(Minghui.org) Me mudé a otro estado en 2017. Como la población allí es bastante mas grande, tenemos la fortuna de que Shen Yun actúe en nuestra área.

Solo somos pocos practicantes locales, así que algunos de otros estados vinieron a ayudarnos a pegar carteles, repartir volantes y asistir durante las actuaciones.

El año pasado tuvimos cinco shows, uno más que el año anterior. Después de imprimir una gran cantidad de carteles, nos dimos cuenta de que nos faltaba mano de obra. Los practicantes del otro estado no podían venir a ayudar esta vez ya que los shows en su estado eran en la misma fecha que los nuestros.

Un comienzo pedregoso

El coordinador local, nos pidió a mí y a James, un practicante occidental, que organizáramos la distribución de los carteles. James y yo ya habíamos trabajado juntos el año anterior. Salió todo bien, especialmente porque los practicantes de otro estado vinieron dos veces a ayudarnos.

James y yo decidimos organizar a los practicantes locales para colocar los carteles todos los sábados durante octubre y noviembre. La mayoría tiene trabajo full-time, pero pensé que salir un día los fines de semana no sería una gran carga.

Enviamos emails sobre la importancia de colocar carteles y su relación con la venta de entradas. También llamamos por teléfono a todos.

Ese primer sábado, muy poca gente se presentó. Solo pudimos formar dos grupos: uno era mi padre, mi hijo y yo. El otro estaba formado por James y dos estudiantes universitarios. El resto de los practicantes no vino por todo tipo de razones; tenían reuniones, viajes, cuidar de sus hijos, estaban ocupados con tareas de promoción de Shen Yun, etc.

Los dos grupos salieron. No salió todo bien. Muchos negocios solo nos permitían dejar volantes pero se negaban a dejarnos pegar un cartel. Mi padre decía todo el tiempo: “Este año es mucho más difícil que el año pasado. Me hubiera gustado que vengan más practicantes, al menos una persona por familiar ¿dónde están todos?”.

No podía entender por qué no había más practicantes participando. Donde solía vivir, los practicantes estaban muy orgullosos de que Shen Yun fuera y sentían honor de pegar carteles. Salían todos los fines de semana a distribuir materiales. En esta ciudad, la mayoría de los practicantes hablaban inglés fluidamente y tenía autos. No debería ser difícil para ellos participar ¿no?

Comencé a tener pensamientos negativos y quejas. Me pareció que iba a ser difícil terminar de pegar los carteles impresos, incluso si cada practicante local participaba. Con tan poca gente, no había forma de terminar. Incluso pensé: “Está bien, hice mi mejor intento. No va a ser mi culpa si no se pueden pegar todos los carteles”. Sentí que era la culpa del coordinador por haber imprimido tantos carteles. Incluso llegué a pensar que no coordinaría más esta parte el año siguiente.

Durante este periodo, estaba memorizando Zhuan Falun y estudiando los jingwen de Shifu. También escuchaba los intercambios de los practicantes en la Radio Minghui. Me di cuenta de que estaba mal tener esos pensamientos negativos y que era reflejos de mi egoísmo y envidia.

Shifu dijo:

“Resentimiento. Viene del hábito de querer escuchar palabras lindas y de que te gusta que te pasen cosas lindas; si no te quedas resentido. Piensen todos al respecto, esto no es aceptable. La cultivación no se debería practicar así. Siempre he dicho que un cultivador debería mirar las cosas a la inversa. Cuando te encuentras con cosas malas, deberías pensar que es una cosa buena porque está aquí con el propósito de mejorarte. “Debería manejarlo bien. Esto se trata de pasar otra prueba. Es xiulian aquí y ahora”. Cuando te encuentras con cosas buenas, piensas: “Oh, no debería estar demasiado feliz con ello. Las cosas felices no permiten que uno mejore, sino que hacen que uno caiga fácilmente”. En el xiulian, deberías mirar los problemas desde el ángulo opuesto. Suponte que te encuentras con dificultades o cosas no placenteras, y tú simplemente las resistes ciegamente y las bloqueas; estás rechazando pasar la prueba, entonces estás rechazando ascender ¿verdad? Esto es un asunto diferente a la persecución” (Explicando el Fa en Washington D.C. 2018).

Encontré mis pensamientos rectos: Shen Yun es para salvar a la gente, y tenemos que hacer bien la promoción.

Recordando que hay que cultivarse

Cada semana, James y yo llamamos y recordamos a otros practicantes que ayuden con los carteles. Para alentarlos, compartíamos nuestras experiencias, junto con fotos mostrando los carteles pegados. Gradualmente, más practicantes vinieron a ayudar.

Se acercaba el final de noviembre. El número de carteles pegados era mucho menor al que originalmente habíamos planeado. James muchas veces me enviaba un mensaje preguntándome cuántos carteles quedaban. Un día perdí la paciencia y le contesté: “¡No hay necesidad de seguir contando cuántos carteles hemos hecho y cuántos no! Simplemente mira el mapa y fijate cuántas áreas hemos cubierto. Nuestra meta es salvar a la gente, ¡no terminar una tarea!”.

Lo que en realidad quise decir, fue: “No hay necesidad de seguir contando. No lograremos terminarlos todos. Cubramos las áreas más importantes”.

Me sorprendió que James compartió con los demás lo que le dije. Les dijo que lo que yo le marqué fue útil. Dijo que estaba muy preocupado de no poder terminar de pegar todos los carteles. Mi mensaje le recordó que tenemos que estar enfocados en salvar a la gente en vez de contar el número de carteles distribuidos.

Recuerdo la primera vez que ayudé con la promoción de Shen Yun, pensaba que estaba ayudando a los coordinadores locales. Luego entendí que salvar a la gente también es mi responsabilidad. Cuando el coordinador me asigna una tarea a mí, siento la responsabilidad. Sabía que la gente allí estaba esperando que les lleve la buena noticia de que Shen Yun está viniendo.

Ajustándome

Normalmente llevo los carteles en mi bolso. Cuando entro a un local, le entrego el volante al empleado, presento Shen Yun brevemente, y le pregunto si puedo colgar un cartel. Solo saco el cartel después de que dicen sí. Un día, de repente pensé en tener un cartel grande en mis manos cuando entraba al local. Le mostré el cartel al empleado y le pregunté directamente si podía colgarlo en su tienda. Este cambio hizo una gran diferencia. La mayoría de los dueños aceptaban. El número de carteles colgados aumentó dramáticamente. Me di cuenta de que la energía que lleva el cartel de Shen Yun limpia el ambiente.

Dejé de enfocarme en la cantidad de carteles que dejábamos. Todos los días estudiaba el Fa, hacía los ejercicios y mi trabajo. Mi padre revisaba los mapas y rutas. Él conducía y paraba frente a cada tienda, yo simplemente bajaba y entraba. Una tienda tras otra, colgaba los carteles y dejaba volantes.

A veces, cuando les mostraba el cartel a los encargados, decían que haca tiempo que quería ver Shen Yun. Un día, tan pronto como entré a una tienda, la señora detrás del mostrador dijo: “¡Debe ser un milagro! ¡Justo ayer estaba pensando en Shen Yun!”. En algunas tiendas, estaban colgados los carteles de Shen Yun del año pasado. ¡Yo sabía que mucha gente está esperando por Shen Yun!

A fines de diciembre, James y yo decidimos revisar el estado de los carteles. Vimos que muchos practicantes habían ido a pegar carteles durante los feriados. ¡El esfuerzo de nuestro grupo mejoró cuando eliminé mi apego!

Para enero, la venta de entradas iba tan bien que agregamos otra función.

Comenzamos nuestra segunda ronda de distribución de carteles. Más practicantes locales se sumaron y una señora que no conducía se sumó a otros para pegar carteles todos los días. Una practicante que trabajaba en una compañía grande salía todas las noches después de trabajar. James le arregló una ruta especial para ella. Una practicante que tenía que llevar sus hijos a clases los sábados, repartía carteles los domingos. Varios practicantes que vivían lejos de las ciudades grandes, colgaban carteles en sus ciudades. Varios practicantes dijeron que notaron que este año, muchos dueños de tiendas chinos, aceptaron colgar los carteles.

Mi padre y yo pegábamos carteles durante la semana. Una tarde, fuimos a un pueblo viejo. Fui rápidamente a varias tiendas. Muchos de los encargados me daban una bienvenida calurosa y me agradecían por llevarles las buenas noticias sobre Shen Yun. De repente tuve la sensación de que habían estado esperándome por mucho tiempo. Hicimos este arreglo hace mucho tiempo: Un día los buscaré y les llevaré el mensaje sobre cómo pueden ser salvados.

En ese momento recordé una canción escrita por un practicante: “Al Maestro Li en el Día de Falun Dafa”:

“¡Vinimos por los seres conscientes!
Sin miedo, descendimos al sufrimiento para ayudar a Shifu a Rectificar el Fa”

Cuando regresé a casa esa noche, mi padre me dijo que habíamos dejado una gran cantidad de carteles en un solo día.

¡Éxito!

Dos semanas antes del estreno, vi el mensaje de James al grupo: “No hay más carteles”. ¡Los repartimos a todos!

Nunca me hubiera imaginado esto. ¿Cómo pudimos repartir miles de carteles? ¡Tiene que haber sido un milagro! Verdaderamente creo que Shifu creó este milagro cuando vio que habíamos mejorado nuestro xinxing y trabajado como un cuerpo.

Nuestro Shen Yun 2019 fue un gran éxito. El coordinador dijo que fue el mejor de todos los que tuvimos.

Agradezco a Shifu por esta oportunidad de unirme a la promoción de Shen Yun y mejorar durante el proceso. También agradezco a todos los practicantes de otras áreas por su ayuda desinteresada.