Me gustaría compartir con todos la experiencia de cultivación que viví recientemente en Estrasburgo, durante las actividades de aclaración de la verdad a los Miembros del Parlamento Europeo.
Rompiendo con mi egoísmo
La semana anterior a estas actividades, yo había decidido que no iría a Estrasburgo, puesto que ya iba otro compañero practicante de mi país, y pensaba que no era necesario que yo también fuera. En este pensamiento subyacían varios apegos, que yo pretendía justificar con lo ocupado que estoy con otros proyectos de Dafa, y con mi intención de concentrarme en menos proyectos para obtener mejores resultados. No estaba prestando atención a lo importante de este asunto, para el cual se requería el apoyo de todos los practicantes que fuera posible. Era mi egoísmo lo que me impedía ver esto.
Gracias a la insistencia de la Asociación de Dafa, prometí volver a pensar si debería ir a Estrasburgo o no. No quería tomar una decisión basándome en las nociones humanas de pros y contras, quería iluminarme a ello desde el Fa. Poco después, y gracias a las palabras de un practicante, que yo interpreté como una "pista" de Shifu, me iluminé al hecho de que tenía que ir a Estrasburgo para apoyar la labor de mis compañeros practicantes y aprovechar las oportunidades que Shifu iba a brindarme para salvar a más seres conscientes.
Enfocados en nuestra labor, manteniendo pensamientos rectos, rectificamos el ambiente a nuestro alrededor
En los días previos quise estar muy concentrado, con pensamientos limpios y un corazón puro, y con el único pensamiento en mente de que iba a cumplir con mi labor de salvar seres. Durante el viaje sólo pensaba de vez en cuando en lo bien que iba a salir todo, enviaba pensamientos rectos, estudiaba, eliminaba todo pensamiento que no estaba en línea con el Fa, y todo parecía ponerse a mi favor, sin interferencia de ningún tipo. Cuando tenía dudas sobre qué camino tomar, o qué transporte, o qué calle, siempre aparecía alguien que amablemente me ayudaba a encontrar lo que buscaba. Esperando solo en la estación de tren del aeropuerto en Estrasburgo pensaba "aunque no sé el camino hasta el hotel, voy a llegar justo antes de FZN". Y así fue, llegué junto con mis compañeros justo antes de FZN de la noche.
A la mañana siguiente me desperté para FZN a las 4:45, y después hice los ejercicios con otros compañeros. En los momentos previos a entrar en el Parlamento algunos parecíamos estar en un estado de cierto nerviosismo, entiendo que se debía a que era la primera vez no sólo que íbamos al Parlamento Europeo, sino incluso que hacíamos aclaración de la verdad cara a cara con políticos. Pero todos estábamos muy enfocados y concentrados en lo que teníamos que hacer.
Las primeras visitas que hicimos a las oficinas de los eurodiputados fueron difíciles para mí. En una de ellas un eurodiputado se negó a firmar la declaración, diciendo que era un proceso antiparlamentario. Y aunque fue muy educado con nosotros e incluso nos dio información importante sobre otros procesos para conseguir una resolución, su negativa me afectó. Era otra vez mi apego a los resultados lo que hacía que mi corazón se moviera. Pero minutos más tarde, un compañero practicante con el que me crucé me dijo "no estés triste, sigue adelante con la mente recta". Poco a poco todo empezó a cambiar. Las personas que visitábamos, o las que nos encontrábamos en el ascensor, o nos cruzábamos por los pasillos, nos saludaban y sonreían. Todos compartimos esta experiencia en el intercambio que hicimos al final del día. Se trataba de un enorme campo de energía de rectitud que llenaba todo el Parlamento Europeo, y que afectaba a cada una de las personas que entraba en contacto con él. Todos los practicantes, los que estábamos dentro del Parlamento aclarando la verdad, y los que estaban fuera del Parlamento mandando pensamientos rectos junto a las pancartas, formamos un único cuerpo indestructible como diamante. Nos apoyábamos, nos sonreíamos, nos dábamos consejos, y todo dirigido a un único objetivo: salvar seres conscientes. A pesar de lo difícil que es encontrar normalmente a los eurodiputados en sus despachos, sucedían constantemente todo tipo de situaciones en las que el eurodiputado que buscábamos se cruzaba con nosotros, o iba acompañado de otro diputado al que ya conocíamos, o entraba en el ascensor en ese momento.
Al final del día, estudiamos el Fa juntos, compartimos nuestras experiencias, y acordamos que los resultados (más de la mitad de las firmas que faltaban ya se había conseguido) no debían hacer que cayéramos en la exultación, y al día siguiente debíamos trabajar con la mente en calma, el corazón puro, sin buscar resultados, con el mismo objetivo de salvar seres conscientes.
Dejando de lado el apego a los resultados, y salvando seres calmadamente y sin búsqueda
A pesar de haber acordado esto, a la mañana siguiente, yo me encontraba un poco nervioso. Mi compañero había tenido que marcharse de vuelta a su ciudad, lo cual suponía que tendría que hacer las visitas solo (al hacerlas en pareja, siempre uno puede mandar pensamientos rectos, mientras el otro habla). Además mi apego a los resultados y a hacer todo lo posible con la mayor rapidez posible, estaba empezando a emerger nuevamente. Me acerqué al coordinador para preguntarle si podría ayudar con los eurodiputados de otros países, y él me respondió que estuviera calmado, que no tuviera prisa por conseguir más firmas, que me centrara y enfocara en aquellos que tenía que visitar primero. Sus palabras me llegaron muy profundamente, y así decidí calmarme y hacer las cosas paso a paso, sin prisa, pero sin pausa, con pensamiento recto y corazón puro.
Cuando llegué a la entrada al Parlamento había varios compañeros que estaban esperando sin saber qué hacer, porque necesitaban que el asistente de algún eurodiputado bajara para ayudarlos a entrar (es una norma del Parlamento Europeo, aunque uno tenga acreditación). Llamamos al coordinador de las actividades, que ya estaba dentro, y nos dijo que intentáramos entrar de todas maneras. Y así hicimos, con decisión y sin ningún pensamiento, pasamos por el control sin apenas tener que enseñar la acreditación, y los guardias no nos dijeron nada.
Tal y como había decidido, comencé a hacer las visitas a los eurodiputados tranquilamente. Como el día anterior, la mayoría estaba en su despacho y me daba unos minutos para pedirle su apoyo. Algunos me comentaron que ya habían firmado el día anterior, y otros me prometían que firmarían más tarde. Uno incluso se ofreció a tratar el asunto en la reunión del grupo parlamentario, y pedir el apoyo de todos. Sólo uno reaccionó de manera negativa en cuanto me presenté, y comenzó a gritar que no tenía tiempo para esas cosas y que me marchara. Yo inmediatamente mandé un pensamiento para eliminar todos los factores perversos detrás de esta persona, y de repente su cara cambió y se acercó a mí para darme la mano y pedirme perdón, y se despidió dándome las gracias.
Orgulloso de ser una partícula de Dafa
Visitar las oficinas de los eurodiputados es muy cansador porque tienes que caminar por pasillos interminables y tomar el ascensor una y otra vez, así que de vez en cuando me paraba a descansar en unas sillas que había en unos descansillos, desde donde podía observar a los compañeros practicantes que estaban fuera manifestándose y mandando pensamientos rectos. La primera vez que me paré a descansar vi que había comenzado a nevar mucho, y que nuestros compañeros estaban allí inmóviles, mandando pensamientos rectos. Tuve que contener las lágrimas. Mientras yo me paraba a descansar porque me dolía un poco el brazo de cargar con el abrigo y el portafolio, mis compañeros estaban soportando un frío de casi 10 grados bajo cero, haciendo los ejercicios y mandando pensamientos rectos de manera constante. En ese momento me sentí tan orgulloso de ser un Dafa dizi, que tuve que calmarme por la alegría que sentía en mi corazón. Sentí que todos éramos partículas de Dafa, funcionando como un solo cuerpo, cumpliendo cada uno con su labor, con la misma importancia.
Casi había olvidado por completo el número de firmas que teníamos que conseguir, cuando caminando por un pasillo escuché que alguien me decía a mis espaldas, "monsieur, monsieur". Yo me giré y un eurodiputado me hizo un gesto de victoria con el puño. Yo no lo conocía, así que no sabía si se dirigía a mí, pero luego me di cuenta de que sí, de que era un gesto de celebración porque habíamos conseguido el número de firmas que necesitábamos. Poco más tarde nos confirmaron que habíamos conseguido más de 400 firmas, pero aún así muchos practicantes querían seguir visitando a eurodiputados, porque la finalidad era solamente salvarlos.
Contagiado por este entusiasmo, pero calmadamente, sin dejarme llevar por la exultación, pedí a Shifu que me diera la oportunidad de salvar a un eurodiputado que fue un alto cargo del gobierno, y una figura política muy conocida en España. Su asistente me había dicho por la mañana que tenía la agenda apretadísima y que sería prácticamente imposible reunirme con él. Aún así, pedí a Shifu que me diera la oportunidad, y cuando llegué a su despacho, allí estaba él. Le pedí a su asistente que me diera dos minutos y ella me dijo que no me prometía nada, pero que iba a consultárselo. Mientras esperaba fuera de la oficina, pasó a mi lado una practicante china, que se asomó a la oficina, me miró y me hizo el gesto de FZN con la mano. En ese momento justo era la hora de FZN por la tarde, así que comencé a mandar pensamientos rectos, pidiendo a Shifu que me diera la sabiduría suficiente para poder aclarar la verdad de la mejor forma posible a esta persona, y no impresionarme ante un político tan importante. La asistente se acercó y me dijo que tenía tres minutos. Al final fueron más de 10 minutos, durante los cuales el eurodiputado tomaba notas y se mostraba muy impresionado porque una empresa europea hubiera cedido de esta forma a las presiones del régimen chino, coartando la libertad de información de millones de personas.
Cuando salía del edificio, con calor en las mejillas a pesar del frío, me acerqué hasta los practicantes que estaban fuera del Parlamento. Estaban recogiendo, y se decían gracias los unos a los otros. Uno de ellos se acercó a mí, le di las gracias, y le hablé sobre todo lo que había sentido cada vez que los veía desde las ventanas en lo alto del edificio.
Después del estudio en grupo, volvimos a compartir nuestras experiencias, y muchos coincidimos en ese inspirador sentimiento de orgullo cada vez que mirábamos por la ventana y veíamos a nuestros compañeros en la nieve.
Me siento muy agradecido por esta oportunidad que Shifu me ha dado. Estos días he comprendido verdaderamente que todo lo que sucede es para nuestra cultivación. Esta experiencia me ha permitido enfrentarme a apegos y superar barreras, al mismo tiempo que ofrecía la salvación a muchos seres, cultivando mi compasión. He experimentado más que nunca el poder de nuestros pensamientos rectos, funcionando unidos como un cuerpo. Vuelvo a casa con ánimo de ayudar todo lo que pueda en el trabajo de aclaración de la verdad a políticos y otras personas influyentes en la sociedad. Entiendo que nos encontramos en una fase de la rectificación del Fa, en la que tenemos que hacer esfuerzos por salvar a estas personas, y que todas las interferencias que están produciéndose no son más que oportunidades para ello. Espero poder ser más diligente haciendo las tres cosas, poner más énfasis en la elevación de mi xinxing a través del abandono de apegos, y aprovechar todas las oportunidades que Shifu me dé para salvar más seres conscientes. Gracias Shifu. Gracias compañeros practicantes.
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