cinco meses más, sin notificarlo a mi familia. Cuando mi condena original había terminado oficialmente, mi familia condujo cientos de kilómetros para recogerme, pero no pude irme con ellos.
En ese momento, dos practicantes en el campo fueron gravemente torturadas con privación de sueño. Las guardas las forzaron a trabajar como esclavas y no les permitían usar el baño mientras trabajaban. Cada varios días, estas practicantes eran aisladas del grupo y torturadas. Cuando volvían a sus celdas, sus ojos estaban negros y azules y sus pies estaban tan hinchados, que los zapatos no les cabían.
La Sra. Wei Xinzhihi, que es de la ciudad de Tianmen, trabaja en la ciudad de Wuhan. Cuando la policía de la ciudad de Wuhan fracasó en obligarla a renunciar a sus creencias en Verdad-Benevolencia-Tolerancia, la trasladaron a la sala Nº 9 del campo de trabajo forzado de Shayang.
Una practicante joven de la provincia de Fujian empezó una huelga de hambre en el centro de detención para protestar por su encarcelamiento y abuso. También más tarde fue trasladada a la sala Nº 9. Al ser incapaz de soportar la brutal tortura a la que era sometida, fue "transformada" a la fuerza por las guardas.
Las pocas experiencias que escribí arriba son sólo la punta del iceberg. Cientos de miles de practicantes han sufrido un destino similar bajo el régimen del partido comunista chino (pcch) y muchos actualmente son torturados en los centros de detención, cárceles, y campos de trabajo en toda China.
Escribí este artículo para exponer la naturaleza malvada del pcch y ayudar a la gente china a ver a través de las mentiras del régimen. Quiero animar a aquellos con pensamientos rectos para que ayuden a parar esta persecución brutal e inhumana contra Falun Gong.
Fecha de edición: 24/5/2009
Fecha del artículo original: 19/5/2009
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2009/5/19/107528.html
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Categoría: Hechos de la persecución