[Minghui Net]
30 de marzo, 2006
Hay una historia horrible dando vueltas por el mundo: En el nordeste de China, miles de prisioneros son retenidos, para luego ser asesinados por sus órganos. Los prisioneros son practicantes de Falun Gong, un sistema de ejercicios y meditación. La instalación en la cual están detenidos - llamada "campo de concentración" o "campo de exterminio" - es Sujiatun. Los activistas de derechos humanos creen que este nombre debería provocar en la gente la misma sensación que Treblinka y otros.
No puedo decir que esta historia sea verdad; pero puedo decir que uno debería prestar atención.
Por supuesto, "la extirpación de órganos" es una historia ya muy conocida: la República Popular de China (RPC) lo ha estado haciendo por muchos años con sus prisioneros. En el 2001, el Congreso de los Estados Unidos realizó audiencias por este asunto, lo que causó gran sensación. Pero la sensación murió, como suele pasar. La extirpación de órganos ha continuado, sin ninguna consecuencia negativa para el gobierno chino.
La venta de órganos es un gran negocio para el régimen comunista. Puedes obtener órganos en China como en ningún otro lado: de cualquier tipo, y muy rápido.
El tema de la extirpación de órganos está en boca de todos debido al descubrimiento de Sujiatun. No voy a intentar hacer justicia por esta historia en este espacio (a pesar de se puede hacer justicia). Principalmente los voy a mandar al sitio web de La Gran Época, y específicamente a su archivo sobre Sujiatun: aquí http://www.lagranepoca.com/211,106,,1.html Webmaster: por favor agregue aquí este enlace) La Gran Época es un periódico internacional cuya razón de ser es contar la verdad sobre China. Los medios en China, por supuesto, pertenecen o son controlados por el gobierno.
También deseo que lean un artículo escrito por el incansable Bill Gertz del Washington Times: aquí http://washingtontimes.com/national/20060323-114842-5680r.htm
¿Cómo es que sabemos sobre Sujiatun? Principalmente por dos testigos, indescriptiblemente valientes. Uno es una mujer cuyo esposo era un médico que tomó parte en la extirpación de órganos; el otro es un periodista chino, desde hace tiempo residente en Japón, que investigaba el tema. Ambos están ahora en los Estados Unidos, escondidos, temiendo por sus vidas. Yo hablé con el periodista, por teléfono, el lunes por la mañana.
Primero, para saber un poco más de la mujer: pueden leer la entrevista en La Gran Época http://www.lagranepoca.com/news/6-3-17/2180.html y la siguiente historia, http://www.lagranepoca.com/news/6-3-21/2211.html. Estos dos artículos les darán todos los detalles que la mente humana puede soportar, y probablemente más. En poco tiempo, su esposo se trastornó por este tipo de trabajo, y no pudo continuar. La esposa no se animó a atestiguar, pero concluyó que tenía otra salida.
Trataré de graficarlo en unas pocas palabras. El esposo de esta mujer le dijo a
ella, "No entiendes mi sufrimiento. Esos practicantes de Falun Gong estaban vivos. Sería más fácil para mí si estuvieran muertos, pero estaban vivos."
La mujer también le dijo esto a La Gran Época: "Algunos de los pobres granjeros de las cercanías eran contratados para trabajar en la caldera. [Esta sirve como crematorio] Al principio cuando vinieron no tenían ni un centavo.pero a duras penas empezaron a conseguir relojes, anillos, collares, y cosas por el estilo. La cantidad de estas personas no es pequeña.
Finalmente ella dijo, "Me gustaría exponer esto para la comunidad internacional, para que así aquellos que no fueron asesinados, puedan ser salvados. También, me gustaría usar esto como una disculpa de mi familia."
Ahora hablemos del periodista chino: Su nombre es Jin Zhong-or, así se llama a sí mismo para protegerse de los medios. Hablé con él cuando me reuní con algunos activistas de Falun Gong en una conferencia en Nueva York. Uno de ellos, Charles Lee, fue liberado hace poco de una prisión china después de tres años de confinamiento. Fue torturado, y en la próxima edición escribiré algo sobre él. Por cierto, el Dr. Lee es ciudadano americano.
Y por una de esas casualidades, Lee fue testigo de la extirpación de órganos mientras hacía su residencia en medicina en China, hace unos años atrás. A los prisioneros les disparaban en la nuca, y sus cuerpos eran llevados con urgencia a una ambulancia que estaba esperando. Allí los médicos extirpaban los órganos; Charles Lee sirvió como asistente, sosteniendo los instrumentos. A veces, los prisioneros no parecían del todo muertos.
Antes de hablar con el Dr. Lee, pude entrevistarme con Jin Zhong por teléfono, usando un amigo del Dr. Lee como traductor.
Para un informe más extenso sobre el Sr. Jin, por favor este artículo de La Gran Época: http://www.lagranepoca.com/news/6-3-10/2123.html. Simplemente les contaré que él se enteró de Sujiatun cuando estaba investigando el SRAS, por el encubrimiento del gobierno chino sobre el brote epidémico. A algunos oficiales locales se les escapó información sobre el campo para Falun Gong, y que es lo que se hace allí dentro. Él no podía creer lo que estaba escuchando: era demasiado horrible, muy inhumano. Pero siguió la historia, y confirmó que lo que había escuchado era verdad.
Le pregunté al Sr. Jin si los oficiales se sentían culpables por este asesinato y extirpación de órganos. Me dijo, "Para nada."
Las acciones del Sr. Jin pronto atrajeron la atención de la policía y fue arrestado dos veces. Dijo que mientras estuvo en la prisión fue torturado. Se las arregló para regresar a Japón, y luego vino a los Estados Unidos. Su familia está en Japón, y dice que han recibido amenazas de muerte. Obviamente, teme por su propia vida aquí en América. Los agentes del PCCh nunca han sido respetuosos del territorio nacional.
Para aquellos que les interesa, el Sr. Jin en sí no es practicante de Falun Gong. (Tampoco lo es la mujer cuyo esposo ejecutaba la extirpación de órganos). "Ni siquiera estoy interesado," dijo el Sr. Jin. Pero le preocupa la humanidad, y la justicia. Dijo, "Sé que el PCCh intentará matarme," por contar lo de Sujiatun. Su vida sería mucho más fácil si se hubiera mantenido en silencio, pero su conciencia no se lo permitía.
Lo elogié por su valentía. Él dijo, "Usted también es periodista. No hubiera hecho otra cosa en mi lugar." Contesté, "Solo espero que así sea."
¿Está conciente el gobierno de los Estados Unidos de Sujiatun? El Sr. Jin dijo que informó a los congresistas interesados y a sus asesores. Y los amigos de los derechos humanos en los medios están haciendo fuerzas. Peter Worthington concluyó un artículo en el Toronto Sun de esta manera: "El cómo China usa a los prisioneros como cerdos, o como abastecimiento de carne para el mundo, hace que la experimentación médica de los Nazi parezca casi benigna en comparación."
Nadie piensa que Sujiatun penetrará en la conciencia de la comunidad internacional. Los gobiernos de todas partes tienen relaciones estrechas con la RPC; los medios, incluso en los países libres, parece que quieren ayudarlos [a los del PCCh]. La indiferencia de los grandes periódicos y las redes televisivas al informar sobre las atrocidades de China es un tema muy triste.
Recuerdo lo que una vez dijo Robert Conquest, el gran analista del totalitarismo: El mundo rara vez quiso creer en los testigos. Diez, veinte, o treinta años más tarde, tal vez sí.pero sería raro que pronto.
Se burlaron de los testimonios que hablaron de la Unión Soviética; los trataron como "rumores en Riga." El sufrimiento de los judíos eran "cuentos del holocausto". Cuando se reveló la huída de Mao a Hong Kong, dijeron que eran "caudillos amargados," [los que lo dijeron]. Cuando los cubanos aterrizaron en Florida, los consideraron "víctimas de Batista," y así sucesivamente.
Hay un incentivo extra para mirar con indiferencia la persecución cuando las víctimas son de Falun Gong. Mucha gente sospecha de estos meditadores y de sus movimientos lentos y suaves, con su extraña filosofía. La masiva propaganda comunista en contra de ellos ha hecho mucho daño. Los grandes empresarios occidentales ven a Falun Gong como entrometidos, o al menos sienten que los irritan.
No tengo idea que es lo que le pasará a Jin Zhong, o a la esposa del médico, o a los prisioneros que permanecen en Sujiatun. Bien podría ser que, con algo de atención de la comunidad internacional, el gobierno chino Potemkinizará el lugar. Ellos han hecho lo que han querido, ya que muchos gobiernos simpatizan con ellos. Y podría ser que a la gente simplemente no le importe Sujiatun, aunque se pruebe que existe.
Mi mayor esperanza en este momento, es que los lectores le den una mirada a los informes que mencioné, especialmente los de La Gran Época. Porque a veces, lo impensable necesita su atención, aunque sea un poquito.
Fuente: http://www.nationalreview.com/nordlinger/nordlinger200603300722.asp
(Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2006/3/31/71416.html)
Fecha de edición: 2/4/2006Fecha del artículo original: 31/3/2006
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