(Minghui Net) Por mi persistencia en Falun Dafa, he sido detenida ilegalmente en un centro de rehabilitación y campo de trabajo forzado en la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang. Durante mi detención, me negué a firmar las tres declaraciones que "exponen y critican [a Falun Gong]" y calumnian a Dafa. Por mi fuerte deseo de resistir el mal y por negarme a ser "transformada" fue brutalmente torturada tanto física como mentalmente.

Se están cometiendo crímenes monstruosos de manera inescrupulosa allí bajo las órdenes de los directores, Chen Guiqing y Zhang Ping. El director político Niu Xiaoyun, los líderes de división Zhao Wei y Li Quanming, y otros líderes del equipo, incluyendo a Sun Abolían, Liu Wei, Wang Dan, Wang Haiying, Wei Qiang, y otros tomaron parte directamente en perseguir a los practicantes de Falun Gong. Tan pronto como un practicante es enviado a un campo de trabajo forzado, sus movimientos son monitoreados estrictamente por los guardias y por algunos prisioneros llamados "asistentes" que colaboran con los guardias. Los guardias buscan controlar los pensamientos y nociones de cada practicante encarcelado.

Al principio de mi detención en el centro de rehabilitación, los guardias arreglaron con unos cuantos "colaboradores" de lavado de cerebro para intentar "reformarme". Me obligaron a levantarme a las 4 ó 5 a.m. Los colaboradores me rodeaban e intentaban inculcarme sus conceptos malvados y querían que aceptara su lógica perversa. Este lavado de cerebro y hostigamiento mental duraba hasta la medianoche todos los días. El equipo de vigilancia fue instalado en cada celda ocupada por practicantes. Para cada practicante que se negaba a ser "transformado", al menos un prisionero se le asignaba para ser el tal llamado "asistente". La tarea del asistente era vigilar cada palabra y movimiento del practicantes, las 24 horas. Ellos gritaban y maldecían a cada uno cuando hablaban entre sí. Ocho o nueve practicantes vivían en una celda. Sin embargo, teníamos prohibido incluso hablar entre nosotros. Teníamos prohibido hablar y expresarnos.

Había un cubo de plástico detrás de la puerta de la celda. Todos los prisioneros en la misma celda lo usaban para evacuar. Algunas celdas tenían hasta doce prisioneros dentro, por eso los cubos emitían olores podridos porque en las épocas de verano no eran limpiados adecuadamente. El hedor que llenaba toda la celda era tan repulsivo que incluso los guardias que rondaban la celda contenían la respiración. Lo que pasaba a menudo era que cuando alguien estaba evacuando, un compañero de celda estaba comiendo a unos metros nomás. Cuando los guardias superiores venían para la inspección, estos cubos fétidos se escondían bajo la cama o en la bañera. Nuestra comida diaria no era más que una sopa con vegetales podridos. Un prisionero una vez dijo, "Incluso el ganado come mejor que nosotros."

Muchos métodos crueles han sido usados en el centro de rehabilitación para poder "transformar" a los practicantes. A fines de noviembre de 2002, bajo las órdenes de Chen Guiqing y Zhang Ping, las autoridades, los directores del centro de rehabilitación, llevaron a cabo la así llamada "guerra en contra de los que perseveran", en un nuevo intento por "reformar" a los practicantes. Los jefes de las divisiones Zhao Wei y Li Quanming ordenaron a los guardias que transfirieran a más de 80 practicantes al sótano oscuro, frío y húmedo. Es extremadamente frío el invierno en el noroeste de China. Tan pronto como llegamos al sótano, los guardias nos ordenaron que nos desvistiéramos hasta quedar en pijamas. Todas las ventanas estaban abiertas, el penetrante viento soplaba. Los guardias no podían evitar temblar de frío a pesar de sus abrigadas camperas. En ese momento nos obligaron a ponernos de cuclillas en el frío congelante. Todo nuestro cuerpo temblaba. Algunos fuimos encadenados con esposas fijas. Los guardias pusieron tazones de agua helada bajo nuestras nalgas. El que se cansaba de estar en cuclillas tenía que sentarse en el agua helada. Cada uno de los guardias tenía un bastón eléctrico que usaban continuamente para electrocutar a los practicantes. El atormentante sonido de los bastones eléctricos nunca paraba, y el olor a piel quemada inundaba el aire. Algunos guardias soltaban carcajadas histéricas y salvajes mientras maldecían al Shifu sin parar.

Durante ese periodo, yo estaba esposada al suelo. El guardia Wang Dan, Liu Wei, y Sun Baolian, me electrocutaban todo el tiempo en el cuello, espalda y en la cabeza. Lo único que había en mi mente en ese momento, era que de ningún modo yo les gritaría ni firmaría las "tres declaraciones", incluso si tenía que morir. Los guardias tenían cuidado de que los gritos y llantos no se escucharan hacia fuera cuando nos torturaban. Les ordenaron a los prisioneros que nos taparan la boca con cuerdas bien ajustadas y varias vueltas de cinta alrededor de nuestras cabezas. Como la cuerda estaba tan apretada por tanto tiempo, y yo me esforzaba para respirar, las comisuras de mi boca sangraban. Nos quitaron las mordazas sólo para comer. En ese momento, las mordazas, que estaban llenas de saliva, se cayeron al piso y se llenaron de mugre y suciedad antes de que las pusieran de nuevo en nuestras bocas y nos dieran de comer bruscamente.

Los guardias ordenaron a los presos criminales que probaran varios métodos de tortura sobre nosotros. Un ejemplo fue cuando les ordenaron que nos cortaran el pelo con el "estilo fantasma." (nos cortaban el pelo de cualquier forma que quedara salvaje e irregular). También pellizcaron los nervios de mi espalda con una clase de aguja, y aplicaron otros métodos crueles y perversos. Nos obligaron a quedarnos en cuclillas las 24 horas del día, no nos dejaron dormir, ni nos permitieron usar el baño. Todo el día sufríamos un dolor indescriptible. Después de varios días de este tipo de hostigamiento, yo ya no era capaz de distinguir el día de la noche. En mi mente sólo recitaba el poema del Shifu, "Pensamientos rectos, acciones rectas" de Hong Yin II:

"Un gran ser iluminado no teme a las penalidades
Su voluntad está formada de diamante
Sin apego a la vida ni a la muerte
Camina abierta y majestuosamente su sendero en la rectificación del Fa."

Un día, el guardia Niu Xiaoyun me ordenó que escribiera las tres declaraciones. Le dije que no lo haría incluso si muriera. Luego se fue y volvió con unos presos que me llevaron a una habitación oscura en el sótano. Cinco o seis guardias me rodearon y agarraron mi mano para hacerme escribir las declaraciones con un papel y lapicera que tenían preparados. Me resistí con toda mi fuerza. Los guardias se enojaron y les ordenaron a los presos que se turnaran para pellizcarme. Mi cuerpo quedó lleno de cicatrices. Viendo que no me iba a dar por vencida, el guardia Wei Qiang abofeteó mi cara durante veinte minutos hasta que la mitad de mis dientes se cayeron y la sangre empezó a brotar de mis comisuras. Entonces, me preguntaron de nuevo si firmaría las tres declaraciones. Yo dije, "¡No!" Al escuchar esto, Wei Qiang levantó un bastón eléctrico y caminó hacia mí, y otro guardia junto a él dijo, "Dale en la parte de atrás del cuello. Allí hay más nervios." Así que Wei Qiang empezó a electrocutarme. Después de un rato, se detuvo para ver si yo me daba por vencida, pero les di la misma respuesta. Me patearon y golpearon con más fuerza. Yo sólo cerré mis ojos y recité el poema del Shifu, "Pensamientos Rectos, Acciones Rectas." Finalmente perdí la conciencia y me sacaron del sótano.

Luego me llevaron a la entrada del sótano, donde muchos practicantes que no decían nada, estaban en cuclillas. Una practicante detrás de mí se negaba a sentarse en cuclillas, sin importar cuán salvajemente los guardias la hostigaran. Le echaron agua fría en su cabeza y la electrocutaron. Esos guardias abusaron de ella verbalmente mientras la electrocutaban, y finalmente, la respetable practicante cayó inconsciente al suelo. Luego escuché que esta practicante fue electrocutada hasta que murió. También vi a otra practicante que estaba en cuclillas al lado mío. La forzaron a abrir su boca, y los guardias insertaron cruelmente un bastón eléctrico en su boca para electrocutarla. El sonido violento de la golpizas y gritos desesperados se podía oír en todos lados.

El centro de rehabilitación y el campo de trabajo forzado de la provincia de Heilongjiang es una guarida oscura donde el Partido Comunista chino está torturando cruelmente a los practicantes de Falun Dafa. Lo que yo he experimentado es sólo la punta de un iceberg.


Fecha de edición: 8/4/2007
Fecha del artículo original: 31/3/2007
Versión en inglés en: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2007/3/31/84065.html