[Minghui Net]

17 de febrero de 2006

En las audiencias del Congreso de la semana pasada se intentó contestar la pregunta de por qué las empresas estadounidenses que se benefician de nuestras libertades obtenidas a duras penas están dispuestas a ser cómplices de la represión en China.

Mientras los medios de comunicación consideraron el efecto del accidente de caza de Dick Cheney sobre el desarrollo nuclear de Irán y la guerra al terror, representantes de cuatro gigantes de tecnología americanos -Microsoft, Yahoo, Cisco Sistems, y Google- intentaron defenderse ante el Subcomité de Relaciones Internacionales del Congreso de ser cómplices de la opresión a la gente china por ayudar a restringir el acceso a Internet -y cosas peores.

Atraídas por el potencial de beneficios de unos 100 millones estimados de usuarios de Internet chinos, las empresas de tecnología estadounidenses han entrado en el mercado chino justificando la aceptación de las restricciones impuestas, tales como la censura de lo que los motores de búsqueda muestran al usar palabras como "libertad", "Tíbet", Taiwán", "Falun Gong", etc. declarando que ellos no obstante están dando más acceso a la información a la gente china de lo que jamás tuvieron.

Elliot Schrage de Google declaró que esta empresa decidió entrar en mercado chino porque pensaron que esto "hará una contribución significativa, aunque imperfecta, a la expansión total del acceso a la información en China". Los legisladores de ambos partidos no se lo creyeron. Ni yo tampoco.

Si las empresas de tecnología estadounidenses simplemente estuvieran cumpliendo con ciertas restricciones de contenido, sería bastante malo, pero al parecer, ellos funcionan como los ojos y los oídos de la policía secreta de China. Como dicen los defensores de la libertad de expresión Reporteros Sin Fronteras (RSF) en su página Web (www.rsf.org), "Hacer la vista gorda a los abusos del gobierno chino es una cosa, pero colaborar es otra cosa distinta".

Si se intenta acceder a ese sitio web desde una computadora en Beijing, se consigue una página en blanco. Fuera de China, se leería que al menos 50 ciudadanos chinos están entre rejas por romper las reglas con su ciber-protesta, y algunos han sido encarcelados utilizando información proporcionada por empresas estadounidenses. Por ejemplo, el disidente político Li Zhi, un funcionario de 35 años, ha sido condenado a ocho años de prisión en diciembre del 2003 basándose en registros electrónicos proporcionados por Yahoo.

Shi Tao, un reportero para Dangdai Shang Bao (Noticias Actuales de Negocio) de Hunan envió vía Internet a sitios web extranjeros copias de las directrices del gobierno chino que prohíben la cobertura del 15º aniversario de la matanza de la plaza Tiananmen. Según informa RSF, citando expedientes judiciales chinos, una filial de Yahoo delató a Shi proporcionando a las autoridades chinas las huellas digitales de los correos electrónicos de Shi, dando lugar a la condena de cárcel de 10 años del periodista.

El pasado 31 de diciembre, Microsoft cerró el popular sitio blog de Zhao Jing, redactado bajo el seudónimo Michael Anti, después de que éste criticara el despido de un redactor de prensa progresista de Beijing.

Microsoft dice que tuvo que cerrar el blog basándose en la "notificación explícita del gobierno" que recibió.

El diputado Chris Smith (R-N.J)., quien convocó la audiencia, dijo que las empresas "permiten la dictadura", agregando: "La cooperación con la tiranía no debería ser aceptada por el bien de la tiranía", y ha propuesto una legislación que retendría a los servidores de ordenador de las naciones que usan a éstos y a la tecnología de Internet para suprimir los derechos humanos. Las empresas aun así podrían ganar clientela china con un poco menos de tiempo de respuesta y muchas menos censura.

Una de las cosas que ayudaron a derribar el imperio malvado que era la Unión Soviética fue la inhabilidad del Kremlin para controlar el flujo de información que llegaba a su gente y a las naciones cautivas estimulando su apetito por la libertad. Enfrentando un creciente poder económico y militar en China, la verdad y la libertad de información pueden ser nuestra última arma.

Mientras las empresas como Google se benefician de una sociedad libre, no deberían ser cómplices en la supresión de la libertad por los comunistas chinos. Deberían permitir a la gente china buscar la verdad, como pueden hacer los usuarios de Internet americanos, y la verdad les ayudará a ser libres.

(Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2006/2/21/70156.html)


Fecha de edición: 5/3/2006Fecha del artículo original: 21/2/2006