Es Perseguida una niña de 11 años de edad

Soy una estudiante de once años de edad. Tengo excelentes calificaciones y trato de ser virtuosa. El 22 de julio de 1999, fui con mis padres a Beijing para clarificar la verdad acerca de Falun Gong ante el gobierno. Fuimos arrestados por policías vestidos de civil y nos llevaron a la jefatura de policía en Beijing. No tuvimos comida fresca por dos días. Los adultos estuvieron peor parados que los niños. Nuestro alimento cada día sólo era medio pan y vegetales salados del tamaño de una papa frita. Más tarde mis padres fueron llevados de allí por miembros de sus unidades de trabajo, mientras que yo tuve que irme sola de regreso a casa.

La persecución se volvió más y más intensa. Las cosas que deseaba decir hervían dentro de mi corazón y no las pude aguantar; por tal motivo en setiembre de 2000, una vez más volvimos con mi mamá a la Oficina de Apelaciones en Beijing. Los policías que estuvieron sentados afuera de la Oficina de Apelaciones ferozmente nos jalaron a ambas dentro de su carro y nos enviaron a la jefatura de Beijing. Ese día estuvo muy frío. Después que mi mamá y yo fuimos sometidas a una severa investigación, nos sentamos en el suelo congelado. En la noche también dormimos sobre esa “pieza de hielo”.

La gente de la unidad de trabajo de mi mamá vino a llevarnos de regreso a casa. Al segundo día, debía ir a la escuela, pero a mi no me permitieron salir. El lunes por la noche, estuve con mi madre y dormí una vez más en el piso que estuvo aún más frío que el anterior. En la mayoría de las condiciones soy capaz de quedarme dormida después que me tiendo, pero esta vez, no pude dormir durante toda la noche. Si no hubiéramos cultivado Falun Gong, pudimos habernos congelado.

Al segundo día, un oficial de la unidad de trabajo de mamá nos llevó a la estación de policía. Nos prohibieron hablar, sentarnos, movernos o mirar en derredor. Después de cerca de dos horas fui sacada de allí y separada de mi mamá. El oficial me envió de regreso a la escuela y directamente a la oficina del director y permitió que el director me hablara. También los profesores vinieron a presionarme. Fue determinada a no renunciar a la cultivación y finalmente ellos salieron desconsolados.

En julio de 2001, fui a la Plaza Tainanmen con un practicante joven de mi misma edad (11 años). Mantuvimos en alto un cartel con las palabras, “Verdad, Compasión, Tolerancia.” De una patada de los policías fuimos noqueados al piso y arrastrados por nuestros cabellos.

En China, la gente en el poder es cruel y violenta, incluso con niños inocentes e indefensos como nosotros. Realmente es inhumano.

10 de marzo, 2003


Fecha del artículo original: 9 de diciembre de 2003
Versión en chino disponible en:
http://www.minghui.org/mh/articles/2003/4/2/47553.html

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