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Leyendo reportes de la prensa del régimen Comunista Chino extrayendo órganos de practicantes de Falun Gong me acordé de algo. ¿Desearon extraer mis órganos pero fallaron? Me habían dado 12 botellas de drogas IV en el Hospital de la Policía de Beijing. El doctor de allí me había ofrecido una operación gratuita para corregir mi "bazo extendido".
A través de un colega, en noviembre de 2004 encontré un trabajo en Beijing. El 23 de noviembre llegué a Beijing y me quedé en el hogar de un practicante de Dafa, el Sr. Li Xupeng en el distrito de Haidian. Varios oficiales de policía uniformados de negro asaltaron la residencia a la 1:00 a.m. el 26 de noviembre, mientras estuve durmiendo. Ellos saltaron sobre mí sin permitirme que me pusiera en pie.
Comencé a despertarme. Cuando prendieron la luz, vi a no menos de 10 oficiales de policía parados en el cuarto. Varios oficiales estuvieron encima de mí. Sus pesos precipitados me causaron heridas. La policía luego me esposó los brazos por detrás de mi espalda y sacaron una cámara de vídeo y una cámara convencional. Ellos filmaron y fotografiaron al Sr. Li Xupeng, al Sr. Ma Wanli, y a mí. Nos cubrieron nuestras cabezas, empujándonos a los tres dentro de un carro de policía y nos llevaron a la Estación de Policía Malianwa. En ese tiempo estuve en pijamas, y Li Xupeng y Ma Wanli estuvieron en shorts.
Eran pasadas las 2:00 a.m. cuando un policía comenzó a interrogarnos. Le pregunté, "¿Por qué nos arrestan?" El policía no me respondió, y desde entonces no respondí a ninguna pregunta de ellos. Algo pasadas las 8:00 a.m. la policía nos cubrió nuevamente la cabeza y nos llevó al Centro de Detención Haidian.
El guardia del centro de detención nos pidió que nos pusiéramos en cuclillas y gritó, "¡Confiesen!" Nos forzaron a formarnos y ser fotografiados, y nos obligaron a vestir un uniforme de prisión. Me negué a seguir ninguna de sus órdenes. Me llevaron a una celda de la División #4. Dos presos se acercaron y trataron de rebuscarme en el cuerpo, pero les paré. Uno de ellos me pateó en las piernas hasta que se pusieron amoratadas. Luego me enviaron a otra celda.
Los oficiales del Partido del Buró Nacional de Seguridad del distrito Haidian me interrogaron. El guardia Zhang Dongsheng de la División #4 me pateó lanzándome al piso porque me negué a vestir uniforme de preso. Me arrastró a lo largo del piso por más de 20 metros en el pasillo.
Me negué a contestar la ilegal interrogación y comencé una huelga de hambre en protesta por la persecución.
Tres días más tarde, los guardias, los presos y el doctor del centro me dieron alimentación forzada. Los guardias me ataron a la cama con fajas y juntos con los presos me sostuvieron hacia abajo. Me negué a cooperar con ellos, por tanto ellos abrieron mi boca con un aparato y me inyectaron agua en mi boca con una jeringa. Luché con todas mis fuerzas. Me empujaron la cabeza fuertemente y el tubo de alimentación forzada lo halaban de atrás hacia delante. Cuando tragué el tubo, el doctor cortó parte del tubo que colgaba de la esquina de mi boca. Él hizo presión violentamente el resto del tubo desde adentro de mi nariz, haciendo que mi boca, nariz y oídos sangraran profusamente. Luché muy duro. Los guardias pusieron pedazos de algodón en mis orejas y nariz. Pidieron a los presos de la celda que se tomaran turnos para vigilarme las 24 horas del día. Ordenaron a los presos que limpiaran mi sangre, que me cambiaran de algodón, pararan la hemorragia y que reportaran cualquier cambio en mi condición.
Al siguiente día los guardias me llevaron al Hospital de Policía Beijing, allí, a mi llegada tomaron muestras de mi sangre. Estuve extremadamente débil. Llenaron dos frascos de sangre y me llevaron al sótano. Me engrillaron, esposaron a una cama y procedieron a examinar mis heridas externas, o como ellos dicen. El hospital mantiene el récord de examinación, y los doctores trataron de darme inyecciones. Yo lo rechacé. Ellos fallaron en pincharme con la aguja después de varios intentos.
Los oficiales de policía Ding y Ma amarraron las esposas en derredor de mis tobillos y conectaron las esposas al pie de la cama. Ellos extendieron mis brazos y los conectaron las esposas a los tubos del espaldar. Fui allí fijado en una posición de ángulo abierto y completamente inmóvil. Me introdujeron drogas desconocidas a través de las IVs de mis piernas a las 9:00 a.m. hasta altas horas de la noche. Ellos dirigieron en mí un total de 11 frascos de drogas.
Todo el fluido y la infusión que me dieron me produjo una edema severa. Los grillos y esposas me cortaron profundamente las muñecas y los tobillos, lo cual me causó un dolor insoportable. Ellos rechazaron soltarme, incluso cuando necesité usar el baño. Fui forzado a aliviarme en mis pantalones sobre la cama. Estuve mojado con mi propia orina e ignoraron completamente mi situación. A media noche, llamé a la persona de servicio debido al terrible dolor. Le pedí que me soltara, pero el se negó hacerlo. Grité muchas veces, y la gente que dormía en el mismo lugar no pudo dormir.
El policía me hizo firmar un documento. Tenía que prometer que al siguiente día volvería comer antes de que ellos aflojaran las esposas, pero no lo hicieron.
Al siguiente día me tomaron rayos X y diariamente por dos semanas continuaron dándome infusiones con 12 frascos de drogas, después de lo cual la cantidad de drogas bajaron a siete frascos por día.
Un doctor del Departamento de Medicina Interna me dijo que yo tenía el bazo agrandado y que necesitaba someterme a una cirugía. Él esperó que cooperara con el hospital, de otro modo la función de mi hígado sería completamente afectado. Él me pidió que firmara un documento. Le dije, "Usted puede firmarlo o mi familia". También le dije, "No tengo dinero." El doctor dijo el centro de detención puede pagar por esta cirugía.
Yo pensé que esto era sospechoso: ¿Por qué el centro de detención tenía que pagarme una cirugía? Usualmente, los practicantes de Dafa eran forzados a pagar por cualquier gasto médico que ocurría durante la persecución.
Durante previos incidentes de persecución me dieron varios exámenes físicos. Agentes del Centro de Detención del Buró de Seguridad de Beijing tenía las muestras de mi sangre, y allí también me examinaron físicamente. Lo mismo ocurrió en el Centro de Detención de la División #7 en Beijing y en el Hospital Tuanhe. Muchas veces antes fui arrestado. En le década pasada mientras practicaba Falun Gong, nunca he estado enfermo. Sin embargo, el doctor de la policía del hospital decía que yo tenía problemas con mi hígado y bazo y me ofrecían un tratamiento gratuito.
Un doctor del Departamento de Cirugía también me pidió que firmara un formato consintiendo la cirugía, pero me negué. Dos semanas más tarde me dijo el cirujano, "Para tu unidad de trabajo hemos editado una Nota de tu Condición Crítica. Si no te sometes a la cirugía, no vivirás más de dos años."
Mis manos y pies fueron sujetos a una cama durante todo el tiempo que estuve en el hospital. Veinticinco días más tarde, el 27 de diciembre de 2004, oficiales de la División Nacional de Seguridad del distrito Haidian me transfirieron al Hospital 309 de Beijing, un hospital militar. El personal médico trató de presionarme para someterme a infusiones IV, pero me negué firmemente.
Ellos vieron que estuve al borde de la muerte. El 31 de diciembre de 2004 me inyectaron algunas drogas y me llevaron a la estación del tren en una ambulancia militar. Dos oficiales de seguridad me subieron dentro del tren. Los oficiales locales de policía me llevaron de regreso a la provincia de Heilongiang en la ciudad Jiamusi.
Fue el 1 de enero de 2005 cuando llegué a la ciudad de Jiamusi. El oficial de la División Nacional de Seguridad Chen Wanyou me llevó al Centro de Detención de la ciudad de Jiamusi y allí me detuvieron. Él prometió que las autoridades del centro de detención tomarían la completa responsabilidad de cualquier cosa que me ocurra. Al siguiente día fui llevado al hospital para una reexaminación médica. Me dijeron que mi hígado y bazo estuvieron agrandados, pero que mi vejiga estaba normal.
Antes de la persecución yo había estado completamente sano. Mi hígado y bazo estaban sólo agrandados después que por dos semanas recibí una dosis diaria de casi una docena de frascos de drogas desconocidas en el Hospital de Policía Beijing. Hasta el día de hoy sigue doliéndome el cuerpo.
Después de leer artículos exponiendo sanciones a oficiales del Partido por la extracción de órganos de practicantes de Falun Gong, pienso que la policía estuvo tratando de obtener mis órganos pero que luego se rindieron por alguna razón desconocida.
Espero que la comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos lleguen a conocer los hechos de lo que practicantes de Falun Gong hablan acerca de sus experiencias.
Fecha de edición: 15/4/2007
Fecha original del artículo: 15/4/2007
Versión disponible en ingles: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2007/4/15/84572p.html
Versión disponible en chino: http://www.minghui.org/mh/articles/2007/3/11/150538.html
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