(Minghui.org) En el pasado, cuando estaba aún en China, las personas a las que les aclaraba la verdad eran, por lo general, compañeros de clase, colegas, socios y taxistas. Así que, incluso cuando rechazaban lo que les decía, por lo general, se mostraban bastante moderados y corteses.

Ahora que vivo fuera de China, muchos a los que les cuento la verdad sobre Falun Dafa son de allí. Intenté con esfuerzo salvar a mis compatriotas chinos, aunque me desilusiono frecuentemente al sentir su comportamiento tosco y descortés. A veces me encuentro con miradas desafiantes e injurias. Incluso alguna vez tiran al suelo los folletos que les he entregado, en mi presencia. Me solía costar mucho abordar dichas situaciones con compasión. A veces incluso pensé: “Si no renuncias al partido comunista de china ahora, veamos qué haces en el futuro cuando te ocurra una calamidad”.

Sabía que tener tales pensamientos, no era el comportamiento adecuado de un practicante de Falun Dafa. También sabía que estamos aquí para salvar vidas, pero no intuía cómo lograr mantener un corazón “compasivo”. Por el contrario, dentro de mi corazón me sentía impotente y angustiado por mi actitud.

Esa situación continuó hasta que una tarde tuve un sueño. Mientras tomaba una siesta, justo antes de salir a la calle a hablar a la gente sobre Falun Dafa, soñé que estaba sentado en la posición de meditación en la cubierta delantera de un barco muy grande. La cubierta del barco parecía un transbordador espacial y era de color verde, similar al tono de un póster de Shen Yun, solo que un poco más oscuro. El color delineaba a la perfección las formas del resto de la nave y la hacía parecer muy sagrada. Cuando me senté a meditar en la cubierta, noté que detrás de mí se hallaban innumerables practicantes. En mi corazón sentí que Shifu también estaba presente.

Todos miraban la superficie del agua, la cual se veía turbia y sucia. Todo tipo de seres vivos nadaban alrededor de la embarcación tratando de saltar adentro. Parecía que todos alzaban su mano con la esperanza de que los ayudáramos a salir del agua. Aquella gente lucía muy sucia y oscura, de tal modo que me resultaba difícil ver con claridad la escena. Aunque en mi corazón, sentía un poco de infelicidad, en el fondo se mantenía un sentimiento persistente y sagrado de que este era el camino que debía tomar.

En ese momento, el barco comenzó a descender lentamente. A medida que la cubierta se acercaba al agua, me sentía más ansioso, pero al igual que un número incontable de practicantes detrás de mi, todos parecíamos aguardar este momento. Todos parecían solemnes y serios, y la sensación de estar cumpliendo con nuestra misión flotaba en el aire.

Todos estaban preparados para entrar al agua, y nadie sentía ningún miedo. Yo tampoco lo estaba, pero me pregunté: “¿Me asfixiaré cuando entre al agua? Está tan sucio...". En ese momento, el barco se sumergió rápidamente, y lo siguiente que vi fue la lámpara de araña en mi techo cuando me desperté.

No existen palabras que puedan describir lo aturdido que me encontraba. En ese instante, sin embargo, entendí que los practicantes de Dafa vinimos aquí con una misión. Venimos desde niveles muy altos, descendiendo a través de muchos niveles para entrar en el oscuro y sucio mundo donde debemos salvar a los muchos seres vivos.

A pesar de que estos seres ya se han vuelto de aspecto desagradable y no se comportan de manera apropiada e incluso son groseros, es algo muy triste que se hallen hipnotizados por este mundo infecto. Las personas se aferran a estas cosas sucias y olvidan dónde se encuentra su verdadero hogar. Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que se están destruyendo totalmente a sí mismos y, en última instancia, no cumplen con el juramento que hicieron hace tanto tiempo. De repente, siento la urgente necesidad de llorar.

Comprendiendo todo eso, sentí que me despojaron de una capa, eliminándola. Este sueño que me envió el Maestro me hizo entender verdaderamente la gran misión que tengo que cumplir. Necesito seguir adelante y cumplir mi misión. Desde aquel día en adelante, ya no me molestó si los turistas chinos se vestían de forma inadecuada, o si sus palabras o comportamiento eran desagradables. Quiero darle a cada turista que me cruzo la oportunidad de elegir. Así no habrán venido a este mundo en vano.

Me gustaría recordar las palabras del Maestro de dos conferencias , con el fin de que nos alienten y que podamos hacer un mejor esclarecimiento de la verdad:

“En cuanto a los requisitos para ti, siendo Dafa dizi, aún tienes que hacerlo mejor al máximo posible, completar tu misión histórica y salvar a las multitudes de vidas, lo tienes que hacer tú. Les digo a todos, en este asunto de salvar a las multitudes de seres, esto es muy crucial e importante, ustedes tienen que hacerlo” (25 años de la Gran Difusión de Dafa: Explicando el Fa en Nueva York).

"En lo que está colocado frente a ti no hay selección, si en la salvación de la gente tú seleccionas, esto es errado. Debes salvar a todos con los que te topas, a todos ellos, no importa qué rango social ni qué clase social, no importa si él es el presidente o un mendigo" (Qué es un Dafa dizi).