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Después de ser expuestos los campos secretos de concentración del Partido Comunista Chino (PCCh), obtuve un entendimiento más profundo de la malvada naturaleza del PCCh. Sólo al exponer profundamente la persecución, saliendo al público y clarificando la verdad se puede eliminar genuinamente la maldad. La meta es salvar a más seres conscientes. Me gustaría hablar de cómo los oficiales, bajo la guía del PCCh están realizando sus trabajos."

Soy practicante que estoy en mis sesenta. Comencé a practicar Falun Gong en 1996. De ser una persona con muchas enfermedades, me trasformé en una persona saludable física y mentalmente. Personalmente siento el poder supernatural de Dafa, ya que es una cultivación verdadera. Cuando comenzó la persecución en abril de 1999, salí para apelar solicitando justicia. Me detuvieron y me regresaron a la policía local. El oficial Ma de la Estación de Policía Peiying fue a mi hogar y me forzó a escribir una declaración de garantía de renuncia a Falun Gong, y para dejar de practicar y estudiar el Fa. El 27 de septiembre del mismo año, el oficial Zhao Wenfeng de la Estación de Policía Peiying me vio visitando el hogar de una compañera practicante. Él insistió que eso fue una "reunión" y me dieron cargos por entorpecer el orden social. Fui detenida por 62 días.

El 25 de febrero de 2000, estuve practicando en el parque y fui arrestada y llevada al centro de detención. En ese tiempo estuvieron allí detenidos muchos practicantes de Dafa. Ellos fueron castigados forzándoles a mantenerse de pie en el patio, soportando el viento que congelaba los huesos. Ellos estuvieron allí por más de cuatro horas. Les quitaron sus abrigos. Algunos practicantes sólo vestían camisas de algodón, otros vestían calzoncillos largos y algunos fueron obligados a acostarse sobre el concreto con sus piernas levantadas al aire. La policía incluso vertió agua fría sobre los pantalones de algunos practicantes, empapándolos y haciéndolos sentir más frío. La piel de algunos se volvió púrpura debido a los golpes dados por los policías ya que usaron tubos plásticos.

Los oficiales de policía varias veces trataron de hacerme firmar una carta de garantía declarando que dejaría de practicar Falun Gong. Ellos no obtuvieron lo que deseaban. Luego le mintieron a mi familia, diciéndole que yo ya había firmado la carta de garantía, y les pidieron que llevaran mil yuanes para ponerme en libertad. Estuve detenida 62 días. En los días festivos, el oficial Li Mingchao de la Estación de Policía Peiying llegaba a mi hogar para acosarme. Él deseaba saber si estaba en casa o me había ido a Beijing para apelar.

El 26 de diciembre de 2000, fui a Beijing. En camino hacia allá, algunos conductores me preguntaron: "¿De dónde vienes, y a dónde vas?" Repetidamente me hacían preguntas hasta que llegué a mi parada. Caminé hasta la Plaza Tiananmen y me detuvo un oficial de policía de civil. Él trató de forzarme a decir cosas irrespetuosas en contra del Maestro y del Fa. Me forzaron a entrar en un carro de policía porque rechacé sus pedidos. Dentro del carro sostuve un cartel y grité: "¡Falun Dafa es bueno!" Tres policías me arrancaron el cartel, y otros dos carteles que tenía en mis mangas. Fui llevada a la Estación de Policía de la Plaza Tiananmen. Más tarde, me enviaron a la Estación de Policía Shunyi en uno de los muchos carros de policía llenos con practicantes de Dafa en aquel entonces.

Un oficial de policía de apellido Zhang me preguntaba repetidamente cuál era mi domicilio y cuál es mi nombre. Rechacé contestarle y tuve que permanecer en el centro del salón; tenía mucho sueño y no podía mantenerme recta. Los policías me hicieron quitar la ropa de invierno y mis medias, hasta que sólo quedé en ropa interior. Luego fui enviada a un patio obscuro y frío de la corte. Me esposaron con mi espalda contra un poste de metal, sentada sobre el congelado concreto. También tenía que mantener mis piernas rectas. Una persona que a sí misma se nombraba "hombre campana", actuó conmigo hipócritamente. Me preguntó mi nombre y dirección domiciliaria, y me dijo que me invitaría a comer en su hogar cuando me hayan puesto en libertad. Me dijo también que su mamá practicaba Falun Gong. Lo ignoré y continué haciendo mis pensamientos de rectitud para sofocar al demonio.

Al segundo día, fui esposada al brazo de un sofa. En la noche me sentí muy cansada, pero en el momento que cerraba mis ojos, el hombre campana me movía la cabeza. Le dije seriamente, "No hagas eso, necesitas respetar los límites entre hombre y mujer". A la vez, envié pensamientos de rectitud para sofocar al demonio. El joven policía usó diferentes métodos tratando de encontrar mi dirección, pero yo no le respondía. Luego fui enviada al Centro de Detención Shunyi, donde continué con mi huelga de hambre en protesta por la ilegal persecución. Compañeros practiantes estuvieron también gritando uno a otro: "Falun Dafa es bueno; Falun Dafa es el camino recto; restauren la inocencia del Maestro". Siete días más tarde fui puesta en libertad incondicional.

El 5 de mayo de 2002, cuando los hechos de la persecución fueron difundidos por practicantes de Falun Dafa en el canal de TV Changchung, la policía condujo en la noche una búsqueda intensa y fueron arrestados más de setenta practicantes. Yo vivía en un bungalow. El oficial de policía Li Mingchao saltó sobre la verja del patio de mi familia y arrasó con puertas y ventanas. Ellos trataban de forzarme para obtener mis huellas digitales con tinta negra. Firmemente me apoyé sobre mis puños y los rechacé. Les dije que estaba haciéndoles un favor al no permitirles tomar mis huellas dactiloscópicas. Les estuve previniendo de hacer un acto malo. Li Mingchao se puso furioso. Me apretó sin decir una palabra, tratando de llevarme a la estación de policía. Luché conmigo misma para liberarme y les dije que vengan dentro para hablarles del Fa. Después de eso ellos salieron. Más tarde vinieron para acosarme, y hablando suavemente engañaron a uno de los miembros de mi familia para obtener mis huellas digitales en un formulario que ya lo habían llenado.

El 29 de diciembre de 2004, fui al vecindario Chengfa para distribuir materiales que clarifican la verdad. Un residente local que no sabía la verdad me reportó. Cuando estuve caminando vino por mí un carro patrulla y fui llevada a la estación de policía. Luego mi casa fue saqueada. Fueron confiscados: el cuadro del Maestro, dos copias de Zhuan Falun, artículos y cintas de audio del Maestro. Ellos se llevaron todo ese material al departamento de policía y me preguntaron con quién había estado en contacto. También mencionaron el nombre de un compañero practicante y me preguntaron si le conocía. Les dije que no. Entonces no supieron qué hacer con una anciana como yo. Luego el oficial de policía Chai Wenge destrozó el cuadro del Maestro. En calidad de policías, no sólo que en lo posible no educan a los presos, sino que les enseñan a los criminales a ser más criminales. Li Qiang, un guardia del centro de detención, se paró sobre el cuadro del Maestro justo cuando él llegó. Mientras pisaba sobre el cuadro, dijo que odiaba a Falun Gong. Compasivamente les dije que lo que ellos estuvieron haciendo era un crimen en contra de Dafa y les pedí que se detuvieran.

El 31 de diciembre, Shi Hailin me tomó fotos y luego hundió mis dedos en tinta negra y presionó sobre un formulario vacío, de tal forma que pudieran escribir lo que a ellos se les antojese, con el objeto de enviarme a un campo de trabajos forzados.

El 18 de enero de 2005, Chai Wenge abrió la puerta antes del amanecer y me empujó para juntar mis cosas. Él no me dijo a dónde íbamos. Al cruzar la puerta me caí, y ellos me arrastraron hasta el carro. Chai Wenge dijo que tenía que llevarme aunque me caiga, ya que fui capaz de caminar cuando estuve clarificando la verdad.

Después que llegué al Campo de Labores Forzadas Heizuizi, fui rechazada porque no pasé el examen físico. Shi Hailin y Chai Wenge dijeron: "Permite que ella se quede por un rato. Llámame si hay problema, y vendremos a recogerla. Nadie es completamente saludable". La gente en el campo de trabajos dijo: "Alguien que fue enviado de Shuayang estuvo así también. La persona murió cinco días más tarde, y el asunto aún no se ha aclarado". Los dos dejaron de insistir después de lo que escucharon. Luego ellos me arrastraron de regreso con tal fuerza que se salieron los botones de mi abrigo y dejaron hematomas en mis brazos. Cahi Wenge insultó: "A los demonios contigo, vieja. Este es un buen día para ti. Yo puedo cavar un hueco y enterrarte sin que nadie sepa". Regresamos a la estación de policía. Ya que no podían enviarme al campo de trabajos forzados, ellos extorsionaron por 3.000 yuanes a mi familia sin ningún procedimiento legal, y luego me dejaron libre. Esos llamados policías de la gente, dependen de la gente para ganar sus salarios y sin embargo diariamente lastiman a la gente.

Fecha de edición: 30/2006
Fecha original del artículo: 30/7/2006
Categoría: Testigos oculares
Versión disponible en Chino: http://minghui.ca/mh/articles/2006/6/27/131339.html

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