(Minghui.org) “La importancia de la fe inquebrantable en Dafa”, un artículo del sitio web Minghui, habla sobre el siguiente tema:

"Los practicantes de Falun Dafa que se encuentran hoy en día entre rejas en China siguen siendo objeto de las torturas más brutales. Al ver esto, algunos practicantes ceden a pensamientos negativos, como que la 'transformación' de los practicantes bajo presión es de todo punto inevitable, así que ¿por qué no salvarse del dolor tan tormentoso y 'transformarse' mientras aún permanecemos en el centro de detención? Me gustaría decirles a mis compañeros practicantes que no es así como deberíamos actuar. La cultivación no es un asunto ordinario, es algo extremadamente serio".

De seguro, no me estoy cultivando tan bien como el practicante que escribió el artículo anterior. En realidad, todo lo contrario, estuve caminando en la dirección opuesta por un tiempo. Hoy, me gustaría escribir lo que he experimentado, para así exponer todas esas cosas degeneradas y perversas que puedo albergar en mi interior y eliminarlas. También quiero ayudar a los demás practicantes a comprender las horribles manifestaciones que se pueden llegar a dar en otras dimensiones, si nos sometemos o cooperamos con el mal.

Empecé a practicar Falun Dafa en 1997. Después del 20 de julio, la situación me preocupaba tanto que lloraba cuando veía que tanta gente estaba siendo engañada por la propaganda que diseminaba el PCCh. Durante aquel período de tiempo, no estudiaba bien el Fa. Siempre tenía sueño mientras lo estudiaba y no podía entender los principios del Fa.

Sin embargo, me gustaba leer Minghui Weekly. Seguía a otros practicantes, en lugar de guiarme por los principios del Fa y desarrollé el apego a hacer cosas. Me llevaron al centro de detención tres veces; en el tercer arresto, me impusieron tres años de trabajos forzados.

Durante los primeros tres días en el campo de trabajos forzados, algunas practicantes "transformadas" intentaron lavarme el cerebro, y lo consiguieron.

Me perdí y desarrollé una comprensión perversa del Fa. En ese momento creí que mi "transformación" no se debía al miedo a las dificultades o a la muerte; en cambio, pensaba que mi elección había sido correcta. Como resultado, hice cosas que fueron irrespetuosas con Shifu y con Dafa -directa e indirectamente, intencionalmente y sin intención-. Ayudé al mal en la transformación de otras compañeras practicantes, e informé a la policía cuando vi a alguien leyendo en secreto los artículos de Shifu.

Después de que me soltaron del campo de trabajo y regresé a casa, no podía soportar que mi esposo pusiera la música para hacer los ejercicios de Falun Dafa. Poseía un pequeño ejemplar del libro Zhuan Falun, que era algo fuera de lo común en aquellos días. Pero sin importar dónde lo escondiera, sentía mucho miedo de que pudieran encontrarlo al registrar la casa. Tenía tanto miedo de que lo descubrieran que finalmente lo quemé. Cuando se quemó hasta las cenizas, me sorprendió lo que vi: Los caracteres del libro aún se podían ver claramente. Fue en ese momento cuando cuestioné mi "transformación": ¿Me había equivocado?... No me atreví a seguir pensando en ello.

Ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que fue una señal compasiva de Shifu que estaba esperando que regresara.

Aproximadamente un año después, de repente, pensé en las palabras de Shifu:

"Es debido a que practicas la cultivación en este Fa recto que has eludido tus deudas del yeli contraídas en tus existencias anteriores. Una vez que has caído al nivel de una persona común, nadie te protegerá y los demonios también tomarán tu vida. Tampoco servirá de nada pedirle a otros fo, dao o dioses que te protejan, porque ellos no protegerán a uno que daña el Fa. Además, tu yeli será devuelto a tu cuerpo" (Dafa no puede ser usurpado, Escrituras esenciales para mayor avance).

Pensé: "No he practicado Dafa desde hace mucho tiempo, pero sigo viviendo bastante bien y no he sufrido ninguna retribución".

Una noche, tuve un sueño con un escenario increíblemente vívido: En una casa antigua, mi marido llevaba una camisa completamente blanca y leía un libro de su escritorio al lado de la ventana. Parecía tranquilo y en paz. Yo estaba parada fuera de la casa. Estaba muy oscuro. Dos sombras negras estaban a mi lado y me miraban. Miré a mi marido y le dije en mi corazón: "Ya no puedo volver a verte. Me sentenciaron a cadena perpetua".

El dolor que experimenté en aquel momento se encuentra más allá de lo que puede expresar el ser humano.

Me desperté, pero el desgarrador dolor persistía. En mi sueño, mi esposo no comprendía que me encontraba en un momento crítico entre la vida y la muerte. Me pregunté: "¿Me equivoqué? ¿Iré al infierno y nunca renaceré?".

Tampoco me atreví a seguir pensando en ello.

Durante el día, también sentía que muchos espectros malignos interferían con mis pensamientos intentando arrastrarme a la muerte. Cuando bajaba las escaleras, una voz decía en mi mente: "Déjate caer escaleras abajo y morirás".

En otra ocasión, mientras miraba pasar un camión cargado de arena, la misma voz me urgió: "Métete debajo, te aplastará y morirás, y acabará todo, te sentirás muy cómoda".

Inmediatamente le respondí en mi corazón: "No moriré. Tú te puedes morir".

En ese momento entendí por qué desde los 7 años siempre me había encontrado hastiada de este mundo -desde aquel entonces, siempre había rondado mi cabeza el pensamiento de suicidarme. Este me acompañó hasta cumplir los 27 años, cuando empecé a practicar Falun Dafa desapareció. Sin embargo, tras haber traicionado a Dafa, el pensamiento regresó para intentar reclamar mi vida, más feroz que nunca.

En otra ocasión, en un sueño, bebí pesticidas y enseguida me arrepentí. Pero ya era demasiado tarde. Mi cara se tornó de un color púrpura negruzco; mis labios se volvieron negros y azulados, y mi lengua se ennegreció y oscureció. Entendí que nada podía salvar mi vida.

Después de despertarme, seguí pensando en aquel sueño. ¿Estaba equivocada en realidad? ¿la transformación no era lo correcto?

Gracias a las compasivas señales de Shifu y a la ayuda persistente y desinteresada de los demás practicantes, volví oficialmente a Dafa después de haber permanecido alejada durante nueve años. Algunos practicantes se mostraron tan contentos con mi regreso que estallaron en llanto.

Han pasado siete años desde que regresé a Dafa en 2011. A menudo se me saltaban las lágrimas e incluso lloraba profundamente cuando me arrodillaba y postraba ante la foto de Shifu. Mis lágrimas provenían tanto de mi infinita gratitud hacia Shifu, como del profundo pesar que sentía por los pecados que había cometido.

Compañeros practicantes, la rectificación del Fa está llegando a su fin. Si anteriormente hemos traicionado a Dafa, es posible que nunca sepamos si aún nos queda una oportunidad para volver.

Algunos practicantes podrían decir: "Yo no tenía ninguna entendimiento perverso sobre Dafa. Solo le dije a la gente que dejara de practicar, así que no fue algo tan terrible como lo que describes".

Una practicante que conozco muy bien compartió conmigo su experiencia. Su madre, también practicante, fue arrestada y llevada a un centro de detención. Afirmó: "Traeré a mi madre de vuelta pase lo que pase, aunque eso signifique que yo tenga que dejar de practicar".

Pero tan pronto como lo dijo, sintió un profundo vacío. Expresó que a partir de ese momento, se dio cuenta de que la práctica de cultivación es un asunto muy serio en realidad.

Lo expuesto arriba es mi experiencia personal. Por favor, señalenme con compasión lo que consideren, si lo encuentran inapropiado.

Me gustaría terminar con algunas de las enseñanzas de la Ley del Maestro:

El Maestro nos enseñó:

¨Es difícil practicar la cultivación, pero es muy fácil caer abajo. Cuando uno fracasa en pasar una prueba o no puede dejar un apego fuerte de la gente común, probablemente irá en sentido contrario, tomando el terreno opuesto. Hay muchísimas lecciones en la historia. Solo después de haber caído empezará uno a arrepentirse, pero entonces será demasiado tarde" (Dafa no puede ser usurpado, Escrituras esenciales para mayor avance).

El Maestro también explicó:

"A pesar que el mal parece ser increíblemente cruel, ha agotado sus estratagemas y sólo puede seguir multiplicando las etiquetas que le pone a nuestra práctica y seguir utilizando los medios de difusión para forjar patrañas. Con su mentalidad insana, sigue forzando a los estudiantes a escribir las llamadas “declaraciones de arrepentimiento” y haciéndolos firmar sus porquerías. Sabe muy bien que todo aquello es falso y que no puede cambiar el corazón de la gente; entonces, ¿por qué insiste en hacerlo? ¿Por qué insiste en hacer que firmen ese papel? ¿Por qué insiste en hacer que digan “dejaré de practicar” antes de soltarlos? Una persona dice: “Continuaré practicando”, y le imponen una sentencia; otro dice: “Dejaré de practicar”, y simplemente por esto lo liberan. La diferencia entre estos dos no es creíble, ¿verdad? ¿Es esto normal? No lo es. ¿Acaso no es obvio? Simplemente quieren hacerlos caer; simplemente quieren hacerlos decir esas palabras. Una vez que esas palabras se pronuncian, aún si no les salen del corazón, se crea una mancha. Para un discípulo de la rectificación del Fa, ésa es una desgracia. Lo que es más, si han hecho cosas que hayan dañado a Dafa y no son capaces de realmente remediarlo todo más tarde en medio de la rectificación del Fa y compensar todas las pérdidas que le han ocasionado a Dafa, será realmente serio" (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional de Washington D.C., Guiando el viaje).